P. Gilberto Ortellado, párroco de la parroquia «N.S. do Belo Ramo» de Paulínia y superior de la comunidad de Paulínia-São Paulo
Volvamos a las actividades en su conjunto con el P. Gilberto Ortellado, párroco de la parroquia «N.S. do Belo Ramo» de Paulínia y superior de la comunidad de Paulínia-São Paulo.
Hola mis hermanos y hermanas, lectores de Noticias en Familia (NEF). Es con alegría que quiero compartir con ustedes brevemente lo que significó para la comunidad religiosa betharramita y para la parroquia de Paulínia la JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD (JMJ) que aconteció en Rio de Janeiro (Brasil) el mes de Julio pasado, comenzando por toda la preparación previa realizada aquí en Paulínia y lo que estamos viviendo hoy.
Comenzamos los preparativos desde el año pasado, cuando el responsable del área Juventud de la arquidiócesis de Campinas anunció que cada parroquia acogería grupos de jóvenes provenientes de otras naciones para una experiencia misionera, una semana antes de la JMJ. A esta semana la llamaban “Semana Misionera” o “Pre-JMJ”. Nuestra arquidiócesis presentó toda una programación para esa semana que incluía actividades religiosas, lúdicas, deportivas, culturales y de visita casa por casa. A partir de ahí iniciamos los preparativos para la participación de toda la parroquia para la JMJ. El Padre Aurelio, el Diácono Chiquinho y yo resolvimos que la parroquia debía estar presente en ese acontecimiento. Gracias a Dios, pudimos contar con la ayuda de un grandioso equipo que nos ayudó en toda la organización. Reunimos a los jóvenes, y cuando les hablamos de nuestro deseo, abrazaron la causa con entusiasmo. Comenzamos a trabajar con ellos: reuniones para reflexionar sobre la JMJ, para hacer actividades para recaudar y así ayudar en los costos de la inscripción y del viaje, adoración al Santísimo una vez por mes pidiendo por la JMJ, entre otras cosas. Fueron 40 jóvenes de la parroquia que se inscribieron para participar – por primera vez – de la JMJ. Por otro lado, nos preparamos también con este equipo y con toda la parroquia para acoger los jóvenes que vendrían de otros países. Grande fue nuestra sorpresa y alegría cuando el Padre Gustavo y el Padre Mauro nos piden para recibir a jóvenes betharramitas de Argentina, Paraguay, Italia y Francia que participarían de la JMJ. La idea era aprovechar la Pre JMJ para reflexionar sobre los 150 Años del Fallecimiento de nuestro Fundador, San Miguel Garicoits. Todas las comunidades de la parroquia (seis en total) se organizaron para este acontecimiento. Fue grande la movilización: organización de las familias que darían posada a los visitantes, organización de los equipos de cocina, preparación de la programación de la Semana Misionaria con celebraciones, charlas, eventos culturales, deportivos, fiestas, visitas, transportes, preparación del lugar para los encuentros de la Pre JMJ, etc. Cuando llegó el gran día, recibimos a los 30 jóvenes betharramitas: Padres, religiosos y laicos, que iban llegando. Esa semana de la Pre JMJ fue muy emocionante. Fue pura alegría para los jóvenes de la parroquia y para toda la comunidad parroquial, principalmente para aquellos que acompañaron de cerca esta semana, como también para nosotros los religiosos de Paulínia.
Es digno de mención el entusiasmo del Padre Aurelio y del Diácono Chiquinho en estos días. También es bueno destacar la rápida integración de los jóvenes locales con los que llegaron de afuera. No importó que algunos hablasen español, otros italianos o francés o portugués, todos se entendían con el lenguaje de la música, de la danza, del abrazo, de la sonrisa, del juego, de la oración, del compartir la mesa y las celebraciones. Fue regocijante ver cómo los jóvenes compartían juntos alegres momentos como si fuera que eran amigos de siempre. El día sábado, 20 de julio, fue celebrada la Misa de envío de los jóvenes a la JMJ en Campinas, que comprometió a todas las parroquias de la arquidiócesis. Fue una celebración muy bonita que marcó el inicio de la Jornada Mundial de la Juventud. El domingo a la noche, los jóvenes de la parroquia, junto con el Padre Aurelio y Chiquinho, partieron para Rio de Janeiro. El lunes de mañana hicieron lo mismo los jóvenes betharramitas. Todos fueron con entusiasmo y alegría, motivados por lo que vivieron en la Pre JMJ y con la esperanza de vivir una experiencia única en sus vidas, de encontrarse con el Papa Francisco, con otros jóvenes, y con el intuito de que vivirían una aventura y un encuentro espiritual con Jesús como nunca antes vivieron. En cuanto eso, los que quedamos en la parroquia vivimos la JMJ a través de los medios de comunicación, pidiendo en nuestras misas y oraciones por la JMJ y, principalmente, por nuestros jóvenes. Si el viaje a Rio fue emocionante, la vuelta no fue menos. Cuando los jóvenes de la parroquia se encontraron nuevamente con los jóvenes argentinos, italianos y paraguayos, fue sólo alegría. La vuelta de los jóvenes de Rio coincidió con la semana de misas de preparación para la Fiesta de Nuestra Señora de Bétharram. Los jóvenes testimoniaron las experiencias vividas en la JMJ a toda la asamblea reunida en las misas en esa semana que los escuchaba con mucha atención. Así, ellos consiguieron pasar para nosotros todo el entusiasmo y la fuerza espiritual que vivieron esa semana en Rio de Janeiro. La JMJ trajo para nuestra parroquia un viento nuevo, un espíritu nuevo. Nuestros jóvenes están bien animados, con entusiasmo y con deseo de servir a su Iglesia con espíritu misionero. Lo más resaltante es que, aunque hablamos poco de la espiritualidad de San Miguel Garicoits, ellos expresan el deseo de conocer más sobre su vida y su carisma y sobre la Congregación. La convivencia con los jóvenes betharramitas y con los religiosos que nos visitaron consiguió eso. Y esta es una oportunidad única que tenemos en las manos y que debemos saber aprovechar.
El Padre Aurelio, por su parte, ya comenzó a trabajar con ellos reuniéndolos para que lo que se sembró en la JMJ en el corazón de los jóvenes no muera y sí, dé frutos en ellos y en los demás jóvenes de la parroquia. Y los jóvenes ya comienzan a soñar en la próxima JMJ que será en Polonia, en el 2017. Si Dios quiere, ahí estaremos de nuevo.
P. Gilberto Ortellado scj
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