Séptima Estación - Jesús condenado a muerte por Pilato
Desde ese momento, Pilato trataba de ponerlo en libertad. Pero los judíos gritaban: «Si lo sueltas, no eres amigo del César, porque el que se hace rey se opone al César». Al oír esto, Pilato sacó afuera a Jesús y lo hizo sentar sobre un estrado, en el lugar llamado «el Empedrado», en hebreo, «Gábata». Era el día de la Preparación de la Pascua, alrededor del mediodía. Pilato dijo a los judíos: «Aquí tienen a su rey». Ellos vociferaban: «¡Que muera! ¡Que muera! ¡Crucifícalo!». Pilato les dijo: «¿Voy a crucificar a su rey?». Los sumos sacerdotes respondieron: «No tenemos otro rey que el César». Entonces Pilato se lo entregó para que lo crucifiquen, y ellos se lo llevaron.
Juan 19, 12-16
Señor Jesús, tú dijiste a Pilato:
“No tendrías ningún poder sobre mi
si no te fuera dado de lo alto” (Gn. 19, 11).
Tú, el Justo golpeado y enviado a la muerte,
enséñanos a discerner la voluntad del Padre
aún cuando nos hace sufrir injustamente.
Oración inspirada en los escritos de San Miguel Garicoits.
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