Vida de la Congregación (2)

«En la vida hay otra parálisis más peligrosa y muchas veces, difícil de identificar y que nos cuesta mucho reconocer. Me gusta llamar parálisis a aquella que surge cuando se confunde felicidad con un sillón. Así es; creer que, para ser felices necesitamos de un cómodo sofá. Un sofá que nos ayude a estar cómodos, tranquilos, bien seguros. […] Queridos jóvenes, no estamos en el mundo para “vegetar”, para pasarla bien cómodos, para hacer de la vida un sofá que nos deje dormir; por el contrario, estamos aquí para otra cosa, para dejar una huella. Es muy triste pasar por la vida sin dejar huellas. Pero, cuando elegimos la comodidad confundiendo felicidad con consumir, entonces, el precio que pagamos es mucho más caro: perdemos la libertad» (Papa Francisco en la Vigilia de la JMJ de Cracovia, 30 de julio de 2016).

Dejar el propio sofá para volverse un “campamento volante”, podemos decir que esa es la experiencia que queremos que hagan los jóvenes en el campamento de verano 2018 en Costa de Marfil. Esto quiere decir, que reciban un fuerte impulso para aprender qué significa gastar la vida por amor, así como nos lo enseña el Sagrado Corazón que bajó del Cielo, salió de su “comodidad” en el seno del Padre para darnos el amor de Dios. Los jóvenes llevan en el corazón grandes deseos, pero son frágiles para sostenerlos: delante de las dificultades, cuando el entusiasmo merma, sus motivaciones parecen vacilar y se desaniman. Para crecer en el amor, entonces, es importante comprender que, al decir “Aquí estoy” para comprometerse en un proyecto de vida, es necesario enfrentar con coraje y esperanza los desafíos que se encuentran en todo camino, sin desanimarse, sino teniendo clara la meta que se quiere alcanzar. Siguiendo a San Miguel logramos: salir de nosotros mismos para crecer en el amor, no desanimarnos sino seguir adelante, con esperanza, hacia la meta de nuestro camino, abrir los ojos y el corazón a las necesidades de quien está a nuestro lado, confiar en el Corazón de Cristo que nos enseña a comprometernos por amor concomitancia y dedicación. Este campamento, por lo tanto, nos da la posibilidad de sumergirnos en la espiritualidad betharramita, no sólo con palabras, sino con hechos, porque el amor vive en los gestos concretos de la vida, porque el amor nos enseña a levantarnos, a movernos, a no quedarse parados… como el Hijo de Dios que se “lanzó” a este mundo para traernos su amor.

Simone Panzeri scj

Campamento Taller Costa de Marfil, verano de 2018:...
El proyecto “taller” arrancó el 3 de noviembre de 2016 en Tolosa (Francia) con algunos jóvenes y miembros de la comisión “Vocación” .
La presentación del proyecto fue hecha con un power point y un folleto para invitar a jóvenes entre 18 y 30 años a emprender un viaje misionero. En ocasión de nuestro encuentro regional para preparar el Capítulo General, nos reunimos como religiosos para definir mejor el proyecto entre italianos, marfileños y franceses. Mis hermanos presentes me invitaron a dirigir el proyecto con el P. Simone, por Italia, el P. Davi por España, los PP. Hervé, Raoul, Elisée por Costa de Marfil y el P. Marius por Francia. Después de eso, cada uno en su vicariato organizó encuentros con los jóvenes, por lo menos los de Francia, España e Italia.
El contenido de nuestros encuentros de fin de semana o del campamento en Mendelu con los italianos (verano de 2017) consistió en concretar el proyecto del campamento y sobre todo, en hacer conocer a los jóvenes el espíritu de Betharram: lugar, espiritualidad y los pasos a dar para que los jóvenes se comprometan personalmente con el proyecto.
Unos quince jóvenes de Francia estuvieron interesados en el proyecto de costa de Marfil y, en este momento, 5 jóvenes participarán del mismo. Nos hemos dado plazo hasta fines de diciembre para decidir si asumíamos el compromiso, para organizar el billete de avión y para dar los pasos necesarios para financiar el proyecto. El costo total del proyecto se estima, todo incluido, en 1065,00 € por persona. Para financiarlo pensamos que cada vicariato podría trabajar con las asociaciones Amici de Italia y Au Cœur du monde de Francia, para facilitar los trámites administrativos.
Es evidente que el costo, para muchos, es un freno y por eso hemos reflexionado para encontrar financiaciones con ventas, iniciativas de patrocinadores, de información. Este verano, en Mendelu, trabajamos realizando carteles. Marcamos unas cuatro fechas de encuentros aquí en el mes de julio, por las dificultades para encontrarse, debido a las distancias, a los compromisos de estudio, a la situación de los que buscan trabajo y también a los compromisos en su vida profesional. Creo que es importante, en primer lugar, que cada participante pueda comprometerse personalmente en el proyecto y que avancemos juntos, en cada encuentro.
En nuestro reciente viaje a Costa de Marfil, en noviembre, con el P. Simone, nos encontramos con los hermanos de Katiola, con el Vicario Regional, el P. Théophile, los miembros del proyecto de Costa de Marfil, y con la fraternidad de los jóvenes de Adiapodoumé. Con el campamento nos propusimos a la rehabilitación de la enfermería y los espacios verdes. El Hno. Alfred fue nombrado secretario por el Vicariato de Costa de Marfil y nos comunicaremos con sobre los pasos que se irán dando en el proyecto.
Esa semana de visitas en noviembre era necesaria para entender mejor el proyecto y sensibilizar a los jóvenes a vivirlo serenamente, al estilo de la JMJ: permanecer humildes pero fecundos para vivir un compartir único que nos llevará a renovar esa experiencia durante algunos años.
En conclusión, puedo decir que el proyecto interesa a los jóvenes entre 18 y 30 años, se sintieron motivados sobre todo porque se los involucró en él y eso va a permanecer en sus vidas de jóvenes como una realización concreta y enriquecedora, según el tríptico que se les ha propuesto: “atreverse a ir al encuentro, actuar solidariamente, vivir la propia fe”, y sobre todo, como nos dijo el Papa Francisco, “no acomodarse en el sillón”. A los religiosos nos toca creer en esos jóvenes y sobre todo no decepcionarlos. Adelante siempre. | Emile Garat scj