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26/10/2009

Noticias en familia - 14 de diciembre de 2009

 

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La palabra del Padre General

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Lo que es nuevo en la Regla de Vida

Hace cuarenta años, 1969, se aprobó la Regla de vida en el Capítulo extraordinario que pedía el Vaticano II. El Capítulo fue precedido en 1968 por la Comisión interprovincial que, reunida en Bel Sito, hizo un trabajo precioso con los resultados de la  Consulta a todos los religiosos, promovida por el Superior general, P. Joseph Mirande. Todo este rico material se puede encontrar en la NEF de aquellos años.

Se hizo un trabajo muy bueno y sintético con los elementos con los que contaban en ese momento. Se define muy bien nuestra identidad betharramita como una forma de discipulado de Jesús: …cuya misión propia es reproducir y manifestar el impulso generoso del Verbo encarnado que dice a su Padre: Ecce venio y se entrega a todos sus quereres en pro de la redención de los hombres. (RdeV. 1969, 2, 12). La reflexión de los primeros capítulos se estructuraba en  tres dimensiones: la espiritualidad, la comunidad y el apostolado. El aporte del P. Jean Matéo fue decisivo en su momento para caracterizar nuestra identidad.

Aprovechando la revisión de la parte del Gobierno que ya conocemos, la comisión de revisión de la Regla de vida, creada por el P. Radaelli, consideró que aquél buen trabajo del año 1969, necesitaba incorporar la reflexión posconciliar sobre la vida consagrada e incluso la reflexión llevada a cabo sobre nuestra identidad carismática desde el encuentro de Betharram en 1985, promovido por el P. Grech.

Los simples cambios de los títulos incorporan la terminología que se ha ido fijando en estos años: I. El Carisma de la Familia de Betharram.  II. La misión de los religiosos del Sagrado Corazón de Jesús. III. La Consagración por los votos. IV. La vida de oración Betharramita. V. La vida fraterna en comunidad. VI. Nuestro servicio en la Iglesia…

El Manifiesto se presenta completo. Es un texto considerado fundador que expresa nuestra identidad carismática. El párrafo que faltaba expresa de vuelta la referencia a Jesucristo atractivo, modelo y ayuda, pero además expresa las circunstancias de la fundación: la descristianización y la desobediencia del clero, dos realidades que padece e impactan a San Miguel Garicoits.

Se recupera la expresión Sagrado Corazón que aparecía con mucha debilidad, tanto para nombrar a Jesús, el impulso generoso del Corazón de Jesús, el Verbo encarnado (Art. 2, 9) como para nombrar a la Congregación (112, 113, 114,30…). Se añade a las tres dimensiones: espiritual, comunitaria, misionera, la dimensión de la consagración (arts. 4, 6). Se añade a la misión betharramita el matiz de “lograr para los demás la misma felicidad” (11), en el que tanto se ha insistido en estos últimos años.

Se ha tratado de incorporar mediante citas la teología sobre la vida religiosa postconciliar, la reflexión sobre el carisma con nuevas citas de San Miguel, del P. Etchecopar y hasta de alguno de los últimos Capítulos generales, el del 1999 en el art. 18 y la Carta de Juan Pablo II al Superior general con motivo del Bicentenario del nacimiento de San Miguel Garicoits en 1997 (124). Así se quiere mostrar que nuestra identidad se va fraguando en la historia de nuestra Congregación.

Se han respetado mucho los capítulos I y II que expresan tan bien nuestra identidad y nuestra misión, actualizando la terminología. Los capítulos IV y V han sido poco trabajados por falta de tiempo. Algunas citas aportan pequeños matices. La fraternidad evangélica incorpora con una cita de NMI 43 un elemento fundamental, la Espiritualidad de comunión (96).

Se conservan los títulos de los tres votos pero se han elaborado los contenidos. Habíamos escuchado que para alguno de los votos el trabajo había faltado de profundidad. Se ha tratado de incorporar la riqueza de la reflexión posconciliar. Se ha enriquecido la reflexión con una dimensión trinitaria y comunitaria para cada voto. Además se acentúa el amor como la motivación de los tres votos, como nos enseña nuestro Padre San Miguel en su expresión: “Más por amor que por cualquier otro motivo”.

