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14/03/2012

Noticias en Familia - 14 de Marzo de 2012


Sumario

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La palabra del Padre General

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UNA BUENA NOTICIA

Tengo que darles una buena noticia: Nuestra Regla de Vida, votada en el último Capítulo general de Belén en mayo de 2011, ha sido aprobada por la Santa Sede. Cada religioso y cada comunidad agradezca al Señor el don de esta nueva versión de la Regla de Vida, que a partir de ahora iluminará el camino de nuestra consagración al Señor y de nuestra misión en la Iglesia para gloria y alabanza del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo y para servir mejor a nuestros hermanos los hombres.

Lo que hemos vivido estos meses posteriores al Capítulo general de Belén de Mayo 2011 los consejeros que vivimos en Roma me recuerda las vicisitudes pasadas por el P. Estrate y el P. Bordachar cuando llegaron a Roma en 1875 con las Constituciones tal y como les pidió Sor María de Jesús crucificado. También los viajes del P. Etchecopar a Roma para encontrarse con el P. Bianchi y corregir una y otra vez las Constituciones para que en 1877 fuera aprobado definitivamente el Instituto. Conservamos el texto que desde Sarrance dirige al P. Pagadoy que era su consejero: “Recibo aquí en este día de la Exaltación de la Sta. Cruz el breve que aprueba nuestra querida Congregación… ¡Qué coincidencia! ¡Que todos digan una misa de acción de gracias! ¡Que los hermanos y los que no son sacerdotes hagan una comunión y reciten el Rosario 4 veces! Por eso, lo primero que hice fue peregrinar con gran gozo a la Iglesia de la Minerva, donde celebraba el P. Etchecopar y los betharramitas que venían a Roma, para agradecer todo el trabajo de la comisión durante tantos años, los aportes de todos los hermanos, el voto del XXVI Capítulo general y la lectura detenida de los expertos de la CIVCSVA.
Ha sido larga y trabajosa esta aprobación. Presentamos la Regla a la CIVCSVA el 1 de Julio de 2011. El 17 de septiembre recibimos la respuesta en la que se nos hacían 23 observaciones, unas generales y otras particulares, unas más importantes y otras menos. Como la persona que asesoró a la comisión nos había dicho que era un buen trabajo y sería aprobado quedamos un poco desilusionados. Como el P. Etchecopar, fuimos tres veces en equipo a entrevistarnos con un Capouficio, un Sotosecretrio y el Secretario de la Congregación, Mons. Tobin C.Ss.R.. Siempre fuimos bien acogidos, escuchados, alentados por el trabajo realizado e invitados a corregir algunas cosas. El decreto de aprobación lleva la fecha del 22 de febrero de 2012.
El gran problema era la entidad de los Vicarios regionales. No hemos podido conseguir que como Vicarios sean consejeros y Superiores mayores. Siguen llamándose Vicarios regionales y su autoridad no es ordinaria sino delegada como queda expresada en los arts. 246 y 251. Aunque  entitativamente parece que hemos vuelto a los antiguos Superiores de las delegaciones, con la práctica de estos tres años, con la determinación de los poderes de los Vicarios que se han hecho en la Regla de vida, arts. 240, 249, 250 y 261, 273, y con el mismo nombre de Vicario regional, tiene más autoridad que el simple nombre de Superior de Vicariato y nos evita tener un cuarto nivel de Superiores.
Otras modificaciones: no puede haber más que un consejo en el que se toman decisiones, el Consejo general. Y en el Consejo de Congregación, como pueden comprobar en el art. 217, sólo se puede examinar, controlar, evaluar, precisar los medios. Nos han pedido concretar la oración por los difuntos, la duración del postulantado, la separación de las funciones del Ecónomo y del secretario general. Nos pidieron precisar que los obispos eméritos que vuelven a la Congregación no tienen ni voz ni voto y tampoco lo tienen los religiosos de votos temporales en el Capítulo regional. Los Consejos regionales tienen que reunirse cada tres meses por lo menos, los diputados al Capítulo regional nombrados por el Superior regional no pueden ser más de tres. También se nos pidió redactar de forma más precisa desde el punto de vista canónico los artículos 62, 200, 203, 241, 206, 207.
El Concilio Vaticano II afirmó:  Como quiera que la última norma de vida religiosa es el seguimiento de Cristo, tal como lo propone Evangelio, todos los Institutos ha de tenerlo como regla suprema (P.C. 2,a). Con este primer criterio y otros cuatro más se hizo la renovación en nuestra familia religiosa. La persona de Jesús tal como la propone el Evangelio es nuestra razón de ser. Con San Miguel nosotros queremos vivir esa misma vida de Jesús, pero sobre todo queremos reproducir y manifestar el impulso del Corazón de Jesús, el Verbo encarnado, cuando dice a su Padre: “Ecce venio” y se entrega a todos sus designios para la Redención de los hombres (RdV. 2).  
Nuestra Regla actual difiere mucho de la de 1901, que era sobre todo jurídica en la que no figuraba el “Ecce venio” porque había muerto ya el P. Etchecopar que lo había mantenido por lo menos en el apartado que se llamaba “devociones de la Congregación”. Quizá no le damos todo el valor que merece la RdV. porque pensamos que en el Evangelio ya está todo. Pero con esa actitud no habría que predicar cada domingo, ni seguir haciendo ejercicios espirituales, ni otras mucha cosas. Nuestra Regla recoge la riqueza de nuestro carisma: espiritualidad y misión, plantea las exigencias de nuestro estilo de vida, regula las relaciones entre nosotros y da los criterios jurídicos para resolver nuestros conflictos. Muchas veces, los que menos la viven son los que más la proclaman para defender sus derechos a vivir tranquilos. ¡Ojalá sirva cada vez más para la oración personal y comunitaria, para las reuniones comunitarias, para el discernimiento de nuestra misión!
Nuestro Instituto a pedido del XXVI capítulo general de Belén y con la Aprobación de la Santa Sede se llama a partir de ahora: Congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram.
Nuestro camino está bien trazado, sólo nos queda recorrerlo con alegría y fidelidad para que el amor de Jesús anonado y obediente sea testimoniado, anunciado, creído y amado por nosotros y por los hombres y mujeres que viven a nuestro lado, para gloria de la Santísima Trinidad.

