Los laicos y el carisma de BEtharram

Había que poner a este título un punto de interrogación. En efecto, el texto que va a seguir es querido y propuesto por el Superior General, P. Gaspar Fernández Pérez, como una pista de reflexión abierta sobre la identidad de los laicos bétharramites que también, para repetir el artículo 3 de la Regla de Vida, son llamados “a vivir su vocación baptismal, iluminada por el carisma de la Encarnación”.

Recuérdese, el 31 de mayo de 2011 en Belén, los miembros del Capítulo general escribían a los laicos: « ...El carisma de S. Miguel está más vivo que nunca y en condiciones de proponer un camino a los cristianos que se preguntan sobre la manera de vivir hoy su fe. La presencia de ustedes a nuestro lado en varios lugares de nuestra vida y de nuestra misión es la prueba de ello. Les agradecemos la colaboración, la preparación, la generosidad que despliegan para la formación, para la misión, para la gerencia de los bienes. En nuestros intercambios se ha manifestado también que la manera de vivir la espiritualidad y de participar en la misión es diferente según los países... Les animamos para que sigan en el camino de la búsqueda y la profundización del sentido de la identidad laical de ustedes y de su misión en la Iglesia, como miembros de la familia betharramita.

1. Porque ha sido bautizado vive su unión con Jesús, anonadado y obediente, el Verbo Encarnado que con el impulso generoso de su Corazón dice siempre al Padre “Aquí estoy” para colaborar en la salvación de los hombres mediante el servicio constante. Jesucristo conocido, amado, interiorizado, anunciado con el testimonio y la palabra a la manera de S. Michel Garicoits. Es un discípulo-misionero de Jesús.
2. Lo que caracteriza la vida cristiana de un laico betharramita son las virtudes del Sagrado Corazón de Jesús que cultiva en su vida espiritual e intenta vivir en la simplicidad de la vida práctica. El laico betharramita hace todo con humildad, obediencia, entrega, mansedumbre, caridad, alegría y sin hacerse notar.
3. El laico betharramita vive y construye la comunión eclesial. Participa de la vida eclesial haciendo una lectura orante de la Palabra de Dios, celebrando la Eucaristía y los demás sacramentos, siendo solidario con los más necesitados e comprometiéndose seriamente en la misión para que Jesús sea conocido por todos los hombres y así alcancen la misma felicidad.
4. Por su presencia en medio de los hombres, el laico betharramita, manifiesta que su originalidad cristiana es un testimonio que, como un poco de levadura, va transformando poco a poco el mundo según los valores del evangelio, haciendo presente en él el reino de Dios.
5. Los laicos betharramitas están comprometidos como Jesús a practicar el amor que no tiene límites en las posiciones limitadas que le toca vivir: con la pareja y los hijos que le dio el Señor, con las personas que el Señor le regala en la casa, en la oficina, en el taller, en el club, en el partido político, en el sindicato, en la Ong, en el grupo de reflexión y en todos los ámbitos donde se desarrolla su vida.
6. Y vivirlo intensamente, con sencillez, con alegría y con generosidad, convencido de que está donde Dios quiere, porque él lo quiere y para hacer ahí lo que él quiere, y provocando en los que viven en la misma posición las preguntas irresistibles de Paulo VI: ¿Por qué son así? ¿Por qué viven de esa manera? ¿Qué es o quién es el que los inspira? ¿Por qué están con nosotros? (E.N. 21)
7. A partir de ahí trata de dar razón de su esperanza, que es Jesucristo que llena de alegría su vida, para que todos puedan conocerlo, amarlo y seguirlo para poder vivir de la misma alegría.
8. Vive su fe de manera adulta, practicando el discernimiento de la voluntad de Dios en las situaciones diferentes en las que se desenvuelve su vida para descubrir en los signos de los tiempos la presencia de Dios (G.S. 11).
9. Se preocupa de su formación integral estudiando la Escritura, leyendo los escritos de san Miguel Garicoits y de la tradición betharramita, conoce en profundidad la Doctrina Social de la Iglesia (cf. Compendium de la Doctrina social de la Iglesia).
10. Si tienen oportunidad participa de la misión que la Iglesia ha encomendado a la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram en alguna de las comunidades betharramitas.
11. Vive la alegría cristiana y la hace contagiosa para que todos quieran experimentarla en la vida nueva que procede del Corazón de Jesús resucitado.
12. Si es casado/a vive el sacramento del matrimonio como don y dicha y como dicha. Las relaciones de pareja y de familia en una dinámica pascual, asumiendo la cruz de cada día y gozando las consolaciones del Señor. La familia así constituida es una pequeña Iglesia doméstica donde se lee la Palabra de Dios, se participa de la Eucaristía, se construye la unidad, mediante el amor cristiano, buscando cada uno el bien de los demás, interesándose por ser solidarios con los pobres, valorando la vida y educando a los hijos de acuerdo a las enseñanzas del evangelio. Mediante todo esto, dando testimonio del Amor que Dios nos tiene y que nos ha manifestado en Jesucristo.
13. Si es soltero o viudo puede vivir su vocación laical también consagrando su vida al Señor comprometiéndose a vivir los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia. Esta consagración es de tipo privado. El laico que desea hacerlo, lo discierne con un religioso de Betharram. Este religioso lo comunica a su Vicario y con su autorización presencia la consagración en una pequeña celebración privada.

Gaspar Fernández Pérez, scj

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