Tercera Estación: Jesús es juzgado en el tribunal religioso de Caifás.
El Sumo Sacerdote interrogó a Jesús acerca de sus discípulos y de su enseñanza. Jesús le respondió: «He hablado abiertamente al mundo; siempre enseñé en la sinagoga y en el Templo, donde se reúnen todos los judíos, y no he dicho nada en secreto. ¿Por qué me interrogas a mí? Pregunta a los que me han oído qué les enseñé. Ellos saben bien lo que he dicho». Apenas Jesús dijo esto, uno de los guardias allí presentes le dio una bofetada, diciéndole: «¿Así respondes al Sumo Sacerdote?». Jesús le respondió: «Si he hablado mal, muestra en qué ha sido; pero se he hablado bien, ¿por qué me pegas? Entonces Anás lo envió atado ante el Sumo Sacerdote Caifás.
Juan 18, 19-24
Hijo de Dios, te hiciste hombre porque Dios quiere que lo amemos.
Dios se pone frente a nosotros: te ofrece a nosotros.
Y Tú, su Hijo, te ofreces a nosotros para atraernos a Dios.
En ti tenemos el modelo de lo verdadero.
Oración inspirada en los escritos de San Miguel Garicoits.
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