El Corazón Sacerdotal de Cristo7a09e4f873d044718333fe8ebf942901h3>

Nuestro querido Papa, Benedicto XVI, ha centrado este Año sacerdotal en el Corazón de Jesús, con una cita del Santo Cura de Ars: El Sacerdocio es el amor del corazón de Jesús.7a09e4f873d044718333fe8ebf942901em> Como Religiosos del Sagrado Corazón de Jesús, nos sentimos muy identificados con esta espiritualidad.7a09e4f873d044718333fe8ebf942901strong> Nuestro P. San Miguel Garicoits quedaba absorto contemplando ese Corazón del Verbo Encarnado, su obediencia por amor a la voluntad del Padre, que le pedía ser Hijo y sólo Hijo y como consecuencia hermano manso de todos los hombres. Ayudado por los Ejercicios del Papa en 2008 del Cardenal Vanhoye: Acojamos a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote7a09e4f873d044718333fe8ebf942901em>. Edit. San Pablo. Madrid 2010, los invito a entrar en este Corazón Sacerdotal de Cristo.
7a09e4f873d044718333fe8ebf942901>El sacerdocio de Cristo no se configura a partir de las actividades rituales externas, sacrificios y holocaustos, sino en las actitudes y decisiones de su corazón desde el momento de su concepción y a lo largo de toda su vida, de la que hace una ofrenda y un acto de solidaridad con los hermanos : Por eso, Cristo, al entrar en el mundo, dijo: "Tú no has querido sacrificio ni oblación; en cambio, me has dado un cuerpo. No has mirado con agrado los holocaustos ni los sacrificios expiatorios. Entonces dije: Aquí estoy, yo vengo –como está escrito de mí en el libro de la Ley– para hacer, Dios, tu voluntad". 7a09e4f873d044718333fe8ebf942901em>(Hb. 10, 5-7; Sal. 40, 7-9). Misterio de la Encarnación.
7a09e4f873d044718333fe8ebf942901>El momento decisivo es la Pasión de Jesús. El ella, Jesús es víctima del pecado de la humanidad. Siendo inocente, fue tratado como si fuera culpable: perseguido, traicionado, vendido, negado, humillado, maltratado, condenado, flagelado, escupido, crucificado,… Es el resultado de una humanidad asumida hasta las últimas consecuencias.
La respuesta fiel, por amor, en obediencia al Padre y en compasión con los hermanos expresa un cambio fundamental que da lugar a una Nueva Alianza, a un corazón nuevo y a un espíritu nuevo. “Todo fue transformado desde el interior, desde el corazón. Lo que era externamente más opuesto al amor, se convirtió en ocasión del amor más grande, gracias a la generosidad del corazón de Jesús. No se pueden imaginar circunstancias más contrarias a un progreso del amor: la injusticia, la crueldad, la traición; todas las cosas que se oponen al amor se convierten sin embargo en ocasión de un amor más grande, en una superación extraordinaria. El secreto está en el corazón de Jesús, esto es, en el amor de Jesús” (ibi. 179).
Falsearíamos la verdad si dijéramos que todos esos sufrimientos eran la voluntad del Padre. Un Padre no quiere una situación trágica como la que vivió Jesús durante su pasión. Es más, el Padre que ama al Hijo que padece una situación de sufrimiento injusto, sufre junto con el Hijo. Pero, por más impresionante que sea, no son los sufrimientos externos los que nos han redimido. “Habría sido sólo un acontecimiento trágico y escandaloso” (ibi. 179). Es más bien la decisión filial y fraterna que Jesús toma en su corazón en medio de tantos sufrimientos, lo que le da a estos un valor redentor, haciendo de ellos la oportunidad de “un amor hasta el extremo”.  
La voluntad del Padre es otra. Consiste en que por fin algún hombre, en esas situaciones trágicas se deje llevar por el amor que une y no por el odio que divide, ni por la venganza que hace el mal cada vez mayor. Que en esa situación límite, el Hijo siga siendo obediente ¡Padre, que no se haga mi voluntad, sino la tuya! 7a09e4f873d044718333fe8ebf942901em>(Lc.22, 42) Y un hermano compasivo y misericordioso con los hombres, ¡Padre, perdónalos que no saben lo que hacen!7a09e4f873d044718333fe8ebf942901em> (Lc. 23, 34) En vez de un rebelde, que pensando sólo en sí mismo y movido por el odio busca imponerse y ganar, sometiendo por la violencia a sus hermanos los perseguidores. Hacía falta romper la espiral de violencia y la venganza y dar una respuesta nueva, la del amor hasta dar la vida, que dé la posibilidad de vivir de una manera nueva.
Somos salvados por el amor que hay en el corazón de Jesús, a pesar de las luchas y contradicciones internas que experimenta en su corazón y que no le impiden  decidir movido por el amor que recibe del Padre desde toda la eternidad y por “el amor vivido como Hijo de Dios en su naturaleza humana y con los sufrimientos humanos, con sus sentimientos y sus decisiones humanas” (ibi. 179).
Esa decisión tomada en su corazón desde el amor es la primera vez que se daba. Y ese amor en esa situación trágica fue la respuesta a la voluntad de reconciliación, de unidad y de comunión del Padre. Nadie había sido capaz de responder así: el deseo de alianza, de unidad y comunión se quedaba siempre en buenas intenciones porque ningún corazón humano era capaz de responder pensando en el Padre y en los demás, se respondía siempre desde los propios intereses. Jesús responde  arriesgándose a perderlo todo porque confía en el amor del Padre que es fiel a sus promesas y no puede abandonarlo.
La mediación sacerdotal del amor de Cristo tiene dos actitudes fundamentales: la obediencia filial al Padre y la humildad, misericordia y mansedumbre fraternas con los hombres. Obediencia y solidaridad con los pecadores en vez de separación y severidad con ellos. Partícipes por el Bautismo y por el Orden sagrado de este sacerdocio de Jesucristo tenemos que vivir motivados en nuestro corazón por aquel mismo amor que nos ha redimido: para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé como tú me amaste 7a09e4f873d044718333fe8ebf942901em>(Jn.17,23)7a09e4f873d044718333fe8ebf942901font>7a09e4f873d044718333fe8ebf942901p>

Gaspar Fernández Pérez,SCJ7a09e4f873d044718333fe8ebf942901strong>7a09e4f873d044718333fe8ebf942901font>7a09e4f873d044718333fe8ebf942901p>