Gaspar Fernandez, SCJ

 

 



 

smichel.jpgSan Miguel Garicoits escribe... 

Hay que estudiar las Reglas y mirarlas como si vinieran de Dios.

¿Es necesario estudiar las reglas? R. Es necesario estudiar nuestras reglas porque son la expresión de la forma de vida que hemos abrazado y que tenemos que realizar y mejorar día a día, como el proyecto del edificio que estamos llamados a construir y a perfeccionar. Es sobre ese proyecto que tenemos que producir todos nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestros sentimientos, nuestras acciones, en una palabra toda nuestra conducta. Es estudiando nuestras reglas, con la gracia de Dios, y poniéndolas en práctica que podemos adquirir o restaurar en nosotros una idea exacta de nuestra forma de vida.
M 326

 


 

 

Vida de Comunidad

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VUELTA A LAS FUENTES

La comunidad thai de Ban Garicoits tuvo, hace unos meses, un retiro espiritual en contacto directo con la naturaleza: recibidos por la familia del h. saat, los jovens beetharramitas vivieron 7 dias en la montaña, 7 dias dedicados a lo esencial: una vida sencilla para escuchar al señor…

Los 40 habitantes del lugar, en su mayoría parientes del hno. Saat, se encargaron de la alimentación, del acceso a las instalaciones sanitarias, y además, compartieron la oración. El P. Jiraphat, con este retiro, pretendía que los jóvenes volvieran al contacto con sus raíces; por eso, de vez en cuando, la oración de la mañana era animada por los ancianos del pueblo que daban así testimonio de su experiencia de fe en el día a día y de cómo descubrieron la Buena Noticia de Jesús.
El P. Jiraphat enseñó a los jóvenes a construir cabañas con la paja sacada de los arrozales. Así cada uno de los hermanos vivió en su propia cabaña. En este magnífico entorno natural, el tiempo pasó en silencio, la mayor parte del tiempo, y en tranquila meditación. En la semana, el P. Austin, acompañado por el P. Tidkham visitó el lugar y aprovechó para dar unas charlas sobre la oración ignaciana que tanto había marcado a San Miguel. Los hermanos tuvieron la delicadeza de dar al P. Austin una cabaña más confortable.
Hacia el final de la semana, se organizó una peregrinación de todo un día “Caminando con Jesús”, conducida por un guía del pueblo, hacia la cumbre de Dio Ithanon (1850 m.). Todos los habitantes del lugar participaron de las misas y de las oraciones de esta semana en la capilla de madera y, en la última tardecita, animaron un momento musical. Incluso una familia musulmana, recientemente llegada de Bangkok participó de la manifestación. Los hermanos apreciaron la sencillez de la experiencia, tanto en las instalaciones como en la alimentación; no había electricidad, ni radio, ni tele… todo en un amplio espacio como una iglesia al aire libre en este valle, la hospitalidad de los lugareños… un verdadero espacio privilegiado para escuchar la Palabra del Señor sin ninguna distracción posible. Esta sencillez ¿podría llegar a ser la característica de todos los retiros en otras partes, de la familia betharramita?