Nuestro Servicio en la Iglesia es el título del Capítulo VI. Antes era el capítulo VII que tenía como título: Actividades apostólicas. Se enriquece con la afirmación de que el testimonio de fidelidad a nuestra vida consagrada es parte esencial de nuestra misión. También es nuevo el aporte de dos prioridades: el servicio a la Iglesia local (114) y la presencia a cada persona humana en sus diferentes formas de pobreza (115-116). Se señalan nuevos campos de actividad: La pastoral juvenil (117), la pastoral familiar (121), La animación y el acompañamiento espiritual (124), La promoción humana (125), el diálogo interreligioso, el encuentro entre culturas (128-129). El final de este capítulo es también nuevo: Los criterios de discernimiento de las actividades (130-135).

El Capítulo VI era La Formación. Ahora se llama La Formación betharramita y es el Capítulo VII. Parece lógico este cambio de orden. Las actividades de nuestra misión hacen parte de nuestra vida. Una vez definida ésta totalmente se habla de la formación para esa vida. Este capítulo hay que leerlo en referencia a la Ratio formationis. Teniendo en cuenta ésta se añaden las etapas: el acompañamiento y el discernimiento vocacional y el Postulantado, que se observa en todas las realidades de la Congregación. Se destacan: El período de los votos temporales, la profesión perpetua y las formaciones específicas de los religiosos clérigos y de los religiosos hermanos.

Se enriquece la fórmula de profesión con expresiones de nuestro Fundador, dándole un carácter propio (152). En las devociones de la Congregación recuperamos: el 14 de septiembre solemnizamos la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. [S. Miguel Garicoits] al cual asociamos a aquél que fue su discípulo, el P. Augusto Etchecopar, Siervo de Dios. Santa Juana Elizabeth Bichier des Ages… La Beata María de Jesús Crucificado, que tanto amó nuestra familia. (92).

Gaspar Fernández Pérez,SCJ


nef-etchecopar.jpgEl Padre Augusto Etchécopar escribe... en su cuaderno íntimo, Navidad de1855

Jesús pide al mundo un rincón para venir a la luz. Los suyos no lo recibieron (Jn 1, 11). ¿Por qué? Porque vanos, voluptuosos, codiciosos. Aunque el mundo hubiera ofrecido a Jesús sus palacios, Jesús no los habría querido porque él es humilde, mortificado, pobre… 
Alrededor del pesebre son admirables los humildes, María, José, los Pastores. Si queremos ser admitidos en esa santa compañía, hay que haber practicado las tres virtudes.
Si queremos que Jesús nazca en nuestro corazón, hay que reunir las mismas cualidades que el pesebre, despojado de todo afecto, hielo para la criatura, muerto para las inclinaciones malas. 
¿Por qué tardamos en ofrecer a nuestro Dios una morada digna de él? ¿Por qué tardamos en imitar sus ejemplos?… Jesús, haz mi corazón semejante al tuyo.


Adviento, misterio de amor

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Vivimos en tiempo de Adviento, preludio a la Navidad del Señor. Es el misterio eterno de Dios que, amándonos, se deja no tanto buscar sino buscarnos viniendo a nuestro encuentro. Ésta es la verdad que no debemos olvidar proclamar: “Dios amó tanto al mundo que envió a su Hijo único” (Jn 3,16). ¿Cómo llamar a este comportamiento de Dios sino misterio de amor”?. Ante la contemplación de un Dios que se hace pequeño, escondiéndose en las semblanzas humanas, el corazón de san Miguel ha rebosado de asombro. Incluso nosotros, sus discípulos, no podemos nunca olvidar de asombrarnos pensando en tan grande amor. Porque el mundo que Dios ama somos nosotros. Dios ama nuestra vida, y quiere devolvérnosla llena y abundante. Para realizar este proyecto, se hizo uno de nosotros, solidario con nosotros. Ésta es la gran e inesperada “bella noticia” que nos trae el Adviento.

En nuestras reflexiones y meditaciones, nos dejamos guiar de buena gana por lo que debemos hacer, por varios compromisos a asumir, por el camino a recorrer. Mirándolo bien, el centro de esos pensamientos somos nosotros y nuestro actuar. Al contrario, el Adviento nos invita a poner en primer plano el actuar amoroso de Dios, lo que Él hizo y sigue haciendo por nosotros y por toda la humanidad.

Modelo ejemplar de este “Adviento” es la Virgen María. “Visitada” por la Palabra, va junto a su prima Isabel quien, a su vez “encontrada” por el Señor, canta al unísono con María la alabanza de Quien ha hecho maravillas en ellas.

Pero en el comportamiento amoroso de Dios hay algo más: en la plenitud del tiempo toma forma, planta su carpa entre nosotros, para hacerse conocer, revelar su rostro. Así, su venida viene a colmar la nostalgia siempre presente en el corazón del hombre e invocada por el salmista: “Tu rostro, Señor, busco, no me escondas tu rostro” (Sal 27, 8-9). Esta experiencia da significado a toda la vida del hombre. El Hijo de Dios, el Emmanuel, el Dios con nosotros, es el nombre en el que está encerrado y en quien encuentra cumplimiento este camino. “Dios envió a su único Hijo al mundo, para tener vida por él (1 Jn 4, 9).

