Los primeros compañeros de San Miguel

¿Una historia agitada, la del P. Fondeville? No tanto. ¿Apreciaciones contradictorias? Ciertamente.

El 13 de mayo de 1835, el padre Ségalas, director del Seminario de Bayona, escribía a Miguel Garicoits: “Me dijeron que ese pastor cobarde [Fondeville] pidió permiso para abandonar su rebaño; y, si es verdad, creo que querrá ir a hacer penitencia entre ustedes” .

Cuando falleció el P. Fondeville, Mons. Lacroix afirmó: “Deseo que conserven siempre en Betharram el retrato de este verdadero hombre de Dios; la reproducción de sus rasgos es muy apta para edificar y a inspirar la virtud”.

Pierre-Siméon Fondeville nació en Bruges, a 10 km de Bétharram. Su madre lo consagró a María. Desde sus cinco años, cada año iba en peregrinación al santuario. Tenía diez años, cuando una enfermedad fue paralizando poco a poco a su padre. Como seminarista en Saint-Pé y después en Betharram, sufrió la oposición de la familia para seguir su vocación.

Sacerdote el 13 de junio de 1829, fue misionero de Hasparren. Sus fuerzas lo traicionaron y se conformó con un ministerio en una parroquia. En Labatmale el 1º de enero de 1830. En Asson el 15 de enero de 1832. Allí, desplegó una gran energía. Otra vez, la enfermedad lo paró. Después de un año, pidió ser substituido; el obispo no tenía a nadie.

Ni las curas termales, ni los diversos cuidados ni el descanso logran nada; el abbé Fondeville encuentra un refugio en Betharram. Se hospeda allí en el invierno de 1834-1835. Mons. d’Arbou confía al P. Garicoits: “El estado del P. Fondeville requiere mi solicitud, y creo que no es posible, por el momento, confiarle un cargo, sin poner en peligro su vida; pero por otro lado, al comienzo de la Cuaresma es imposible reemplazarlo en Asson”. El obispo tenía un plan: mientras el enfermo descansa, el P. Chirou o el P. Larrouy podrían garantizar el servicio en Asson, desde Betharram. El P. Garicoits acepta; mejor aún, propone integrarlo a su equipo. El 23 de junio de 1835, el P. Fondeville pide ingresar a Betharram. Llega el 13 de julio de 1835. De entrada, el P. Garicoits lo elige como su confesor.

Como ecónomo de la comunidad, fue también “prefecto de salud”: cuidaba a sus hermanos y se preocupaba especialmente de su Superior. Fue sobre todo, y hasta el final, capellán, “obrero de Nuestra Señora”, como él mismo decía. A las 5 de la mañana, estaba en el confesionario. Lo dejaba para dar la comunión a algunos peregrinos. A menudo, iba a la sacristía; con una gran bondad, escuchaba toda clase de necesidad. Allí, enseñaba a unos sordo-mudos, a pobres de espíritu, a ciegos, que le enviaban los sacerdotes de parroquias o incluso, las familias. A todos daba consejos; a los más necesitados daba también unas limosnas que sacaba de su fortuna personal. En 30 años, instruyó a más de 1.500 enfermos. ¿Su distracción? La visita a los enfermos.

El 24 de setiembre de 1863, después de la muerte del fundador, fue miembro del Consejo General. Fue en el confesionario donde el humilde “obrero de Nuestra Señora de Betharram” tuvo un ataque de parálisis; a sus hermanos decía: “Llegó el momento de volver a casa”. Falleció el 22 de diciembre de 1872.

| Los comienzos |

De Miguel Garicoïts :

“Nada grande tiene grandes comienzos. La providencia no procede por magníficos gestos ni por solemnes anuncios: no se dedica a charlatanerías. Ella comienza con una pequeña cuna, un pequeño camino estrecho y, además, sin salida; pequeñas nadas, que parece que no van a llegar a nada. Después todo se pone en marcha y anda despacio, lentamente, silenciosamente durante 30 años,, en Nazaret. Y al final ese grano de mostaza se hizo un gran árbol”.

Del padre Fondeville, narración de los comienzos:

“En el mes de octubre de 1835, el personal de Betharram, integrado por los PP. Garicoits, Guimon, Perguilhem, Chirou, Larrouy y Fondeville, quiso darse una regla para santificarse con más edificación.”

“Adoptaron el Reglamento de la casa de los Misioneros de Hasparren y, sin otro preámbulo de noviciado que su buena voluntad de glorificar a Dios, salvar sus almas y santificar a las poblaciones, los miembros eligieron unánimemente al P. Garicoits como su superior, le prometieron obediencia, pobreza, renovaron su voto de castidad y vaciaron en sus manos sus pequeñas bolsas”.

Sin duda, tiene que ser considerado el comienzo de la Comunidad; sin que se pueda precisar la fecha exacta. Esas líneas, vienen de una Crónica de Betharram, redactada poco antes de su muerte. Sin embargo, un poco más adelante, el mismo autor pode la fecha de la fundación en 1841. Ahora bien, el prefacio de las Constituciones de 1838 es “el Texto fundante”, puesto por Miguel Garicoits. ¿Cuál es la fecha cierta? Todas.

- En 1835, la primera comunidad se reúne; su proyecto de vida viene de Hasparren.
- En 1838, la Regla sigue siendo tomada de otra parte; pero, esta vez, Miguel Garicoits redacta su prefacio.
- En 1841, Mons. Lacroix entrega a Betharram sus primeras constituciones propias.