Austin Hughes, scj

***
 
C’est à Pa Bon Biang que nous avons vécu notre retraite annuelle, aux pieds de la montagne Ithanon, dans un lieu entouré de sommets et d’arbres. Le village est situé à Mae jam, province de Chiang Mai. Composé de sept à huit maisons, il est tout entier catholique. Pa Bon Biang est un endroit aux paysages magnifiques, aux habitations paisibles et rempli de la présence de Dieu.
Le temps était superbe et vraiment propice à nos activités. Nous avons beaucoup apprécié l’atmosphère de ce lieu. La nourriture a été un de nos soucis majeurs ; mais tout s’est très bien arrangé finalement ; nous avons pu y faire face facilement.
Nous avions deux entretiens par jour, matin et soir. La plupart de notre temps est passé en méditation dans la nature des environs. Cela tombe bien puisque l’un des thèmes était            « être dans la présence de Dieu au milieu de la nature ». En plus, quelques villageois ont été invités à nous parler sur quelques sujets dont par exemple celui de leur expérience en tant que laïcs au temps des Bétharramites missionnaires précédents.
Le temps passé en silence et réflexion personnelle dans la nature m’a beaucoup aidé à faire le point sur mon chemin de vocation et à renforcer ma dimension spirituelle pour être plus proche du Seigneur.
Cette méthode m’a permis d’être très apaisé et de prendre conscience combien le Seigneur est grand qui a créé toutes choses sur la terre.
être dans la nature c’est être avec Dieu. Dans cette atmosphère sereine, j’ai vraiment expérimenté la présence de Dieu dans le monde. La sérénité de la nature a ressourcé tout mon être pour aller de l’avant comme religieux bétharramite.
J’ai aussi connu les histoires de l’ancien temps, celui où les missionnaires bétharramites ont passé toute leur vie auprès des gens ici, à Mae Jam. La plupart des Karens les sentent encore présents dans leur vie quotidienne.

David Phithak Bi-Thu, scj


***

En primer lugar, quiero agradecer al Señor que me dio esta oportunidad de reflexionar sobre mí mismo, especialmente sobre mi vida espiritual. Fue también la ocasión de recargarme interiormente para vivir la etapa siguiente de mi formación en el seminario.
Muchas gracias también al P. Jiraphat que hizo posible que este retiro fuera realidad. Nos ayudó y nos acompañó a lo largo de toda la semana. Cuando llegamos, fuimos recibidos por los lugareños. Después de recibirnos calurosamente, nos ayudaron con la alimentación, el hospedaje y todas las otras cosas necesarias.
Tuve la alegría de construir mi propia choza con la paja de los arrozales. Era la primera ermita que construía con mis manos. Lo hice en silencio y estoy muy orgulloso de eso.
El entorno fue también muy importante para mí, en la experiencia del amor de Dios. Podía ver el amanecer y el ocaso del sol. Y no dejé de agradecer al Señor por el amor incondicional que me tiene, así como a mis amigos. Cada mañana, el P. Jiraphat me daba los temas a meditar y a integrar en mi vida. Hice también la experiencia del desierto, de quedarme conmigo mismo, lo que me permitió revisar todos los aspectos de mi existencia. Fue también un privilegio recibir las reflexiones del día de parte de tres ancianos del poblado; compartieron con nosotros la experiencia vivida con los primeros misioneros betharramitas que vinieron a sembrar las semillas de la fe y a convertirlos al cristianismo.
Pude también revisar varios aspectos de mi vida, especialmente cuando, lejos de toda distracción, fui desestabilizado, pero eso me permitió hacer la experiencia de una relación personal con Dios. Fue muy importante, porque pude decirle muy directamente y abiertamente: “Te amo, Señor”, De hecho, desde el despertar, escuchaba el canto de los pájaros y pude ver el sol desde la aurora hasta el ocaso.
Tuve la suerte de poder escalar la cumbre del Ithamon. Necesité tres horas y media para llegar. Eso me permitió recordar a los misioneros betharramitas y sus dificultades, seguir sus pasos y también sentirme agradecido a ellos.
Experimenté el amor de Dios a través de sus criaturas, ese amor que él me dio y del que tomé consciencia durante este retiro, al darme cuenta de mi fuerza y de mi fragilidad. Me fue posible apreciar el valor de la naturaleza, así como mis compañeros.
Me fue posible profundizar mejor y entender ciertas características de mi vocación: Dios me llamó a seguirlo y a imitar su manera de vivir como simple ser humano. Hubo un momento en el retiro en el que pude tomar consciencia de mis obstáculos interiores y de mis dificultades, como de mis reacciones frente a eso y de las respuestas, sea de la sociedad como de la comunidad. El P. Austin me indicó las cinco etapas de los ejercicios espirituales que me ayudaron mucho para examinar mi conciencia. Son éstas:
- primeramente, agradecer al Señor por cada día que me dio, antes de dormir; es la clave de la felicidad;
- después, pedir al Señor la luz para todas las cosas que podría hacer mejor;
- releer mi vida, como una película (rever todo mi día: ¿qué fue lo que realizó el Señor?);
- pedir simplemente la gracia de la cura al Señor;
- pedir al Señor la gracia de hacer mejor mi deber, mañana.
Como nuestro fundador, San Miguel Garicoits, hacer este examen al final de nuestra jornada. Realmente aprecié la sencillez de esta experiencia porque pude encontrarme con el amor de Dios presente en todos lados y ser reconducido a mis raíces.

