Vida de la Congregación

En el mes de enero, la casa general se puebla de buen humor: acentos extranjeros, caras familiares y algunas risotadas en las escaleras. Es el mes bendecido por los consejos y las reuniones de la Congregación: mucho trabajo, sesiones largas, intercambios a veces animados pero marcados por autenticidad y la fraternidad en la oración como en la reflexión buscando el bien de nuestra Familia religiosa.

Consejo de Congregación 2015
con los PP. Gaspar Fernández Pérez, Enrico Frigerio, Graziano Sala, Tobia Sosio, Laurent Bacho, Jean-Luc Morin, Gustavo Agín, Austin Hughes.

Desde el 27 de enero al 1 de febrero se desarrolló en Roma el Consejo de Congregación: una rica experiencia de comunión fraterna.

Desde la nueva Regla de Vida y las orientaciones del Derecho Canónico, estos Consejos han dejado de ser órganos de decisión y se han transformado en una excelente oportunidad de compartir inquietudes, esperanzas, proyectos, en fin, la vida de cada Vicariato y Regiones.

A partir del orden del día propuesto por el Superior General, hemos comenzado por escuchar con el corazón la realidad de las 3 Regiones, es decir de los 11 Vicariatos.

Una preocupación, que ya fue manifestada en el último Capítulo General, ha sido la pastoral vocacional: ¿qué se está haciendo y que más se podría hacer? no solo en los países más jóvenes, sino también donde aparentemente escasean o están ausente desde hace muchos años nuevos candidatos a la Vida Religiosa. Nuevos signos de esperanza se manifiestan en todas partes, quizás por la influencia notable de Papa Francisco, pero también por la sed de vida espiritual en los que se encuentran insatisfechos de nuestra sociedad de consumo (y son muchos, especialmente entre los jóvenes).

El marco general que ha encuadrado la actividad de estos 6 días ha sido evidentemente el año de la Vida Consagrada, con la hermosa carta que el Papa ha hecho llegar a todos. Todos los días uno de los Consejeros, animaba la oración de la mañana con textos seleccionados de la Carta, complementando con salmos, cánticos, escritos de San Miguel y la Palabra de Dios. La hora, reservada para el efecto, parecía quedar corta, por la riqueza y la profundidad del compartir. Quam bonum et quam iucundum…..si las reuniones son enriquecidas por las celebraciones y la oración común.

Otros temas que hemos reflexionado fueron la misión compartida con los laicos, la formación permanente (pensando en la sesión del próximo año, prevista para los religiosos con más de 40 años de edad), el ya cercano Capítulo General, la necesidad de una siempre mayor comunicación dentro de la Congregación (con los medios modernos que la tecnología nos ofrece y los instrumentos que ya disponemos). Buenas noticias han sido la próxima canonización de la Beata Myriam y la beatificación del P. Louis Cestac, que ciertamente nos ayudarán a vivir mejor nuestro carisma en comunión con toda la Iglesia.

Desde mi experiencia personal puedo decir que el tiempo y los recursos destinados para esta reunión nos permitieron crecer en la fraternidad, en la corresponsabilidad y en la ayuda mutua (espiritual y material). A veces estamos tentados de quitar importancia a las reuniones, y sin embargo son las instancias que favorecen la unidad y nos ayudan a vencer la permanente tentación del individualismo o del personalismo en nuestro estilo de vida o en las múltiples actividades.

Tobia Sosio scj
Consejo General

Comisión preparatoria de la sesión de formación permanente 2016
con el P. Jacky Moura, el P. Gustavo Agín, el H. Andrew Ferris, el P. Gianlcua Limonta y el P. Graziano Sala.

La comisión preparatoria de la sesión de formación permanente que se tendrá en 2016, se reunió en Roma, del 22 al 25 enero de 2015. Conscientes de que la formación permanente es un lento y progresivo proceso de creación en nosotros del hombre nuevo en Cristo, hemos tratado de definir un recorrido racional de visita de los lugares santos, para que favorezcan en cada uno de nosotros una revisión de la propia vida.

Si embargo nos surgió una preguntamos: ¿Para qué preparar con tanto cuidado esta oportunidad de formación? Creemos que estos días serán un “tiempo de gracia” para los religiosos participantes, que podrá permitirles una nueva síntesis de vida entre experiencia y Evangelio, entre vocación y vocación a ser betharramita, hoy. Efectivamente, como afirma el P. Amedeo Cencini, hombre de gran experiencia en el campo espiritual, “la formación permanente no es lo que viene después de la formación inicial sino, por más que parezca una paradoja, es lo que la hace posible, es la idea madre o el seno que la engendra, que la protege y le da identidad”.

Cada participante, llegará a Tierra Santa con un bagaje de experiencia específica, con heridas para curar y alegrías para compartir y, particularmente, con la ocasión de volver a su comunidad de pertenencia con una mirada renovada sobre su futuro. . En las cuatro semanas de encuentro que nos esperan, quisiéramos escudriñar a fondo nuestro ser hombres, nuestro ser creyentes, nuestro ser consagrados, para posibilitar que vivamos la madurez de la Fe en lo concreto y único de nuestra vida cotidiana.

Finalmente, quisiera  pensar, como afirma el Papa Francisco en su carta en ocasión del Año de la Vida Consagrada (2015), que la sesión de 2016 provocará que experimentemos que “el caminar juntos es siempre un enriquecimiento y puede abrir caminos a nuevas relaciones entre pueblos y culturas que, en esta época, parecen llenos de dificultades”.

Gianluca Limonta scj