De san Miguel aprendemos la capacidad de contemplar el misterio de amor de Dios para con el hombre. Como los pastores ante el Niño saben “ver” y “acoger” el anuncio de agradecimiento a Dios y de paz a los hombres, incluso el hombre de nuestro tiempo nos pide mostrarle también este amor y hacerle oír el anuncio que trae alegría, esperanza y paz. Éste es el compromiso que tenemos que asumir: narrar con la vida y la palabra el amor eterno de Dios para con la criatura.

El tiempo de Adviento, con el misterio de la Encarnación, nos interpela sobre la disponibilidad-servicio con los hermanos. “Aquí vengo, Señor, para hacer tu voluntad. “Aquí estoy, soy la servidora del Señor, hágase en mí como has dicho” (Lc 1, 38). Es la obediencia, o mejor, el entregarse totalmente a Dios, con la confianza que solo Él realiza “grandes cosas”. Por eso, como hombres de esperanza y capaces de contagiar esperanza, estamos llamados a hacernos cargo de los múltiples problemas y expectativas presentes en el corazón de nuestros hermanos.

El tiempo de Adviento es tiempo precioso: memoria del pasado (en el que fuimos infieles y estuvimos lejos del Señor), celebración del presente (la alegría de sentirnos salvados, redimidos por el Señor), anticipo de los bienes futuros (recordar, con nuestra manera de vivir y actuar, que nuestra morada aquí no es permanente, sino estamos en camino hacia la futura). Es la dimensión de la consagración que encuentra la ejemplaridad y su plena realización en María, pero es incluso continuo reclamo a reavivar nuestra fe, con la que nos hacemos disponibles para dejarnos tocar por el misterio de Dios. Acogiendo la invitación de Juan Bautista “den frutos dignos de penitencia”, dispongámonos, bajo la escuela de María de Nazaret, a acoger y contemplar el don del gran amor de Dios que no deja nunca de amarnos. Ama en primer lugar y no pide nada a cambio. Ama y basta. Ama a todos gratuitamente.

Angelo Riva,SCJ


Elementos de una espiritualidad laical betharramita

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Una resolución del Capítulo General sobre los laicos pidió identificar convergencias válidas para todos los grupos. Después de un cuestionario y de los intercambios a que dio lugar, aquí está el resumen de las contribuciones recibidas. El P. Enrico Frigerio, consejero general para los laicos, expone ahora este texto a la atención de todos.

1. La Persona de Jesús: su vida, sus relaciones, sus acciones, sus palabras, su Pascua
Jesucristo en el misterio de su Encarnación, toda su vida, para, como él, practicar el amor que no tiene límites en los límites de la posición, sin llegar tarde, sin poner condiciones, sin volverse atrás, más por amor que por cualquier otro motivo.
Jesucristo, anonadado y obediente, el Hijo predilecto del Padre. Jesucristo, en el impulso generoso de su Corazón, que dice a su Padre: Aquí estoy para hacer tu voluntad, y se entrega totalmente para salvar a los hombres. Jesucristo, conocido, amado, interiorizado, testimoniado, anunciado como S. Miguel Garicoits.

2. Construyendo y gozando la comunión eclesial
Unido a Jesús desde el día del bautismo y cultivando esta unión en la oración, la Eucaristía y en la práctica de las virtudes humanas, cristianas y Betharramitas: humildad (sencillez, pasar desapercibido), obediencia, mansedumbre, entrega, caridad.
Viviendo los valores de la vocación laical. Viviendo la alegría de conocer y amar a Jesús y de ser discípulo y misionero suyo. Viviendo la comunión como complementariedad vocacional con los religiosos Betharramitas y también con las demás vocaciones en la Iglesia. Vivir también el valor de la comunión eclesial en la propia familia, Iglesia doméstica, y con otras familias.
Organizar grupos de familias o de personas que quieran vivir esta comunión desde la espiritualidad de San Miguel Garicoits y con un compromiso transformador en los ambientes donde viven.

