In memoriam
Padre João Batista RIBEIRO (Virginia, 6 de noviembre de 1940 - Paulinia,14 de Junio de 2013)
Había nacido en Virginia, cerca de Passa Quatro, una de las parroquias que atendían nuestros Padres del gimnasio San Miguel. En esa época, después de una semana atendiendo a los alumnos, el descanso de los profesores consistía en ayudar a los párrocos para las confesiones y las misas en las comunidades rurales.
João Batista entró al apostolicado de Conceição do Rio Verde (Instituto San José) en los años 1952-1953. Dirigidos por el P. Enrique Lasuén, éramos un centenar que dábamos vida a esa escuela que antes estaba al servicio de los chicos de primaria (7-11 años). Al terminar los cuatro años de secundaria, con otros compañeros y con el P. Lasuén como maestro, hizo su noviciado en el Seminario “Belo Ramo” de Passa Quatro, en 1957. Después de la primera profesión (feb. 1958) partió para Adrogué (Argentina) para la filosofía.
Será parte del primer grupo que vino a Belo Horizonte en 1961, una fundación, en vista del escolasticado brasileño. Nos gustaba la nueva parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, de Nueva Granada, y nuestros estudiantes frecuentaban los cursos del Seminario de la arquidiócesis. Esos cuatro años de teología lo prepararon para el ministerio sacerdotal. Su superior seguía siendo el P. Lasuén, que lo siguió con mucho cuidado y comprensión.
Ordenado sacerdote con tres otros hermanos, el 20 de diciembre de 1964, vivió sus primeros años de religioso-sacerdote principalmente en nuestras escuelas del sur de Minas Gerais.
Nuestro bienhechor, el Arzobispo de Belo Horizonte, João Resende Costa, nos pidió que asumiéramos la parroquia de São João Batista en Santa Luzia y fue el Padre João Batista el primer párroco betharramita. Se entregó a ese pueblo durante nueve años. De su presencia en un barrio pobre en los límites de su parroquia, nació la parroquia Nuestra Señora del “Belo Ramo”, Vila Jaqueline.
Más tarde, lo vemos en Passa Quatro, párroco en Três Pontas, en Nova Granada, en Conceição do Rio Verde. Pero fue el cargo de Vice-Provincial (tres mandatos) lo que más lo hizo sufrir. Y fue cuando su corazón sufrió las consecuencias. Arrastró su enfermedad durante varios años. Finalmente murió de cáncer en los huesos.
Estaba muy apegado a la Congregación, aunque fuera a su manera. Su desaparición nos hace pensar en el misterio de la persona humana: “Ese tesoro, lo llevamos en vasos de barro...”. Cada vez que se alejaba un poco de nosotros, era que, a su manera, pedía nuestro apoyo y nuestra comprensión. La Congregación, como la Iglesia, tiene que integrar en la comunidad también a los que tienen dificultad en adaptarse a una uniformidad que no siempre es la verdadera unidad.
Antonio Scarpa, scj
El 10 de julio, regresó a la casa del Padre el Sr. Raymond Madej, padre de nuestro hermano betharramita el P. Anton scj, de la comunidad de Olton (Vicariato de Inglaterra). Acompañamos al P. Anton y a su familia en este momento de dolor, y alzamos nuestra oración al Señor Resucitado en memoria de su padre.
El 1 de julio de 2013, regresó a la casa del Padre la señora Nélida, madre del P. Gustavo Agin scj, Superior de la Región P. Augusto Etchecopar. Nos unimos todos en la oración al Señor resucitado por el P. Gustavo y por su familia y le pedimos que reciba a su madre en sus brazos del Padre.
Acciones de Documento