In memoriam...

Benejacq (Francia), 18 de Abril de 1925 – Adrogué (Argentina), 20 de Junio de 2016

Conviví con él en Villa Betharram, Adrogué, desde marzo de 2014. En esos tiempos el buen Padre Badie,  aquejado de fuertes y persistentes dolores de vientre, pensaba que no llegaría a los 90… Ya había vivido bastante… Nunca había pensado llegar a esa edad… habían terminado para él los festejos. Sólo le esperaba partir cuando el Padre lo dispusiera. Él ya estaba listo. Pero “los pensamientos de los hombres no son los pensamientos de Dios”. Hacia octubre de ese año  -  cuando muchos lo desaconsejaban - se sometió a la operación de sus desgastados intestinos. La superó bien, gracias a Dios y a los médicos. Con dos accesorios permanentes,  -  la colostomía y la sonda vesical -  continuó su vida.

El 18 de abril de 2015 festejó – muy sorprendido y agradecido – sus noventas años: gran fiesta de familia betharramita: misa y mesa, regalos y música… hermanos religiosos y laicos… de lejos y de cerca… llamadas, saludos, emails…. ¡¡¡mil felicitaciones!!! Abrazos, alegría, y ¡¡¡mucha acción de gracias!!! Y siguió -  feliz -  sus días entre nosotros:

Fiel a sus clases con los novicios: les iba desmenuzando del tesoro de su corazón, lo añejo y lo actual del carisma y de la espiritualidad de San Miguel Garicoïts, la vida y virtudes de numerosos religiosos de Betharram.

Atento a la vida comunitaria: a la misa, al rezo de las Horas, del rosario.  A las comidas, con la rutina de cada día y con los detalles festivos de los que tanto disfrutaba: un poco de jamón, un buen vino tinto,  un champagne, que le rememoraba su querida France… Algo de T.V. (rugby, futbol…); alguna película, en casa o en el cine… algunas salidas con amigos o amigas a degustar un té, un almuerzo  en alguna confitería de moda, salidas con la comunidad de varios días: a Brandsen, en julio del 2015 y  a Escobar en marzo de este año.

Fiel a sus rezos personales: hojeando su gastado breviario, desgranando incansable su rosario.

Cuidadoso por el justo bienestar de las personas que prestan sus servicios a la comunidad: se preocupaba de que se les pagara lo justo, de que tuvieran sus vacaciones… Sabía guardar algunas golosinas para regalarles por su cuenta…

Meticuloso observador: leía la letra chica de cada medicamento que le recetaban, la composición y el vencimiento de los alimentos de la despensa…

Deseoso de informarse leía las Feuilles Missionnaires, la NEF, y también el diario de cada día con   alguna revista de política y sociedad. Gustaba compartir esos temas. Delicado con los profesionales que lo atendían gratuitamente: tenía detalles con cada uno de ellos en las fiestas de fin de año. Él mismo iba con gusto a adquirirlos en el cercano Carrefour.

Pastor bueno, muy amable con sus penitentes. ¡Muy valorado por sus consejos! A algunos los recibió hasta sus últimas semanas.

Muy presente en su familia de sangre. La lejana Francia y las cada vez más distanciadas visitas no impidieron vivir con sus hermanos, sobrinos, sobrinos nietos,  lazos dulces, cercanos, profundos, llenos de humanidad y de calidez. Los mensajes  intercambiados con la familia al notificar su partida al Padre lo demuestran claramente.

Fiel a sus amigos y amigas. Por donde pasó sembró amistades profundas que supo mantener frescas por cartas, llamadas telefónicas, correos electrónicos.

El Padre Badie – hombre firme, a veces hasta la terquedad -  fue hombre del “¡Aquí estoy!” betharramita. Lo vivió encarando la vida de cada día con la carga de cada día. Sumamente admirable en su empeño por vivir. Empeño que no desdice su entrega generosa, dispuesto a partir cuando el Buen Padre Dios lo dispusiera. ¡Por el contrario! Empeño que era la expresión clara de su entrega al don de la vida y de su vida entregada plenamente con las sorpresas que nos depara cada día. Era la luz de su lámpara siempre viva y perseverantemente encendida.Y cuando en los últimos días  –   ya perdido, no sabemos si por los años o por la medicación,  -    su corazón de hombre consagrado afloraba entre nosotros respondiendo a los rezos, a los glorias y aleluyas de las Horas Litúrgicas, a los padrenuestros y avemarías del rosario:  “¡Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros…!... “¡Hágase tu voluntad…!”En la misa de despedida del lunes 20 de junio a las 19 horas numerosas las personas de la comunidad de la Capilla agradecieron al buen Dios el haber compartido los dones de la vida del querido Padre Gerardo Badie: su caballerosidad, su delicadeza, su integridad, su alegría de vivir, su cordialidad y amabilidad, sus sabios consejos, el ejemplo de su vida sencilla y llena de fe.

Con su partida se cierra  - por ahora - la legión de valientes betharramitas bearneses del Sur de Francia, que dejaron sus añorados Pirineos para gastar generosamente sus vidas en estas tierras argentinas, paraguayas y uruguayas. ¡Alabado sea el Señor por tantos frutos de la entrega de tanta vida de tantos religiosos betharramitas! Montagnes Pyrénées, vous êtes mes amours!... Les montagnards sont là…!

Francisco Daleoso scj