Solemnidad de San José
Celebramos la fiesta de San José, patrono de la Iglesia universal. Es una fiesta que interrumpe la meditación austera y apasionada de la Cuaresma, absorta en la penetración del misterio de la Redención y en la aplicación de la disciplina espiritual que la celebración de tal misterio lleva consigo. Es una fiesta que lleva nuestra atención a otro misterio del Señor, la Encarnación, y nos invita a volverlo a meditar en la escena pobre, suave, humanísima, la escena evangélica de la Sagrada Familia de Nazaret, en la que se realizó este otro misterio. En el humilde cuadro evangélico se nos muestra la Virgen Santísima; junto a ella está San José y entre los dos está Jesús. Nuestra mirada, nuestra devoción se detienen hoy en San José, el artesano silencioso y trabajador que dio a Cristo no el nacimiento, sino el estado civil, la condición social, la experiencia profesional, el ambiente familiar, la educación humana. Será preciso observar bien esta relación entre San José y Jesús porque nos puede hacer comprender muchas cosas de los designios de Dios, que viene a este mundo para vivir coma hombre entre los hombres, pero al mismo tiempo como su maestro y su salvador.
(Papa Paolo VI)
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