3. Participando de la misión de la Iglesia
Mediante un testimonio audaz en el ambiente que provoque la pregunta irresistible: ¿Y éste por qué es así? (E.N.21)
Vivir adultamente la fe con la práctica del discernimiento de la voluntad de Dios en las situaciones más diversas en que se pueda encontrar. Discernimiento político, laboral, educativo, obrero, sindical, MCS, ecológico…Opción por los pobres.
Preocuparse por su formación integral, Sagrada Escritura, escritos de San Miguel y de la tradición Betharramita, Doctrina Social de la Iglesia. (cf. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia). La Iglesia en el corazón del mundo, el mundo en corazón de la Iglesia (Puebla)
Dar razón de la esperanza que tiene, no avergonzarse de decir que es cristiano y tener el coraje de anunciar a Jesús. No hay evangelización verdadera, mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret Hijo de Dios (E.N. 22)
Participar y colaborar en la medida de lo posible con las actividades misioneras de Betharram.

4. Propuesta de elementos mínimos que expresen la identidad betharramita
Rezar personalmente cada día esta oración y tomar conciencia de que al rezarla está expresando la comunión con muchas otras personas diseminadas por el mundo:  
¡Cuánto me has amado!¡Dios mío!¡Cuánto has hecho para que yo te ame!¡Cuánto has deseado y sigues deseando que yo te ame!¡Aquí estoy, Dios mío, aquí estoy!Mi corazón está dispuesto.No me niego a nada que pueda probarte mi amor.¿Qué quieres que haga? ¡Aquí estoy! (D.S.89)
Madre de Betharram, ruega por nosotros. Santo Padre Miguel, ruega por nosotros, Beata Miriam de Jesús Crucificado, ruega por nosotros.

Celebrar con algún grupo de laicos o con alguna comunidad betharramita las fiestas de: 19 de Marzo (San José); 25 de Marzo (la Anunciación del Señor); 14 de Mayo (nuestro Padre S. Miguel Garicoits); 2° viernes dep. Pentecostés (Sagrado Corazón de Jesús); 28 de Julio (Nuestra Madre de Betharram); 25 de agosto (Beata Miriam de Jesús Crucificado); 14 de Septiembre (Exaltación de la Santa Cruz); 22 de Diciembre (Día del Aquí estoy en la novena de Navidad).
Programar y realizar en familia un momento de oración betharramita (todos los días, todos los domingos, dos veces por semana, tres veces al mes, etc..). Con la oración de la Virgen de Betharram (en hoja aparte), la lectura de un escrito de San Miguel o de la tradición betharramita, compartir en familia sobre el texto y sobre la vida, t terminar con la oración ¡Cuánto me has amado! ¡Dios mío!...
Organizar grupos de laicos o de familias en torno a un religioso o a una comunidad betharramita en el que los participantes proyecten y realicen un itinerario de formación a partir de La Sagrada Escritura, Los escritos de nuestro padre san Miguel Garicoits o de la tradición be- tharramita, el Catecismo de la Iglesia Católica y el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, por ejemplo. 
En cada Vicariato y en cada Región sería bueno organizar reuniones una o varias veces al año para posibilitar el encuentro de las personas, las familias y los grupos interesados. Las modalidades pueden ser diversas según el camino de cada Vicariato y según la cultura de cada lugar.

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Virgen de Betharram,
Senora del ramo hermoso,
la del Niño tendido hacia nosotros, acudimos a ti,
buscando la protección de tu cariño.

Queremos que en nuestro hogar seas una presencia viva y maternal.
Acompaña el crecimiento de nuestros hijos.
Que no nos falte el trabajo para nuestro sostén y dignidad.
Que siempre tengamos algo para compartir.

En ti encontró José toda la ternura y fortaleza
de la Nueva Mujer del Evangelio.
En ti aprendió Jesús la fidelidad al Padre
y el amor a los hombres, sus hermanos.

Madre, nosotros también queremos vivir de tu ejemplo
y encarnar, en nuestra vida, tus virtudes.
Bendice nuestro sueños y todos nuestros esfuerzos 
por construir una sociedad mas justa y solidaria.

Haz que, a nuestro lado, sepamos crear espacios
donde lo mas importante sea el amor.
Que encontremos tiempo para comunicarnos con el Señor,
tiempo para la familia y los amigos, tiempo para el descanso.
Y en la tentación, la soledad, el dolor;
danos tu fuerza, tiéndenos tu ramo salvador. 
Amen


 

nef-091212.jpgInglaterra: Celebración del Centenario de Droitwich

El pasado 19 de junio, fiesta del Sagrado Corazón, los Betharramitas de Inglaterra, sus parroquianos, los antiguos alumnos del Colegio y los laicos asociados se reunieron en la Iglesia del Sagrado Corazón de Droitwich. Se conmemoraba de manera muy particular la llegada de los primeros Padres a Droitwich. Toda la celebración había sido meticulosamente preparada por la parroquia.

