Misión

Betharram en misión en la Iglesia y en el mundo

En el siglo XIX, uno de los anhelos más fuertes de San Miguel Garicoïts fue que Bétharram fuera realmente misionero, en los lugares y ámbitos que la Iglesia y la gente se lo pidiera. Hoy día, cuatro continentes son testigos del espíritu misionero de sus hijos.
En Europa, la actividad pastoral de nuestras comunidades ha pasado de una presencia casi exclusiva en las obras de enseñanza, a un compromiso pastoral más diversificado: parroquias, misión educativa, acción católica especializada, presencia en las nuevas pobrezas.
En América Latina, la presencia en la enseñanza es aún muy importante, por medio de los colegios, la pastoral juvenil y la pastoral de las familias. El ministero parroquial está igualmente fuerte, especialmente en ambiente urbano, y al mismo tiempo desfavorecido.
En África y en Asia, la presencia de Betharram es relativamente reciente (1952 ara Tailandia, después de 30 años en la vecina China ; 1959 para Costa de Marfil; 1986 para África Central y 1995 para India, en 1995). Fue en respuesta al llamado de la Iglesia para una primera evangelización, la misión “ad gentes”. En esas realidades, además de la ayuda al clero local, la actividad pastoral reviste dos aspectos principales: la respuesta a necesidades humanas de primera necesidad (escuelas, dispensarios, centros de prevención…), y la acogida e formación de numerosos jóvenes que piden entrar en la vida religiosa.