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11/09/2013

La palabra a los jóvenes...

Los Jóvenes Betharramitas

logo GMG-betharramPoliana Menezes (Brasil)
¡Qué lindo esta juntos, conocer a jóvenes (y jóvenes betharramitas) del mundo entero, compartir la misma fe y llevarla por las calles! Esto y mucho más significó la JMJ 2013 para los jóvenes de VIBRA (Vicariato del Brasil). Nos reunimos en Paulínia, São Paulo, para la pre-jornada, y quedamos admirados por la acogida de las comunidades betharramitas del lugar. Para la mayoría de nosotros era el primer encuentro. Sin embargo nos recibieron como a hijos, amigos y Hermanos. Italianos, paraguayos, franceses, argentinos y brasileños. Cada uno hablando su lengua, pero todos comunicando la misma alegría de ser discípulos-misioneros que siguen y anuncian a un mismo Señor. En la ciudad maravillosa de Rio de Janeiro, nuestra admiración fue aumentando: una multitud de jóvenes en la playa de Copacabana, fiesta, oración y la expectativa de ver y oír al Papa en persona, por la primera vez. Nunca vamos a olvida su proximidad y sus palabras. Como jóvenes betharramitas queremos encarnar lo que Francisco nos dijo en la misa de clausura: VAYAN, SIN MIEDO, Y SEAN SERVIDORES, porque el auténtico misionero se hace servidor de todos. ¡AQUÍ ESTOIY, SEÑOR, ENVÍAME!

logo GMG-betharramBrian Barrionuevo (Argentina)
Llegamos a Paulínia junto con nuestros hermanos italianos y nos estaban esperando con una bienvenida única! Cantos, bailes, colores, ALEGRÍA.
Ya desde el inicio se demostró la unión cuando todos juntos intentamos sacar el ómnibus que se había quedado atascado en la entrada, todos tirando para el mismo lado con un objetivo en común.
A partir de ahí, todos sabíamos que íbamos a seguir unidos durante y después del viaje.
Luego de unos días se sumaron nuestros hermanos franceses y paraguayos y la familia creció.
La semana de la Pre-Jornada pasó, y nuestras vidas e historias compartidas con las familias que nos acogieron quedaron guardadas en nuestros corazones como nosotros en el de ellos.
Llegamos a Río, muchos nos llevamos una sorpresa, a lo mejor no era lo que esperábamos; pero eso no nos detuvo… seguimos ADELANTE, SIEMPRE ADELANTE!
Durante la JMJ nos tuvimos que separar en nacionalidades para diferentes actividades, los italianos por un lado, los brasileros por otro y los de habla hispana por otro.
Esos días pasaba algo muy curioso… siempre íbamos por caminos diferentes y tarde o temprano nos volvíamos a encontrar; ya sea en un vagón de tren, del metro o en la playa de Copacabana.
Muy loco encontrarte con el resto de tu grupo entre medio de… ¡3 MILLONES DE PERSONAS! ¿Suerte? ¿Destino? NO…. ¡DIOS!
Desde ese entonces entendí que Él nos quiere ver unidos. Entendí que la distancia no es el fin y si nos encontramos en esta aventura fue para no separarnos jamás.
Entendí también lo que es “hacer discípulos en otras naciones”.
Por esto y muchas cosas más agradezco a Dios el haberlos cruzado en mi vida, el haber caminado un trayecto de mi camino y haber dejado huella en él.
Gracias, grazie, obrigado. Amén.

logo GMG-betharramMichele Arosio (Italia)
Volver al ritmo cotidiano, después de una experiencia fuerte, nunca es sencillo. Más todavía si esta experiencia es la JMJ de Rio, una jornada especial porque es vivida con jóvenes que vienen de realidades betharramitas, como uno.
Este verano único lo voy a recordar por la cantidad de experiencias que he vivido, de rostros encontrados, de lugares visitados, de personas que permanecerán siempre en mi corazón… un corazón que ahora es más grande.
Aunque antes de partir estaba indeciso y con miedo (un viaje de aventura a 9000 km de casa, da miedo), ni bien llegué a Paulínia me di cuenta de que no sería un viaje pobre: la acogida, los cantos, los bailes manifestaban la alegría del encuentro.
Efectivamente, la primera semana marcó mis recuerdos. Ver que tantos jóvenes latinoamericanos están entusiastas de vivir el seguimiento de Cristo compartiéndola con los Padres, me dio un nuevo impulso para tratar de hacer participar también a los jóvenes italianos de esta felicidad: seguir a Cristo es lindo.
La confirmación de esos sentimientos que experimenté en la primera semana, fue en Rio: millones de jóvenes, en fiesta, cantando, incansables, que corren para estar cerca de Jesús y para captar el menor suspiro del Papa Francisco: señal de que quieren verdaderamente de y con Cristo.
Una mezcla de colores, de cantos, de danzas… un modo nuevo y único de vivir la fe, un modo que en Italia no veo casi nunca, pero que quisiera que fuera lo habitual.
Todo esto se puede resumir en tres palabras que nos dejó el Santo Padre: vayan, sin miedo, para servir. Especialmente ese “sin miedo”, con coraje. Los cristianos son valientes. No se asustan por la diversidad, por el rechazo, por las dificultades. Como en Río, vayamos y hablemos con todos, gritemos la alegría de ser de Cristo.
No es simple… hoy la sociedad intenta enfriar nuestra fe, pero después de haber estado en Brasil, puedo decir que la unión hace la fuerza: sostengámonos, vivamos la fe en comunión, confiemos en los hermanos. Lo que viví en dos semanas, quisiera vivirlo todos los días.