El primer Padre de Betharram llegado a Droitwich fue el P. Joseph Dospital, en 1909. Pero la Congregación estaba presente en Inglaterra desde 1903 en la persona del P. Abel Costedoat – había respondido a la invitación del arzobispo de Birmingham, Mons. Illsley, tío del deplorado P. Philip Illsley, SCJ. Desde entonces, y por más de 80 años, Droitwich se convirtió en el centro de la Congregación en el país. La hermosa iglesia parroquial fue construida en tiempos del P. Dospital, que veló con un cuidado particular en su construcción y en la realización de espléndidos mosaicos: en la bóveda del coro, que representan al Sagrado Corazón, con grandes brazos abiertos encima del cortejo resplandeciente de los santos y mártires de Inglaterra compuestos por millares deteselas brillantes.

La hermosa liturgia festiva, realizada por los coros parroquiales, estaba presidida por Mons. Pargeter, en vez del arzobispo de Birmingham, Mons. Vincent Nichols, nombrado en Wesminster algunas semanas antes. El coro estaba ocupado por todos los miembros del Vicariato de Inglaterra, el clero local y los antiguos alumnos del colegio de Droitwich que se hicieron sacerdotes. El P. Colin Fortune predicó sobre nuestra devoción al Sagrado Corazón y sobre el Amor que Dios ha manifestado, a lo largo de todos esos años, en la vida de los Religiosos que se desgastaron en el colegio y en la parroquia, y a través de lo que siguen haciendo. Subrayó que el bien realizado por los antiguos alumnos, en todos los sectores de la vida, es como el reflejo de la experiencia del Amor de Dios para con el colegio.

Los testimonios eran unánimes sobre los religiosos educadores. Ese día, había como una nube de testigos silenciosos, los sacerdotes y los hermanos de nuestra Congregación que nos precedieron en la fe y que se entregaron cuerpo y alma en nombre del Sagrado Corazón en los Midlands. Entre ellos, citemos al P. William Lythe, fundador del Colegio del Sagrado Corazón, al P. John Waddoups que se entregó totalmente para forjar el rostro de Betharram en Inglaterra hoy.

Después de una misa confortante e inspirada, la gente se apresuró para reencontrar a los amigos perdidos de vista desde hace años. La multitud se esparcía entre los capiteles y las salas parroquiales. Fue el momento de encontrar a los antiguos alumnos y reavivar amistadas, pero también miradas hacia atrás para alegrarse por todo el bien realizado a lo largo del tiempo. Tales acontecimientos animan a ir hacia delante con amor, y a encomendar el futuro al Sagrado Corazón confiadamente.

Dominic Innamorati,SCJ


5 minutos con... el Padre Shaju Kalappurackal

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Después de tres años de ordenación y varios años en casa de formación al sur de la India, el P. Shaju Kalappurackal está desde hace cuatro meses está en la vanguardia de la misión. Entrevista con un “betharramita de frontera”.

Nef : ¿Puedes contarnos el porqué y el cómo de tu nuevo ministerio?
- Realizo mi ministerio en la arquidiócesis de Guwalhaty, en Assam al nordeste de la India. En este momento estoy en un lugar llamado Nagrijuly, un puesto de misión en la extremidad nororiental de la diócesis, muy cerca de Bhoutan. El obispo me ha enviado como para hacer una inmersión en medio de diversas etnias. Es una experiencia a la vez interesante y exigente. Estoy contento de vivir la misión en esos parajes lejanos. Todo va bien, a pesar de las dificultades debidas a las diferencias de lenguas, culturas y ambientes.

A tu llegada, ¿qué has encontrado? ¿Cómo es el marco de tus actividades? ¿Es diferente del que has conocido hasta ahora?
- Llegué a Assam, lleno de esperanza y buena voluntad; gracias a Dios, esa fuerza se mantiene en mí. Las actividades que hago son del mismo género que en cualquier lugar de misión. Consisten en llevar adelante escuelas, hogares juveniles y programas de catecismo (como nuestros misioneros en las montañas alrededor de Chiang Mai). En las regiones centrales como en la que me encuentro, hay muchas aldeas habitadas por diversas etnias. En mi zona de misión, hay tres grupos principales (Adivasis, Santalis y Boros), además de las minorías bengalíes, nepalesas y assamesas.
Mi ministerio consiste en celebrar misa en las aldeas, administrar los sacramentos (sobre todo el bautismo), dar catecismo, acoger a los niños en los hogares, administrar las escuelas y otras actividades en favor de las poblaciones.
El lugar en donde vivo se recupera poco a poco de graves incidentes. Me duele hablar de ello. A menudo, nuestras jornadas se resumen en un acto de fe en la Providencia divina. Pueden haber dos o tres días de “bhand (huelgas duras en el plano local) por semana. Estos dos últimos días, los enfrentamientos entre militares y los “nasalitas” (grupos de extremistas maoístas) empeoran la situación.
En ese contexto, mi ministerio no es ordinario. Las capillas de las aldeas son de bambú encubierto con bosta de vaca. La gente va muy mal vestida, si nos atenemos a nuestra manera de ver de citadinos. Pero eso no cuenta: nuestra única preocupación es ayudarlos a salir del problema. En medio de todas esas dificultades, me siento feliz y en mi lugar.

