La Palabra del Superior General
Vivir el presente con pasión
Para vivir con pasión nuestra vocación y nuestra misión betharramitas, hay que hacer, como San Miguel Garicoits, la experiencia de encuentro con la persona del Verbo encarnado, “Jesús anonadado y obediente” y que ese encuentro dé una nueva orientación a nuestra vida (Deus Caritas Est 1). La RdV. desde 1969 expresa bien la referencia al Evangelio, reproducir, manifestar y prolongar el impulso generoso del Corazón de Jesús, el Verbo encarnado. Nunca antes se había expresado mejor el carisma de San Miguel Garicoits. El P. Etchecopar estaría muy contento porque mantuvo siempre el Ecce Venio en la Regla aprobada por la Santa Sede. Después de su muerte, en la RdV. de 1901, el Ecce Venio no figura más.
San Miguel Garicoits no se contentaba con que la Sociedad del Sagrado Corazón fuera una asociación de vida apostólica, quería un instituto de vida consagrada: con vida comunitaria, votos, no conservar la propiedad de los bienes, el Superior general elegido por los religiosos. Todavía hay hoy religiosos con un estilo muy individualista, no valoran la comunidad, no rinden cuentas, los bienes conseguidos como religiosos los heredan sus sobrinos. Pero hay también comunidades que programan, realizan y evalúan el proyecto comunitario, y religiosos que se esfuerzan por compartir la vida, la fe y los bienes. Y esto los ayuda a entregarse con pasión y alegría en la misión. Hay Vicariatos que cuidan la Formación permanente, hay religiosos que se resisten a tomarse un tiempo para encarar una renovación interior.
El presente vivido con la pasión misionera del Aquí Estoy: P. Yesudas scj y P. Sa-at scj
Lo que debe caracterizarnos es el espíritu de obediencia… si falta la obediencia, falta la razón de ser” (RdV. 60). He encontrado esa obediencia cada vez que tuve que pedir a alguno de los religiosos jóvenes la disponibilidad para la fundación de Vietnam o para integrar las comunidades internacionales que pedía el Capítulo general. En algunos Vicariatos la falta de obediencia es un obstáculo para mantener los compromisos con las Iglesias locales. Rechazar un cambio de comunidad, tratar de conseguir llegar a la comunidad que a uno le interesa, no aceptar ir a ninguna comunidad porque en todas hay algún religioso con el que el interesado no se entiende, son actitudes que van deteriorando la vida de un vicariato o de una región.
La historia de la Congregación muestra cómo el Espíritu Santo ha mantenido vivo el dinamismo misionero de nuestra familia, que nos lleva cada vez más lejos. Estamos abriendo estos días nuestra presencia en Vietnam. Ha sido una gracia que permite que el carisma de san Miguel Garicoits siga vivo y presente en el mundo.
Hoy tenemos dificultad para mantener por nosotros mismos las grandes obras educativas, históricas en Betharram, Argentina y Paraguay, que siguen teniendo una función social y misionera. Gracias al trabajo que en los últimos cuarenta años se ha venido haciendo con los laicos, iniciándolos en el carisma y la misión de Betharram, hemos podido confiarles responsabilidades reservadas antes a los religiosos.
En otros vicariatos, el testimonio de los religiosos ha ido despertando en los laicos que viven con ellos un deseo de compartir la espiritualidad de los religiosos, bebiendo en la fuente de la experiencia carismática de San Miguel Garicoits. Es una ayuda para vivir con fidelidad el Evangelio en la vida diaria.
Después del Concilio la misión se orientó mucho hacia las parroquias. Se sigue haciendo mucho bien en ellas, pero se cuestiona mucho hoy nuestra presencia en la pastoral ordinaria. En algunos vicariatos nos las han sacado los Obispos, en otros las vamos dejando porque ya no podemos atenderlas. Algún vicariato ha adquirido un estilo más misionero al salir de ellas.
Por otra parte, los religiosos son más sensibles para una misión entre los pobres. En Tailandia y África Central nuestra misión se desarrolla exclusivamente entre los pobres. Lo mismo podemos decir de la comunidad de Hojai al NE y los hogares de niños de la calle en la India, de las misiones populares y la Casa del Niño de Argentina, la granja pedagógica de Tchanfetó en CdM.
El proyecto PAPETRA entre los toxicodependientes en Paraguay, La Casa Familia de Monteporzio, El Centro San Miguel de Bouar, el dispensario de Niem en Africa Central, el compromiso de algunos religiosos como capellanes en algunos hospitales en Italia, permiten una presencia misionera entre los enfermos que es nueva en la Congregación. La RdV. de 2012 ha abierto el abanico de los servicios en la misión, manifestando así la fantasía de la caridad (que) no ha conocido límites y ha sido capaz de abrir innumerables sendas para llevar el aliento del Evangelio a las culturas y a los más diversos ámbitos de la sociedad (Papa Francisco, Carta los consagrados: I, 2)
Hoy estamos ante el desafío de un estilo más internacional. En el respeto de las diferencias de edad, de formación, de cultura, etc…estamos llamados a construir la unidad en torno a la experiencia de fe, de vocación y de misión. Esta unidad nos permite cultivar nuestra identidad y nuestra pertenencia, al mismo tiempo se va enriqueciendo el carisma al encarnarse en culturas diferentes.
Las comunidades internacionales no son una novedad. Existían sobre todo en los países de Misión: Tailandia, Tierra Santa, Costa de Marfil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil. Como está cambiando la dirección de la movilidad misionera de los religiosos, se van estableciendo otras en Olton, Geet Bar, Drowitch, Mendelu, Pau-Betharram, Pibrac, Nazaret, Bouar, Montevideo-Tacuarembó. Formar estas comunidades no es una tarea fácil si no se construyen a partir de esa nueva orientación que dio a nuestra vida de religiosos la experiencia de encuentro con “Jesús anonadado y obediente”.
En estos últimos años el Señor nos ha bendecido con muchos hermanos que han hecho la profesión perpetua y han sido ordenados sacerdotes sobre todo en India, Tailandia, Costa de Marfil, Brasil, Argentina y Paraguay. Pero no deja de preocuparnos que algunos abandonen la Congregación poco después de los votos perpetuos y que, en los Vicariatos de Europa, no tengamos ningún joven en formación.
Se está cuidando mucho la formación inicial siguiendo la RdV. y la “Ratio formationis” renovada: En 2007 se hizo un encuentro de formadores en Adiapodoumé, cada dos años la Sesión de Betharram para los religiosos cercanos a los votos perpetuos, los proyectos de formación de cada Región, la formación de los formadores, un solo noviciado en cada Región, el escolasticado único de la Región Etchecopar. Las insistencias en la madurez humana, la experiencia de fe, el acompañamiento personal, los ejercicios ignacianos, la fraternidad evangélica, la misión como parte de la experiencia espiritual apuntan a lo esencial. Para dar consistencia a lo bueno y revisar lo que no camina, nos encontraremos con todos los formadores en enero de 2016 en Roma.
Gaspar Fernández Pérez, scj
Superior General
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