Emilio Sanan Pleepor, scj

 


Espiritualidad laical

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LA GRANDEZA DEL MATRIMONIO EN MEDIO DE LAS FRAGILIDADES HUMANAS

Los laicos betharramitas de Adiapodoume (Costa de Marfil) se encuentran una vez al mes para rezar juntos y debatir sobre temas cruciales de su vida cristiana. hace poco reflexionaron  sobre el matrimonio vivido en medio de las fragilidades humanas. en este articulo, nos ofrecen un resumen de esa reflexion sobre su compromiso de personas cristianas, sobre  la experiencia cotidiana y sobre algunos aspectos de la espiritualidad del aquí estoy.

En la formulación de nuestro tema, se percibe inmediatamente una antítesis. En efecto ¿Cómo puede ser llevada la grandeza por las fragilidades? ¿Cómo puede residir una grandeza en seres que implican numerosas fragilidades? ¿Cómo ser santo por medio de la vida conyugal a pesar de las debilidades humanas?
¿Entonces, qué es lo que, en el matrimonio cristiano, eleva al hombre, le permite superar sus fragilidades y vencerlas para mejorar y santificarse? ¿En qué sentido el matrimonio cristiano es grande y comporta grandeza? ¿Qué hay que hacer para respetar o preservar esta grandeza? ¿

Entender el matrimonio cristiano
El Catecismo de la Iglesia Católica (§ 1601), define así el matrimonio cristiano: “alianza matrimonial por la cual un hombre y una mujer constituyen entre ellos una comunidad para toda la vida ordenada por su carácter natural al buen de los cónyuges así como a la generación y educación de los hijos”. Se agrega que “el matrimonio que se contrae entre bautizados fue elevado por Cristo el Señor a la dignidad de sacramento”. Es una unión que dura toda la vida, es indisoluble. Se trata de decir, como Cristo y su madre a Dios, y siguiendo a San Miguel Garicoits: “Aquí estoy” para toda la existencia. El matrimonio concurre al bien de los cónyuges. En la materia, lo más grande es la santificación mutua de los esposos. En este sentido, lo que San Miguel dijo para la vida religiosa, vale para la vida conyugal: “Santificarse, tender a la propia perfección sin dejar de santificar a los demás (DS 329)” . Apunta también a hacer “de frágiles brotes” que se hubieran producido, árboles con las raíces tan profundamente prendidas de Dios que resistan cualquier viento que niega la dignidad humana.
Por otro lado, es Dios  mismo el autor del matrimonio.  Es una gracia que Dios concede a laicos bautizados que no destina al sacerdocio ni a la vida religiosa. En eso que reside su grandeza que se podría llamar inicial.
El matrimonio es una vocación que el mismo Dios inscribió en la naturaleza del hombre y de la mujer. De manera que el amor mutuo entre el hombre y la mujer pasan a ser un reflejo, imagen (por más imperfecta que sea) del amor indefectible con el que Dios ama al hombre y de aquel que Cristo profesa por su Iglesia. Esta es la verdadera grandeza del matrimonio. Dios ha creado al hombre por amor y lo llama al amor. El matrimonio cristiano es un espacio privilegiado para el ejercicio de este amor. La fecundidad se agrega, entonces, para hacer de los esposos los continuadores de la creación: “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y sométanla” (Gn 1,28).
Si el matrimonio es una vocación al amor, es porque los cónyuges no se unen sólo para sí mismos. El amor construido en el hogar tiene que irradiarse al exterior de ese cuadro “privado”, tanto es así que “el bienestar de la persona y de la sociedad está estrechamente vinculado a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar” (CEC, 1603).El matrimonio es una gracia infinitamente grande que Dios hace a los esposos. Su vocación en este marco, es de ser un pálido reflejo del amor que une a las tres personas de la Trinidad y que anima a los esposos entre ellos y con Dios.
El amor no puede existir más que donándose. A partir de ahí, la vida conyugal es un ejercicio de don y de perdón. El hecho de tener por objetivo el de mostrar al mundo el amor de Dios tiene que alentar a los esposos a superar sus fragilidades.