Estás al servicio de la Iglesia local en un contexto muy particular, ¿qué tipo de colaboración vives con el clero diocesano?
- Trabajo al servicio de la arquidiócesis de Guwahaty. Se espera de mí un compromiso total en la misión que me ha sido asignada. Es magnífico colaborar con las autoridades diocesanas: me quieren bien y me sostienen con todos los medios.

Has sido enviado por la Congregación, ¿de qué proyecto te sientes portador?
- La misión de la Congregación la cumplo a través de los proyectos diocesanos. Aunque actualmente en la diócesis de Guwahaty, cumplo las directivas del Superior general y su Consejo. Veo las posibilidades de una nueva misión de la Congregación en el lugar preciso a donde me han enviado mis superiores.

¿Estás relacionado con los Escolásticos en experiencia en la región?
- Nuestros Hermanos hacen una experiencia con los Misioneros de San Francisco de Sales (MSFS). Aunque dos de ellos están en Asma, estamos muy lejos unos de otros. Espero visitarlos antes del fin de su experiencia. De aquí hasta entonces, guardo contacto con ellos a través de diversos medios (Internet, teléfono).

¿Tu identidad de religioso y la espiritualidad de san Miguel te sirven de sostén y de estímulo en tu experiencia? ¿Le dan un toque original?
- La espiritualidad de san Miguel es el fundamento de mi apostolado. A través de lo que vivo, comprendo mejor el sentido de la vida religiosa y la pertinencia del “Aquí estoy para hacer tu voluntad”. Estar al nordeste de la India o en otra parte, es un privilegio: es esa disponibilidad que quiso san Miguel para sus misioneros. A lo largo del camino, mi identidad de religioso y la espiritualidad heredada de san Miguel me dan la energía para asumir mis compromisos.

Fuerte con lo que vives aquí, ¿cuáles son tus sueños para el futuro de Betharram en la India?
- El futuro de Betharram  en la India depende de la entrega y de la disponibilidad de todos con la Congregación y su misión. Creo que si cada uno se da todo entero a Betharram, como trato de hacerlo, hay un hermoso futuro para nosotros en la India. Trato siempre de dar lo mejor de mí mismo, de diversas maneras difíciles de expresar con las palabras. Me acuerdo del encuentro que tuve con el P. Gaspar, el P. Mirande y el P. Xavier al día siguiente de mi ordenación, de los sueños y de las esperanzas que me participaron: la posibilidad de entrar en China o en otra parte. He compartido con mi obispo el proyecto, y el interés que tengo en nombre de la Congregación. Como signo de simpatía para conmigo, y como reconocimiento por la breve experiencia de ministerio en donde estoy, me ha destinado a una nueva misión, en su diócesis, a partir de mediados de diciembre. Lo recibo como una señal de estima para con nosotros. A partir de ese nuevo centro, el obispo me pidió pensar en una misión que sería propia nuestra. Para ello, pido humildemente el sostén de la Congregación y de cualquiera que quiera sinceramente contribuir a realizar el sueño de san Miguel.

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1929-2009

BETHARRAM EN COSTA DE MARFIL

Nuestra Congregación hizo sus primeros pasos en Costa de Marfil hará pronto 50 años. El relato de esta aventura nos acompaña a lo largo de todo este año jubilar. Se lo debemos al P. Laurent Bacho, consejero general y formador cerca de Abidjan.

