Nuestras casas de formación

Durante estos años decisivos del escolasticado, el equilibrio entre vida comunitaria y vida misionera es uno de los grandes desafíos de la formación. Favorecer la primera sin perjudicar la segunda... Armonizar una y otra... Menos mal que nuestros Maestros de escolasticados tienen ideas claras sobre esto.

La formación es un camino de crecimiento y de desarrollo que lleva a los jóvenes seminaristas a “hacerse otro Cristo”. Para eso nuestro programa de formación ofrece varias experiencia apostólicas a los escolásticos.

Nuestros escolásticos frecuentan diversas parroquias los sábados y domingos. Colaboran con los párrocos para hacer más significativas las celebraciones litúrgicas, enseñan el catecismo a los chicos para transmitirles los valores del Evangelio. Organizan encuentros para jóvenes y para ministros, tratando de comprometerlo en las diversas actividades parroquiales. Visitan regularmente a las familias y colaboran activamente para la construcción de Comunidades Cristianas de Base (BCC).

Es sabido que nuestra sociedad es multicultural, multi-lingüística y multi-religiosa; estas experiencias van a formar en los escolásticos una personalidad completa con las virtudes de la disponibilidad, de la humildad, de la compasión, de la generosidad, del respeto recíproco, del diálogo y del arte de estrechar relaciones. Estas virtudes son aprendidas y cultivadas en la casa de formación, pero gradualmente puestas en condiciones de florecer, de dar frutos, en cada parroquia. No es fácil “llevar a los demás la misma alegría”. Pero esta es nuestra misión. Por eso, aunque vida comunitaria y vida apostóica sean dos realidades diferentes, no se oponen, sino que se complementan… Son como dos caras de una misma medalla: una no tiene su significado completo sin la otra.

Stervin Selvadass scj

En el escolasticado de Adiapodoumé, donde los padres se ocupan de la parroquia San Bernardo, los escolásticos acompañan a los padres en las diversas celebraciones eucarísticas de los domingos. Los ayudan también en la capellanía de diversos movimientos presentes en la parroquia. Están disponibles para enseñar la catequesis y para acompañar a los diversos movimientos de oración de la parroquia, es decir: el grupo vocacional, los coros, la pastoral en favor de los niños, jóvenes y adultos, la Legión de María, los Amigos del Santísimo Sacramento, el Grupo de liturgia…

Gracias a estos compromisos los escolásticos no sólo tienen la oportunidad de vivir con los padres las realidades apostólicas sino que también se preparan a su futura misión. Esto, además, crea en ellos un equilibrio entre los cursos de teología y las realidades apostólicas vividas.

En relación a las virtudes, subrayo el celo apostólico y el compromiso a favor de la misión betharramita, el amor por el servicio, la disponibilidad para estar cerca de nuestros hermanos y hermanas en humanidad.

Sylvain Dansou Hounkpatin scj

Sampran

La vida comunitaria es el fundamento de la vida misionera para los religiosos que se están formando en comunidad, son testigos de la Palabra de Dios entre los hermanos, comparten la alegría, actúan con respeto y están siempre listos para servir y, a veces, para ser al mismo tiempo, mensaje y mensajeros.

En Sampran, los escolásticos dan catecismo a los fieles de la parroquia, enseñan idiomas a los chicos, visitan las familias necesitadas, apoyan a los miembros de los grupos étnicos refugiados en la ciudad, animan las celebraciones litúrgicas.

Jiraphat Rakhsikao scj