Vida de la Congregación (1)

Desde el 23 de abril al 1º de junio, 10 de nuestros jóvenes religiosos vivieron este tiempo que ya es precioso en la formación inicial de un betharramita: tiempo de estudio y de experiencia comunitaria intercultural para beber juntos en la fuente de nuestra espiritualidad y para hacer latir al unísono el corazón misionero e internacional de nuestra Congregación.

“El cielo, lo alcanzaré y lo tocaré”, decía San Miguel. La sesión me ha ayudado a recordar de todos los medios que, durante la etapa de formación, fui adquiriendo y para que, a través de la Vida Religiosa, pueda continuar descubriendo ese pedazo de cielo que San Miguel tocó y nos dejó como herencia. Ahora me siento enviado por Betharram a descubrir y vivir con los demás, desde dónde me encuentre, la alegría del Amor. H. Victor Manuel Torales Martínez (Vic. Paraguay)

“Hay que esperar el momento oportuno para recoger los frutos” Un momento lindísimo en el que pude experimentar vivamente que lo que fue “sembrado” está floreciendo y que los frutos futuros no serán míos. En una palabra: hay flores… porque semillas fueron plantadas… habrá frutos para y en el tiempo de Dios. H. Guilherme Glecimar Da Silva (Vic. Brasil)

Las diferentes peregrinaciones fueron, para mí, ocasiones de conversión todos los días, de apertura a la voluntad de Dios y a la disponibilidad para responder “aquí estoy” a la misión de la congregación. H. Vincent Worou Dimon (Vic. Costa de Marfil)

Entre los caminos posibles para llegar a Dios, Miguel Garicoits encara el más derecho: el camino abierto por el Verbo Encarnado que dice a su Padre: “Aquí estoy, vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad” (Hb 10,10)… En otras palabras, la sesión internacional betharramita es beber de la misma fuente de la que bebió nuestro Padre Fundador. H. Eudes Fernández da Silva (Vic. Brasil)

Desde la llegada a este hermoso lugar, Dios trabajó mi corazón mediante el contacto con los hermanos de diferentes culturas y edades, mediante las conferencias y conocimientos de los lugares que fueron importantes para nuestro santo. Agradezco a Dios `y a la congregación por esta experiencia que sin duda será inolvidable y marcará profundamente mi vida religiosa betharramita.  H. Raúl Villalba Maylin (Vic. Paraguay)

Descubrí más claramente las diversidades culturales y la alegría de compartir una misma espiritualidad en el seguimiento de un grande, humilde, apasionado y vital santo vasco San Miguel Garicoits. Creo que también adquirí recursos para mi camino de vida religiosa. H. Jean-Paul Kissi Ayo (Vic. Tierra Santa)

La sesión me ayudó realmente a conocer la vida y la espiritualidad de nuestro fundador. Estuve también feliz de haber participado de esta sesión con todos los otros hermanos provenientes de diversos países y culturas; eso demuestra la pertenencia a una familia que es nuestra familia betharramita. Doy gracias a Dios y agradezco a todas las personas de buena voluntad que nos permitieron hacer esta linda experiencia. H. Siluvai Antony (Vic. India)

Es una experiencia mística estar en Betharram, en la casa madre donde todo comenzó; me permitió rezar y reflexionar sobre mi vocación betharramita y sobre la generosidad de mi Ecce Venio. Agradezco a la Congregación por permitirnos vivir esta linda experiencia, este compartir entre hermanos de distintas realidades y culturas, contemplando el “Aquí estoy”, animándonos a seguir fieles a Betharram y a estar siempre disponibles para trabajar donde trabaje Betharram. H. Davi Aparecido Da Silva Lara (Vic. Brasil)

La sesión internacional 2014 fue uno de los momentos importantes y decisivos en mi vida. Siento más cercana la espiritualidad de nuestro fundador, San Miguel. Es una fuerza interior, para mí, vivir esta espiritualidad y ser testigo de vida para la humanidad.  H. Jacob Biso Puliampally (Vic. India)

El encuentro con diferentes culturas en Betharram, la casa de la fundación de la congregación, fue simplemente formidable. Pude experimentar cómo la chispa de Miguel iluminó muchos corazones que irradiaron el rostro de Cristo a lo largo de los siglos. Esta sesión reafirmó mi convicción de que Betharram significa esperanza, porque San Miguel vive en nuestros corazones y Cristo es la fuente de nuestras vidas y quiere que seamos el pueblo de la Pascua y que el Aleluya es nuestro canto. De aquí, me llevo esta misma chispa a mi vicariato, para siempre. H. Michael Bistis T. Fernando (Vic. India)