11. La maduración

En octubre de 1994, Adiapodoumé se llenó: 7 profesos temporales, 5 postulantes, 7 aspirantes para dos Padres formadores que están encargados también de la parroquia. En la zona djimini, el trabajo no falta tampoco. El retiro anual de septiembre es un momento fuerte para los jóvenes y los menos jóvenes; en septiembre de 1995, fue predicado por el P. Giacomo Spini, asistente general, sobre la espiritualidad del Fundador, “con un gran corazón y un espíritu firme”. Recibe también la primera profesión de los 3 novicios, el 29 de septiembre, el día de la bendición de la capilla de la comunidad: se convierte en el centro de la comunidad, el lugar en donde cada uno pone su mano en la de Dios, como lo indica la vidriera hecha por el P. Radaelli.
El año pastoral de 1996-97 ve una gran movilización de las comunidades para la celebración del Bicentenario del nacimiento de nuestro Fundador: emisiones en la radio y en la televisión, cassette de cantos, publicaciones varias, antes de las celebraciones festivas en Boniéré y en Adiapodoumé. Este año nos permite también lanzar invitaciones a los laicos que quieren compartir nuestra espiritualidad. Varios responden favorablemente y se constituyen en “Fraternidad Nè Mè” (Aquí estoy, en lengua ébrié).
Un esfuerzo particular para crear plantaciones agrícolas de hevea, árbol que produce caucho, palmeras que producen aceite, “kolatiers”: unos treinta en 4 parcelas alrededor del km. 44 de la autopista. Pensamos así llegar un día a la autosuficiencia financiera, o al menos a una menor dependencia financiera respecto a la Provincia de Francia; además, este trabajo agrícola puede también ser muy formador. Para comprometernos de manera profesional hemos apelado a un ingeniero agrícola de la escuela agrícola de Purpan (Toulouse).

12. Los primeros frutos

Betharram avanza en la fragilidad; en 1998, el P. Jacky Moura, Superior provincial, pide al P. Gabriel Verley ser superior de la Casa de retiro de Betharram. El P. Jean-Marie vuelve a Francia para un curso de actualización. Dos religiosos van a la casa de formación: un joven jubilado, el P. Jean Couret, y el P. Jean-Dominique Delgue, ex ecónomo provincial.
El 14 de septiembre de 1999 queda grabado en el corazón de Betharram de los lados del Mediterráneo: los Hermanos Koffi Kouman Gilbert y Kouamé Kouakou Hervé son los primeros africanos a hacer sus votos perpetuos en la Congregación, en las manos del Superior general, P. Francesco Radaelli, y del Superior provincial, P. Jacky Moura. El P. Francesco invita a todos los religiosos a hacer de todas sus vidas “la liturgia de la belleza”. En esa celebración participa el primer postulante centroafricano enviado para su formación en nuestra comunidad.
El final del año está marcado por el golpe de estado militar el 24 de diciembre. A ese contexto político difícil se añaden movimientos de personal acelerados: vuelta del P. Paulo al brasil; llegada del P. Jean Couret a Dabakala, salida de Boniéré para una presencia más significativa en Dabakala, nombramiento de Beñat  Oyhénart, en Pascua de 2000, como Superior provincial.
Para Betharram, el año 2000, es también alegría: Mons. Vincent Landel, joven arzobispo coadjutor de Rabat, ordena de sacerdote al Hno. Kouamé Kouakou Hervé en su pueblo natal de Bengassou; profesión perpetua del Hermano Kouadio Luc-Martial el 15 de agosto en Adiapodoumé, en las manos del P. Miguel Martínez Fuertes, ecónomo general; ordenación diaconal del Hermano Koffi Kouman Gilbert el 20 de agosto en San Bernardo por Mons. Landel. El 14 de septiembre, tres jóvenes marfileños empiezan el noviciado con el nuevo maestro de novicios, el P. Jean-Dominique Delgue.
Después del jubileo del año 2000, la granja pedagógica Tschanfeto, (levántate, en ébrié), abre sus puertas; es un centro de formación agrícola para jóvenes que quieren ocuparse en su pueblo de labores hortícolas o cría de animales. Toda la provincia asume el proyecto de formación, sostenido por el CCFD (comité católico contra el hambre y para el desarrollo).
El 11 de septiembre de 2001, la asamblea de todos los religiosos reunidos en torno al Superior provincial, P. Beñat Oyhénart, elabora su proyecto de vida: Betharram en Costa de Marfil se convierte en Delegación provincial; su primer superior es el P. Kouamé Kouakou Hervé.