logo GMG-betharramCamille (France)
¿Qué me queda de la JMJ?
La palabra que podría resumir mi JMJ tal vez sea “encuentro”. Un encuentro consigo mismo, con mi grupo, con los jóvenes de Betharram de diferentes países, encuentros con jóvenes del mundo entero y encuentro con el Papa Francisco. Un encuentro alegre. Esta experiencia fue inolvidable, para mí. Cuando el Papa habla, lo hace con una sencillez que nos llega al corazón especialmente a nosotros, los jóvenes, nos da ganas de salid de nosotros mismos en seguida, sin esperar. Esta es una cita de su homilía, en la misa de clausura: “Queridos jóvenes, Cristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. María, la Madre de Jesús y nuestra Madre los acompañe siempre con su ternura: Vayan y hagan mis discípulos a todas las naciones”.
Además. El ambiente de la JMJ es tan diferente de lo que se puede vivir normalmente; todos están abiertos al otro, se habla con cualquiera sobre cualquier asunto sin miedo del encuentro, se pueden vivir días que nos parecerían imposibles de vivir (frío, lluvia, sueño…) pero que de todas maneras nos parecen geniales.
Esta es una experiencia que hay que vivir en cada JMJ y que hqay uqe recomendar y hacer descubrir al prójimo “¡Esta es la juventud del Papa!”.

logo GMG-betharramAude Fioc (France)
"Toma tu Cruz y sígueme" (Mt 16,24).
Lo que más me marcó de esta JMJ fue el Vía Crucis. Éramos un millón de personas, todas nacionalidades confundidas, apretados unos contra otro, bajo la lluvia, en la playa de Copacabana. Sin embargo, fue allí que yo sentí “algo”.
En ese Vía Crucis, en cada estación, se nos proponía una meditación sobre los problemas actuales que nosotros, los jóvenes, podemos estar viviendo. En la última estación, cada continente tenía una misión que le era confiada. La nuestra: “Que Europa pueda superar esta ola de secularización destructiva, gracias a la proclamación valiente de nuestra fe”.

logo GMG-betharram Me llamo María Silvana Godoy Bonini (Paraguay).
Tengo 17 años, y tuve la bendición de poder participar de la Jornada de la Juventud en Rio de Janeiro. Fue una experiencia única e inigualable, como todas, pero esta fue más especial y más cercana. Primero, porque la Beata Chiara Luce Badano fue intercesora, y a los 18 años partió, viviendo con una santidad increíble. Un verdadero ejemplo a seguir. Segundo, porque pude estar a un metro del Papa Francisco. Estar ahí fue como estar en el cielo; simplemente emocionante. Poder ver como tantas personas, especialmente jóvenes, nos reunimos por una sola razón, Cristo y el sucesor de Pedro, Francisco. Éramos jóvenes de los 5 continentes que estábamos ahí, con diferentes idiomas, culturas, tradiciones; de repente se complicaba por la lengua, pero había algo en común, todos hablábamos el idioma del amor, de Cristo; ahí no había idioma, cultura, tradición, color, nada que nos haga no poder hablar entre nosotros. Se podía sentir esa alegría de la juventud, ese entusiasmo, esa energía. Cantos, gritos, inclusive llantos de felicidad y emoción. Era un ambiente totalmente ajeno a lo que vivimos día a día en nuestra vida cotidiana. Era imposible no estar feliz, no saludarle con una sonrisa al que se cruzaba contigo; era imposible no sentirle a ese Cristo en carne en cada uno de los que estábamos reunidos ahí. Y en el momento que mas certeza tuve que el de arriba estaba actuando, juntos con los intercesores de la JMJ, fue cuando el Papa Francisco empezó a hablar… nunca había escuchado una voz tan dulce y que transmita tanta paz, pero a la vez tanta motivación. Sin duda que era el propio Cristo quien se comunicaba. Y una de las cosas que pensé fue “que cerca de Jesús tiene que estar el Papa para ser Papa, que parecido a Él tiene que ser. Prácticamente el mismo Señor pero con otra apariencia, y que increíble que le haya elegido a Francisco. Que increíble que te elija”. Y así es, Cristo nos elige, nos llama, y nos llama a ser discípulos, a evangelizar, a llevarle donde más le necesitan, a jugarse por El, a ver que tanto aguantamos, que tanto confiamos en su amor y en su divina gracia. Sin duda que yo pude experimentar ese amor concreto de Dios, en cada segundo que pasaba, CONCRETAMENTE, y lo que decía el Papa era cautivante, emocionante. Te deja con ganas de querer hacer algo, y de hacerlo. Cada día de la JMJ se quedó grabado dentro de mí y con todo eso te das cuenta de que se puede hacer un mundo mejor. Lo primero que tenemos que quitarnos es el miedo, el resto ya se encarga Dios. Estas son las cosas que no compra el dinero ni lo mundano, porque el amor de Dios y el querer llegar a todos es infinito e increíble, por eso se manifiesta mediante personas como Francisco y todos los jóvenes de todo el mundo que participamos; para mostrarle al MUNDO que nosotros creemos en alguien que esta allá arriba, y que nos ama con todo el corazón; alguien que es capaz de reunirnos a todos los jóvenes del mundo para comunicarnos su mensaje y para mostrarnos que tan afortunados somos. Una experiencia increíble, alucinante, motivadora, y miles de adjetivos más. No hay palabras para describir todo lo que se siente estar ahí. Ahora queda comunicar todo lo que dijo el Papa, y todo lo que nos dijo a cada uno en especial Jesús. El cristiano tiene que cambiar el mundo; el cristiano VA A CAMBIAR el mundo.

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