Vida de la Congregación

La Republica Centroafricana ha conocido estos últimos años una crisis politica que ha llevado al país, acorralado ya en una situación dificil, a una mayor degradación en la probreza. Estos días, despuès de una aparente calma, han estallado en Bangui, la capital, nuevos brotos de violencia.

La población ha intentado refugiarse en las parroquias. Como el resto de la gente, nuestras tres comunidades de Bouar y Niem quedan expuestas y vulnerables, pero el H. Angelo Sala, que ha tenido que retrazar su viaje a Africa Central, recuerda que Betharram esta bien donde quizá otros no quieren volver.

Todo comenzó en la noche entre el 25 y 26 de setiembre, cuando un joven musulmán fue asesinado en un barrio de la capital y su cuerpo fue llevado a la mezquita central de Bangui. Esto fue la chispa que provocó que recomenzaran los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes. Creo oportuno precisar que la crisis no es religiosa; se trata de un pretexto para aprovecharse de estas condiciones de falta de seguridad y de la ausencia de instituciones gubernamentales confiables, para que reaparezcan las armas en las calles y dedicarse a saquear indiscriminadamente sembrando el pánico entre la población.

No se puede negar, lamentablemente, que estos últimos episodios que acontecieron, demuestran que los ideales evangélicos no penetraron en profundidad en el pueblo centroafricano como para transformar sus reacciones. Sin embrago, esto no nos debe desanimar, sino darnos fuerza para encontrar en la fe y en la esperanza, la fuente de entusiasmo y motivaciones mayores para permanecer aquí y continuar nuestra obra de evangelización.

Los religiosos de nuestra Congregación están trabajando en una situación difícil.Tenemos que encargarnos de las necesidades de la población, trasladarnos por caminos inseguros, con miedo de que nos asalten y nos roben vehículo y dinero. La dificultad de recuperar los alimentos, de aprovisionarnos de combustible para los motores electrógenos y los vehículos, la dificultad para que lleguen los remedios, especialmente los antivirales que son indispensables en el centro “St Michel”, para los 750 pacientes que asistimos todos los días. En esta situación social tan frágil, es difícil muchas veces, mantener una mirada de esperanza.

La pregunta es la siguiente: “¿Para qué quedarnos?” Es evidente que nuestra tarea no es fácil, especialmente cuando el mal y la muerte parecen derrotar la esperanza de un cambio; pero nosotros decidimos quedarnos al lado de las comunidades cristianas y de las personas que pertenecen a otras confesiones y etnias, porque, como nos recuerda a menudo el Papa Francisco, la Iglesia tiene que estar al servicio de los pobres y de las personas que sufren.
Como religioso betharramita, no puedo negar que muchas veces pensé en San Miguel y en su sueño de un campo volante de sacerdotes y religiosos dispuestos a ir allá donde otros no querían ir.

Personalmente, nunca imaginé que la vida religiosa pudiera llamarme a vivir semejante situación, en la que te das cuenta que tu opción está siendo duramente probada.
Todo lo que estamos viviendo en África Central en este momento, hay que verlo en el misterio de la Cruz de Cristo, muerto y resucitado, que nos invita a responder con mucho amor a nuestro prójimo.

Nuestro primer objetivo es el de continuar a anunciar el Evangelio en esta joven Iglesia, para enraizar en los cristianos y en el resto de la población, compuesta de diferentes confesiones y etnias, los valores fundamentales de la paz, la justicia, la honestidad y la verdad. Estos fundamentos son indispensables para promover un diálogo y una convivencia pacífica entre las diversas religiones y grupos étnicos y pueden llevar a una cohesión social que es la llave para construir un futuro mejor para el pueblo centroafricano.

Angelo Sala scj

La misión continua gracias a la ayuda de los laicos voluntarios:
En estos días está saliendo el próximo contáiner de Italia con destino de Bouar y Niem

¿Qué vamos a enviar? El P. Piero envía las cosas necesarias como herramientas de todo tipo, equipamiento hospital, muebles y material de construcción, etc. Nosotros, del grupo Arcoiris lo apoyamos enviando material didáctico, material sanitario, ropa seleccionada principalmente para niños, y especialmente respondemos a pedidos particulares de los misioneros.

Por ejemplo, el Hno. Angel nos envía siempre una lista de cosas que sirven en el Centro de Cuidados St. Michel (las cosas más variadas que van desde tachuelas, a máquinas de coser, papel para imprimir, artículos de papelería, detergentes, desinfectantes e incluso conservadora; este año, por ejemplo, me pidió que viera si podía encontrar unas mamaderas para unos bebés que perdieron a la madre y tienen que ser alimentados con leche en polvo; además, siempre vienen bien los jarabes, los antibióticos. Más difícil, pero muy útiles, los antivirales…

El P. Arialdo prefiere el material didáctico, sombreritos y pelotas y el cuajo para hacer queso que le enviamos cada año...

El P. Beniamino, además de material didáctico, queda encantado si logramos recuperar algún instrumento musical como órganos electrónicos o guitarras. Sirve también alguna ropita para recién nacidos para el proyecto de las madres solteras y algunos juegos para entretenimiento en el centro juvenil.

Nosotros, los del grupo misionero preparamos todo para ponerlo en el container (fardos pesados, catalogados por número, descripción sintética y descripción general). Muchos otros voluntarios ayudan trayendo otras cosas para embalar. Cuando llega el P. Piero con la camioneta a buscar nuestros fardos aquí hay fiesta, parece que estamos en África, los chicos quieren ayudar y hay tanta alegría…

Paola Ruele (Grupo Misionero Arcoiris)