13. La ampliación

Al inicio de 2001, dieciocho jóvenes están en la casa de formación de los cuales cuatro profesos y cuatro novicios. Los miembros de la Fraternidad Nè Mè son más numerosos después de los tres retiros organizados para los laicos (el predicado por el P. Gaston Hialé, Trabajar alegremente en la obra de Dios, suscitó un gran interés). Nunca Dabakala estuvo mejor servido con tres religiosos sacerdotes que disponen también de una capilla de barrio “Emaús” con un proyecto de hogar para chicas.
En el mes de mayo de 2002, el Superior general, P. Francesco Radaelli, viene a animar  a la joven delegación provincial; se proyectó la construcción de una casa para la comunidad en Dabakala, se habla de la ayuda a brindar en personal a la Provincia de Francia, y la renovación del equipo de formadores. Algunos proyectos se vendrán abajo por causa de la grave crisis sociopolítica del 19 de septiembre.
Mientras, el inicio se hizo con diversos cambios: el Padre Laurent Bacho se toma un año sabático, dos profesos que se preparan para los votos perpetuos son enviados, uno a Argentina, el otro a Inglaterra, los Padres Antonio Canavesi y Aurelio Riva fueron nombrados para Adiapodoumé. El levantamiento que divide al país afecta gravemente a nuestras comunidades que recibe un mensaje fraterno del Consejo provincial…
En el verano de 2003, los delegados de los laicos de la región S. Miguel Garicoïts se reúnen en Adiapodoumé; adoptan un proyecto de vida que valora las vocaciones complementarias de los laicos y de los religiosos, expresando así un deseo común de manifestar el impulso del Verbo Encarnado en caminos diferentes. En septiembre, el noviciado regional abre sus puertas en Belén con el P. Laurent Bacho como maestro de novicios de tres africanos y un italiano.
Después del Capítulo general de mayo de 2005, con la elección del P. Gaspar Fernández Pérez, el P. Jean-Dominique Delgue es nombrado en Pibrac; el P. Laurent Bacho se convierte en maestro de los escolásticos en Adiapodoumé, uniéndose a los Padres Hervé y Théophile. En febrero de 2006, reciben al Superior general en su primera visita: está contento de ver que la comunidad está presente en Dabakala en los momentos de la prueba, que los formadores acompañan personalmente a los jóvenes, que siguen con seriedad su itinerario espiritual…
La gran novedad de 2007, es la apertura de una tercera comunidad marfileña en Yamoussoukro, con el Padre Jean-Marie Ruspil, el Hermano Serge, diácono desde hace unos meses, un novicio y un profeso temporal… Otra novedad al final del 1º de enero de 2009: la Delegación provincial de Costa de Marfil se convierte en Vicariato de Costa de Marfil, uno de los seis de la región S. Miguel Garicoïts, con el P. Jean-Marie Ruspil como superior, el Padre Graciano Sala siendo el Superior regional.

Para concluir

La acción de gracias brota de nuestros corazones: nos maravilla el camino recorrido en 50 años por nuestra Congregación y el horizonte que se abre ante nosotros. “Que el magníficat sea vuestro canto querido”, esta convicción del Fundador es la nuestra. Admiramos el trabajo de la Providencia; en el momento de las grandes fragilidades, hemos sentido un empuje que venía de Dios. Durante varios años, nuestra comunidad se redujo a dos miembros; las decisiones más audaces fueron tomadas en esos momentos. A lo largo del tiempo, nuestro compromiso fue acompañado fraternamente por los diversos superiores generales y provinciales que nos sostuvieron, animaron y nos empujaron a la audacia.
La formación recibida en la Congregación nos hace sensibles al “germen incesante” del Maestro Interior, al Espíritu Santo. Actúa en todas las culturas y religiones, pero a menudo de manera particular en el corazón de los pobres; es también nuestra convicción.
El compartir nuestra espiritualidad con laicos que nos son cercanos en la Fraternidad Nè Mè nos anima a profundizar la riqueza que nos transmitió nuestro fundador y toda la Congregación. Vendrá un día en que podremos también nosotros compartir nuestra misión, teniendo en cuenta nuestros diferentes estados de vida. Somos una Congregación modesta, acostumbrada a trabajar en la Iglesia local; no estamos polarizados por nuestras obras particulares y estamos muy apegados a la colaboración con los Obispos, los Sacerdotes y los Laicos.
Estamos convencidos de que nuestro carisma y nuestra espiritualidad están particularmente adaptados a Costa de Marfil; la presentación de un Dios amor, lleno de ternura, permite a los cristianos crecer en una confianza filial para con el Señor. Estamos seguros de que cada uno posee en él “un secreto resorte de amor” que permite llevar una vida digna y feliz eligiendo llevar la felicidad y la alegría de vivir alrededor nuestro.
Un porvenir radiante espera a Betharram en Costa de Marfil si cada religioso hunde cada vez más sus raíces en el “Aquí estoy” del Corazón de Jesús, se muestra más audaz en la misión y se convierte en constructor de una mayor fraternidad en comunidad. ¡En camino, hacia el centenario!

Laurent Bacho,SCJ

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