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13/06/2013

La palabra del Padre General

Los superiores en Betharram

La vida de los religiosos de Betharram es esencialmente comunitaria

La vida de los religiosos de Betharram es esencialmente comunitaria. Por decisión libre hemos renunciado a organizar nuestra vida en función de cada uno de nosotros y hemos optado por la comunión y la participación privilegiando la vivencia del mandamiento del amor como Jesús nos amó y buscando siempre con el hermano la voluntad de Dios con los criterios que Jesús nos dejó en el evangelio (cf. Art.279).

En la tradición de la vida consagrada, el cuerpo de la comunidad religiosa ha tenido siempre un moderador que según los carismas y el momento eclesial tiene nombres distintos: el padre, el abad, el prior, el ministro, el maestro, el prepósito, el rector, el superior… Se trata de la autoridad de la comunidad, que es el primero entre iguales y por un tiempo limitado, después vuelve a ser un religioso más (3, 4, 6, 8, 12 años). En nuestra regla de vida, el Superior es el responsable y el animador de la comunidad (art. 276).

La Regla de vida distingue cuatro niveles de Superiores:
El Superior de la comunidad (arts. 276-281), el Vicario regional (arts. 261-267), el Superior regional (arts.246-251) y el Superior general (arts. 186, 188, 196-199). Este ese el orden de la vida: la vida de la Congregación está en los religiosos y en las comunidades donde se comparte la vida, la fe, los bienes y la misión. El Vicario regional tiene el importantísimo rol de relacionar, moderar y animar los religiosos y las comunidades del vicariato. Los Superiores regional y general son superiores mayores para conducir según las normas de la Iglesia y del instituto los religiosos de una región o de toda la Congregación (arts. 196, 232). Excepto el Superior general, que es elegido en el Capítulo general, los demás superiores son nombrados por los Superiores mayores competentes.

El servicio de todo superior tiene las siguientes exigencias: ser autoridad moral por su testimonio de vida, recordar permanentemente la originalidad carismática, acompañar a los religiosos para que sean fieles a su vocación, animar la vida de la comunidad facilitando la participación de todos para compartir la vida, la fe, los bienes y la misión, generar la unidad en la diversidad, motivar para el discernimiento comunitario, garantizar que la misión de la comunidad sea fiel al carisma dentro de la Iglesia, motivar a los religiosos para la formación permanente, tomar decisiones cuando sea necesario…

El Superior de comunidad: Elabora con la comunidad el Proyecto comunitario y garantiza su ejecución según el carisma de San Miguel Garicoits. Favorece la comunión fraterna en Cristo por la oración personal y comunitaria. Garantiza que la comunidad se reúna al menos una vez al mes. Está cercano a cada hermano para ayudarlo a ser fiel a su vocación y a su misión. Vigila por que se compartan los bienes con sencillez y transparencia. Cuida con especial dedicación a los ancianos y enfermos (art. 278). Hace parte del Consejo de Vicariato. Su mandato dura tres años, que se pueden prolongar en otros tres.

El Vicario regional: Los Vicarios regionales participan de la autoridad del Superior regional; tienen el poder delegado de gobierno en el Vicariato para el cual los ha nombrado el Superior general (art. 246). Su misión consiste en acompañar y animar espiritual y apostólicamente a los religiosos y a las comunidades en la fidelidad al proyecto de la Región. Favorece también la integración de las comunidades en la Región, organiza la Pastoral vocacional y la Pastoral juvenil, estimula el interés y la oración por las vocaciones (art. 249). Es miembro del Consejo regional (art. 246). Participa de la Conferencia de religiosos de su nación (art. 261). Es el Representante legal de la Congregación ante las autoridades civiles (art. 265) y administra los bienes del Vicariato bajo la dependencia del Superior regional (art. 266).

El Superior regional. El Superior regional es un Superior mayor que dirige y administra la Región, bajo la autoridad del Superior general (art. 232). Se preocupa por el crecimiento humano y espiritual de cada religioso, le comunica la obediencia, garantiza la aplicación del proyecto regional, administra los bienes con los criterios evangélicos y eclesiales (art. 236). Prioriza el cuidado de la formación inicial y permanente (art. 237). Visita las comunidades de su región para alentarlos en la experiencia del carisma y la realización de la misión (art. 238) y mantiene el contacto con los Obispos, responsables de la Iglesias locales (239).

El Superior general. Es un Superior mayor con poder ordinario sobre toda la Congregación (art. 196). Ejerce con los miembros del instituto las misiones de santificar, enseñar y gobernar, cuidando sobre todo la unidad de la Congregación en la fidelidad al Evangelio y al carisma de S. Miguel Garicoits y en la disponibilidad para la misión al servicio de la Iglesia y de los hombres (art. 197). Recibe a una persona en la Congregación con la profesión perpetua. Incardina en la Congregación a los diáconos. En situaciones especiales, puede dispensar de algunos puntos disciplinares, puede prorrogar por un breve tiempo el mandato de un Superior, es el único que con discreción puede dar a conocer las decisiones de Consejos y Capítulos (art. 198).

Gaspar Fernández Pérez, scj

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