Conservar y hacer fructificar las gracias del matrimonio cristiano, a pesar de nuestras fragilidades
El pecado no es ciertamente, una fatalidad en el hombre, pero reconozcamos que le es inherente. Un pasaje del Evangelio ¿no dice que no llega a hacer el bien que desea, sino que hace el mal que no quiere? El pecado es, entonces, la gran fragilidad espiritual del hombre. La Iglesia, nuestra madre, identifica ciertos actos como ofensas a la dignidad del matrimonio. Son el adulterio, el divorcio, el incesto, la poligamia.
Hay otras fragilidades: • La mirada de los demás y la percepción (cómo se la interpreta) de esa mirada;
• Las relaciones entre las familias allegadas y la pareja, son a menudo fuente de fragilidades; • El trabajo profesional y la búsqueda del dinero y de los honores no son siempre compatibles con la santificación del matrimonio; • Las relaciones con los amigos y los colegas pueden alejarnos de nuestro hogar.
Hay también aspectos físicos que fragilizan el matrimonio. Se trata de la frigidez, de la impotencia, de la esterilidad…
Saber sacar de sí mismo y sobre todo de Dios diversos recursos para vivir una unión feliz ayuda a reforzar la dignidad del matrimonio y a construir su grandeza.
¿Qué hacer cuando el pecado o las fragilidades lastiman una pareja? O mejor, ¿Qué hacer para que no la lastimen?

¿Cómo vivir y permanecer en el matrimonio a pesar de las fragilidades?
Practicamente, ¿cómo vivir el matrimonio, ya que es indisoluble, sin vuelta atrás? No se puede volver atrás, por eso hay que ir siempre adelante. Para lograrlo, estas son algunas pistas prácticas:
La Oración: Nadie puede contar sólo con sus recursos para vivir el matrimonio; hay que pedir la ayuda de Dios que es el origen del matrimonio, para que lo consolide cada vez más. Es importante, en ese sentido, cuidar la oración personal para conservar la intimidad con Dios, pero también la oración de pareja. Es necesario definir un tiempo, un lugar, una duración y una periodicidad para la oración de pareja y prepararla cuidadosamente. Un retiro anual sería muy beneficioso para la pareja.
La Comunicación: La buena comunicación permite conocerse mejor, arreglar los eventuales conflictos, expresar la ternura y el afecto y conocer las necesidades que hay que satisfacer en el otro cónyuge. Es, entonces, importante prever un tiempo para estar juntos, los dos solos, para compartir momentos de calidad.
El perdón: Dos temperamentos diferentes no pueden vivir juntos sin lastimarse, de donde la necesidad de perdón. La Palabra de Dios dice, a ese propósito: “Que la puesta del sol  no os sorprenda en vuestro enajo”.
El compartir: el Compartir a todos los niveles es realmente necesario para testimoniar el amor de Dios.
El Dinero: el compartir se refiere también al dinero. El compartir el cuerpo es también muy importante. No hay que dudan en cambiar el corazón, cuando sea necesario para lograr la harmonía. 

Faustin Douh Aguei, Juliette Assienan-Kokola

 


5 minutos con...

