Nuestras casas de formación

El comienzo del escolasticado es el primer compromiso propiamente dicho en la Congregación. Estos años que comienzan, por lo menos tres, se orientan a una decisión definitiva, sea cual sea, Se trata de seguir aprendiendo a vivir según este nuevo estado de vida, de intensificarlo y de integrarlo en todos los aspectos de la vida, en Belo Horizonte, Mangalore, Adiapodoumé y Samprán.

En este número de julio, tres Maestros de escolásticos nos cuentan su manera de vivir la formación para que la vida espiritual de los jóvenes que se les han confiado pueda crecer, afianzarse y desarrollarse.

Padre Mauro Henrique Ulrich de Oliveira scj

En el Escolasticado Regional “Sagrado Corazón de Jesús” en Nova Granada, Belo Horizonte, la dimensión espiritual como el carisma betharramita son vividos de manera ordinaria, en el día a día de la comunidad religiosa. De manera que vivimos tres momentos diarios de oración común, con las Laudes, el rosario y la misa diaria, con un breve momento de meditación personal como preparación; los jueves anteriores al primer viernes de mes, hacemos, con la comunidad parroquial, la adoración al Santísimo y, el primer fin de semana de cada mes, un momento de espiritualidad desde el viernes de noche hasta el sábado al mediodía. También en las reuniones comunitarias de los sábados, cada quince días, tratamos de studiar juntos algunos documentos de la Congregación o del Magisterio de la Iglesia que nos llame la atención, como estudiantes de teología.

Además, como camino para manifestar nuestra inquietud por la dimensión espiritual de la Vida Religiosa, optamos por hacer, una vez al año, ocho días de Ejercicios Espirituales de San Ignacio, al comienzo del año lectivo, además del Retiro anual del Vicariato.

Hay que considerar el aspecto menos explícito de esta dimensión, en la disponibilidad para el cuidado de los enfermos (el P. Enrique Lasuen, con sus 93 años, el P. Joseph Mirande y el P. Sebastião do Nascimento.) como el acompañamiento pastoral de algunos movimientos eclesiales, en la Arquidiócesis y en la parroquia y el servicio normal a la comunidad, como el economato, las compras, la despensa, el servicio del chofer, la cocina, etc.

En el patio del escolasticado de Belo Horizonte. En julio, los escolásticos de la Región Etchécopar están de vacaciones y reúnen a su familia.

Podría también citar que el diálogo sincero y transparente (formal, en las entrevistas personales o en las reuniones comunitarias, o informal en los encuentros espontáneos) entre los miembros de la comunidad, sin miedo a la confrontación, en la búsqueda del bien común en el seguimiento de Cristo, ayuda mucho.

Sin duda, el confrontarse con la realidad de la parroquia, así como otras actividades en la arquidiócesis, en su aspecto eclesial o no, son temas de reflexión constante, de intercambio de experiencias y de oración.

Padre Stervin Selvadass scj

Jesús continua siendo fuente de inspiración para muchos jóvenes sencillos, pero llenos de entusiasmo y de celo por la familia de Betharram. El objetivo de nuestra formación espiritual es el de ayudar a cada hermano a “procurar, ver, tocar, gustar, compartir” la Palabra que se hizo carne y habitó entre nosotros. Para mí, nuestra dimensión espiritual se basa en dos soportes. Primero, como leemos en la DS 149, “¿Dónde se aprende la ley del Amor? En la oración y la meditación”. De ahí la importancia de la oración cotidiana, la Eucaristía, la lectura de las cartas de San Miguel, la Lectio Divina, la lectura de vidas de santos, etc. Este es un elemento importante también para nuestra cultura: cada ‘sishya’ (discípulo) se sienta a los pies del ‘Guru’ (Maestro) para prepararse a enfrentar el mundo.

El P. Stervin scj con los escolásticos de Mangalore

Por eso la oración no es perder el tiempo que podríamos dedicar a todo lo que somos, sino dedicarlo al Señor que es nuestro único Guru Divino. Es justamente esta intimidad personal que lleva al segundo aspecto de la dimensión espiritual, es decir al Amor por su Iglesia, la pasión por su gente y el espíritu de pertenencia a la Congregación. Nuestra oración está siempre alimentada por esas palabras de San Miguel cuando dice: “Dénme un corazón que ame verdaderamente, que crea, que saboree las cosas de Dios… El amor… es el resorte secreto … Si falta eso, no hay nada que hacer” (DS 111, 112). Claro, no somos perfectos; se trata de una conquista lograda gradualmente. Éste es el amor divino que nos empuja para ‘adelante’ en nuestro ministerio pastoral dominical y en nuestro compromiso social a lo largo de la semana, como las visitas a las casas de ancianos, a los orfanatos, a las casas de los excluídos que están en Mangalore y en sus alrededores.

