El Cuaderno Fondeville (7)

En 1851 Monseñor había comprado el antiguo monasterio de los Premonstratenses en Sarrance; en 1852 encargó de esta parroquia y de las peregrinaciones de Nuestra Señora a los Padres de Betharram;...

Sarrance

...Envió como superior al P. Larrouy, como párroco al P. Castetnau y como vicario al P. Casau; se les agregó pronto un joven sacerdote vasco, para atender al gran número de vascos a quienes gustaban las peregrinaciones multitudinarias a Nuestra Señora de Sarrance. Pero a éste, Dios lo llamó a la Compañía de Jesús. El P. Larrieu, que había dejado la parroquia de Sarrance, pidió ser recibido en la Congregación; quien lo recibió con mucho gusto porque era aún joven y en plena salud. De hecho fue muy útil a la Congregación tanto en Orthez donde en otras épocas, había sido vicario, como en Betharram atendiendo en confesión a los peregrinos.

De esta manera, Nuestra Señora de Betharram fue expandiendo su dulce influencia en el valle de Aspe y en los límites de la llanura de Pau, a los pies de los Pirineos, como por los dos riachuelos que, saliendo de la misma fuente en España, se separan y riegan los pies de los dos santuarios, a 80 km de distancia, y van a reunirse en Peyrehorade.

La residencia de Sarrance como la de Pau, produjo rápidamente frutos abundantes; las confesiones se hicieron frecuentes, las diversas obras de Pau ocuparon al P. Vigneau en la obra del vicariato y, se puede decir que los extranjeros le ocupaban tanto tiempo, como la gente de Pau. El P. Lassus fue encargado de las Hijas de la Cruz. Otras obras ocuparon pronto otros obreros. El P. Castetnau que ya estaba allí como misionero, captó rápidamente el cariño de los parroquianos de Sarrance. El P. Larrouy sacudía a los parroquianos y a los peregrinos con su lógica cerrada y con instrucciones. Ya hacía 16 años que recorría la diócesis, predicando misiones casi siempre con el P. Chirou, hasta que éste, encargado de la administración desde 1848, tuvo que dejar sus correrías apostólicas durante 6 o 7 años. El P. Casau ayudaba al P. Superior y Castetnau con su asiduidad en el confesionario y en visitar a los enfermos, especialmente en los poblados tan famosos, encaramados en las pendientes abruptas.

Pueblo del valle de Aspe

Fue en el mes de agosto de 1853 que, leyendo los nuevos estatutos del comité provincial de Auch, El P. Superior fue sorprendido por un ataque de parálisis, pero felizmente se fue curando con sangrías y pastillas de aloe.

Por noviembre, hizo un viaje a la Puye y a Valenciennes acompañado por un nuevo miembro de la Congregación: era el P. Bailliencourt, originario de esta última ciudad, que había dejado desde hacía 8 años: un cuadro pulmonar lo había obligado a quedarse en Montpellier y en el Mediodía. Después de una temporada en Eaux Bonnes en 1847 ó 48 ese padre pidió hospitalidad en Betharram; le prepararon un apartamento en la capilla San Luis, en el Calvario. Después de un año, retomó sus estudios y se aplicó a la teología porque creía que era llamado al sacerdocio en la Congregación. Su catarro había mejorado un poco o era estacionario. Recibió las primeras órdenes en 1851 y en 1953 era ordenado sacerdote. Fue en ese año que acompañó al P. Garicoits por dos motivos seguramente muy loables: el primero era ver a sus padres, el segundo era procurar, durante uno o dos meses una distracción al P. Superior,, siguiendo el consejo de los médicos. Los dos viajeros volvieron en buen estado de salud. Desde entonces, el P. Bailliencourt pasaba dos o tres días en Igon, haciéndose útil a la comunidad donde fundó, más tarde, el orfanato y fue también gran bienhechor de las Carmelitas.

Simon Fondeville scj
(1805-1872)
(continuación)