GABAIX-HIALÉ Gaston (Padre) - Francia

Nació el 29 de julio de 1927, en Serres-Morlaas de una familia numerosa, arraigada en la cultura bearnesa, anclada a la Fe cristiana; tenía 7 hermanos y 3 hermanas. Su hermano Félix, 2 años mayor, lo precedió en la Escuela Apostólica de Betharram en la que él mismo fue aspirante durante toda la segunda guerra mundial; podemos imaginar fácilmente las dificultades que enfrentó en su adolescencia.

El 23 de octubre de 1946, pronunció su primera profesión religiosa al final del noviciado en Balarin. Fue parte de esa última generación que hizo la filosofía en Tierra Santa, desde donde fueron expulsados en 1948, para hacer la teología en la nueva casa de formación de Floirac, Bel Sito. El 28 de de junio de 1952 fue ordenado sacerdote en la catedral San Andrés de Bordeaux por el cardenal Richaud con otros cinco betharramitas entre los cuales, estaba el P. Olçomendy scj, aún entre nosotros.

El primer destino fue Betharram en la Escuela Apostólica como profesor durante 4 años, después a Bel Sito, el escolasticado, durante 7 años.

En 1963, fue nombrado superior del apostolado de Betharram, que pasó a ser Hogar San Miguel. Fuimos muchos los religiosos beneficiados por su acompañamiento.

En 1968, se mudó a Anglet para vivir nueve hermosos años como capellán de las Siervas de Maria; muchas hermanas conservan el recuerdo viviente de su presencia atenta durante la crisis que atravesó la Iglesia en esa época. Fue allí donde acompañó también la primera generación de religiosas indias que fueron a Anglet para su formación. El P. Gastón fue también el primer betharramita que marció a la India para preparar el comienzo de Betharram allí.

En 1977, tras un rápido pasaje por Vic-en-Bigorre, poco después del fallecimiento de su hermano Félix a los 51 años, fue destinado a la formación en el seminario mayor de los Teinturiers de Toulouse. Allí estuvo durante 3 años como encargado de nuestros jóvenes, en el hogar San José.

En 1981, el Capítulo general lo nombró ecónomo general con residencia en Roma para acompañar al P. Grech, como superior general en el 2o mandato. Fue el principal promotor de la sesión internacional de 1985, para los 150 años de la fundación de la Congregación. Una etapa importante para nuestra familia religiosa a fin de profundizar nuestro carisma del Aquí Estoy y nuestra espiritualidad basada en el Dios de la Ternura, un Dios derretido en Caridad; hay muchas intervenciones de él, en ese sentido.

En 1987 fue nombrado en Pibrac como encargado de la formación de 5 jóvenes religiosos quienes supieron reconocer en él un formador delicado.

En 1990, fue nombrado para la casa San Miguel de Pau, como superior. Hará conocer y amar a Sor María de Jesús Crucificado, creando la asociación “Los amigos de Mariam”. Permaneció así mismo abierto a los diferentes llamados pastorales.

Después fue Betharram el lugar donde preparó minuciosamente nuestros retiros – ya que no tenía el carisma de la improvisación –, y los de Costa de Marfil o los de otras congregaciones. Veinte años después es recordado todavía su retiro “Trabajar alegremente en la obra de Dios”.

Muchos consagrados y laicos de varios lugares, pero también, en particular, los laicos asociados de la Fraternidad “Me Voici” encontraron en él: consuelo, alivio y aliento, el gusto de profundizar en la vida espiritual; y también a un confesor comprensivo.

No tenía vuelos místicos pero nos inició en el descubrimiento de la contemplación que, para él, era un “entrenamiento ininterrumpido, para lograr una lectura cada vez más profunda de la realidad cotidiana, para descubrir todo su espesor sacramental”. Tenía el temple de François Varillon y de Maurice Zundel.

Fue un religioso lleno de esperanza, en medio de las diferentes tormentas pasadas y presentes que la Iglesia tuvo que atravesar. Uno de sus pensamientos preferidos, sacado de Kierkegaard lo prueba: “No es el camino lo que es difícil sino que lo difícil es hacer camino”. Fue hombre de esperanza, como San Miguel Garicoits: “Nunca se ha de esperar más que cuando todo parece perdido”. Hoy, le damos gracias a Dios por haber encontrado y conocido al P. Gastón; fue, para nosotros, un padre indulgente, un hermano comprensivo, un confidente discreto.

P. Laurent Bacho scj
Vicario Regional