Padre Sylvain Dansou Hounkpatin scj

Nuestro escolasticado de Adiapodoumé es una entidad de un conjunto mayor que constituye la casa de formación de Adiapodoumé. Esta última hospeda sea los pre-postulantes (6), los postulantes (4), los escolásticos (6) y religiosos profesos perpetuos (4). En este conjunto, el escolasticado tiene un lugar privilegiado porque corresponde a los religiosos en primer lugar descubrir, asimilar y después profundizar en qué consiste la identidad del religioso. Les corresponde reproducir, en primera persona, y manifestar el impulso del Corazón de Jesús, el Verbo encarnado que dice a su Padre: “Aquí estoy”. Toda la vida espiritual del escolasticado de Adiapodoumé está orientado a ese fin: vivir de acuerdo con las virtudes del Sagrado Corazón. Se trata de que cada religioso unifique su vida fundamentándola en el carisma de la Congregación.

Con nuestros escolásticos de Adiapodoumé

Para hacer eso, cada religioso es invitado a ser fiel a la oración cotidiana y personal para echar raíces en la oración, la Palabra de Dios meditada. Ese encuentro corazón a corazón que dura al menos una media hora, antes del oficio de Laudes o antes de las Vísperas. La participación activa en la oración comunitaria es una exigencia de nuestra vida espiritual. La eucaristía cotidiana celebrada a las 6,15 hs ó a las 18,30 en las solemnidades o misas en honor del Espíritu Santo (para responder al deseo de Santa María de Jesús Crucificado), tiene un lugar central en la vida de nuestra casa. Es la fuente y la cumbre de nuestra vida cristiana y religiosa. La adoración eucarística de los jueves (18 hs) es un momento importante en el que volvemos a colocarnos a los pies del Maestro para adorarlo, contemplarlo, dejar que nos diga de nuevo su amor. Eso hace crecer el deseo de seguir a Jesús, el deseo de cambiar de vida, el deseo de volver a encontrarse con Dios, un Dios que da sentido a mi vida.

El acompañamiento espiritual que los escolásticos son invitados a vivir por lo menos una vez al mes, se vuelve un lugar de discernimiento de la acción de Dios en la vida del Religioso. El discernimiento de una vocación, del cual el acompañamiento espiritual es un momento, no es una conversación para asentar en actas, entre formador y el candidato. El fin es acompañar para penetrar, aunque sea un poco, el “Misterio de una vida”. Los escolásticos son invitados a vivirlo con apertura y confianza. Un retiro mensual nos permite vivir nuestra vida religiosa a la luz del carisma de nuestra Congregación. El texto (reeditado) de la Doctrina Espiritual permite una más profunda apropiación de nuestra espiritualidad. Momentos de compartir fraterno, en ocasión de los retiros mensuales, nos permite compartir las alegrías, las expectativas, los miedos… para confiar en aquel que nos une en su Corazón sagrado. Una vez al mes vivimos la Lectio Divina para, como dice San Miguel gustar las cosas de Dios … rumiar y gustar la Palabra Santa. Los religiosos son invitados a acercarse frecuentemente al sacramento de la reconciliación, por lo menos una vez al mes.

Hay que tener en cuenta que, en nuestra realidad, se necesita cada vez más apropiarse del carisma de nuestra Congregación que no se tiene que resumir simplemente en repetir o recitar algunos lemas o expresiones bien conocidas… Necesitamos realmente encarnar el carisma de San Miguel en nuestra cultura y en nuestra sociedad. Como si cada religioso tuviera que reeditar, en su vida, hoy, la vida del P Garicoits, la vida de Cristo; la misma vida religiosa es como una actualización sagrada de la imitación de Cristo. La regla del juego es la imitación de Cristo pobre, casto y obediente. Para nosotros, religiosos africanos, volver a apropiarnos del combate espiritual de Miguel Garicoits, su carisma, en lo que se llama una fidelidad creadora, es lo que está hoy en juego y es nuestro desafío. Me hago a veces la pregunta sobre qué es lo que nos hace religiosos betharramitas africanos… ¿En qué nos diferenciamos de los demás? ¿Religiosos y diocesanos? ¿Cómo continuar a crecer viviendo el carisma de la Congregación? La vida religiosa ¿no es un regalo para el mundo? ¿una presencia en el mundo? ¿Cómo el religioso betharramitas de nuestro escolasticado se irá a insertar en nuestro contexto social y cultural para ser testigo significativo, eficaz y fiel, sin dejarse contaminar por el espíritu del mundo? El riesgo es grande, cuando los valores que pueden ser un llamador para la vida religiosa se desplazan: hay miedo al compromiso, miedo de las exigencias, laxismo que se vuelve norma, seguridad material que la vida religiosa ya no garantiza… La fragilidad de las personas que quieren consagrarse a Dios. Todo eso afecta la dimensión espiritual de nuestra vida religiosa.

[El P. Jiraphat, Maestro de escolásticos en Samprán, no pudo responder este mes a nuestras preguntas, pero seguro que lo encontraremos en septiembre para que nos cuente sobre la formación en el escolasticado. Aprovechamos para saludarlo a él y a los escolásticos de Samprán.]