... la comunidad de Hojai

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El 26 de octubre de 2011 fue un día importante para el Vicariato de la India y para toda la Congregación: el P. Thomás Mattathilany, en nombre del arzobispo de Guwahati, recibió aquel día al P. Subesh y P. Wilfred para confiar a los Bétharramitas la misión del Cristo Redentor en Hojai. Así nació la primera comunidad misionera bétharramite de la India, tan esperada. Han pasado cuatro meses en los que la joven comunidad se ha ido organizando poco a poco y, aunque distante de sus grandes hermanas de Bangalore y Mangalore, se enfrenta a las dificultades con entrega y esperanza como los sembradores.

NEF:  La comunidad de ustedes está en Hojai, en Assam, en la parte norte oriental de la India. ¿Pueden decirnos algo de las características geográficas y sociales de esta región del sub continente?
- Mukithadhat Shrine (Cristo Redentor). La comunidad de Hojai está al norte de la diócesis de Guwahati. Esta parte norte oriental de la India es completamente diferente del resto de la India. Se trata de una región de colinas en la parte oriental de la cadena del Himalaya. Las poblaciones indígenas de esta región pertenecen a diferentes tribus que, en el pasado, eran principalmente animistas y monoteístas, sin contactos con el mundo externo. En la época de la colonización, fueron los Salvatorianos alemanes que llevaron la luz de Cristo a esta tierra maravillosa. Durante la guerra mundial, los habitantes de esta región tuvieron que emigrar y se quedaron sin pastor. Más tarde los Salesianos fueron llamados a cuidar pastoralmente de estas tribus. Hicieron un trabajo maravilloso en el Nord-Este, crearon un buen número de diócesis y formaron sacerdotes y religiosos. Hay que subrayar que hay muchas perspectivas para continuar esta misión.

Por algunos años, nuestros jóvenes en formación hicieron experiencias misioneras en el Nord- este. ¿Quién los recibió y en qué clase de misión fueron involucrados?
- Los Betharramitas llegaron a esta región con algunos jóvenes hermanos enviados para un período de experiencia pastoral. Fuimos recibidos muy cordialmente por los Padres MSFS (Misioneros de San Francisco de Sales), que nos abrieron sus misiones para que nuestros jóvenes pudieran hacer una experiencia. Estaremos siempre agradecidos a estos misioneros por su disponibilidad. Al primer grupo de nuestros hermanos que llegó en 2004, se le asignó la tarea de acompañar y animar a los muchachos de la escuela y pensionado, junto a la misión. Hasta 2010 tuvimos grupos de jóvenes hermanos. A partir del año pasado (2011) los escolásticos de teología vienen a hacer experiencia misionera durante las vacaciones de verano. Esta inserción los pone en contacto con las culturas y lenguas locales de esta región, en vista a su futura inserción como misioneros. Este año, tres de nuestros novicios, Vino, Edwin y Justin son miembros de la nuestra comunidad de Hojai.

Háblenos de esta nueva comunidad: ¿cuándo surgió, quiénes la integraron, qué dificultades encontraron?
- Era un sueño cultivado hace mucho tiempo por muchos betharramitas, el de tener una comunidad en el Nord Este de la India. A lo largo de estos últimos años, algunos padres trabajaron en diversas diócesis de esta región. Con una invitación tan especial como improvisa, el Arzobispo de Guwahati transformó nuestro sueño en realidad. El 26 de octubre de 2011, la nueva comunidad de Hojai, diócesis de Guwahati fue instalada: el P. Subesh, Superior, el P. Wilfred y tres novicios.
Como para toda comunidad, los comienzos no fueron fáciles: hubo mucha oposición, inevitable, de parte del equipo que ya trabajaba en el campus y del de la escuela. En medio de estas dificultades, encontramos apoyo en la comunidad, en la ayuda recíproca: gracias a la oración, logramos conquistar la confianza de la gente.

La elaboración del proyecto comunitario es, sin duda, un elemento importante en la vida comunitaria. ¿Encontraron dificultades en la redacción? ¿tuvieron ayudas? ¿Cuáles son los puntos más significativos del proyecto, por lo que se refiere a la oración, a la vida comunitaria y a la misión?
- La distancia de esta comunidad de las otras del vicariato, creó algunas dificultades, al comienzo. La atención particular de la que e P. Biju Alappat, Vicario de la India, nos hizo objeto, nos dio confianza para enfrentar las dificultades. Sentimos también el afecto y la cercanía del P. Austin: en estos últimos cuatro meses, vino dos veces a visitarnos. La misión es muy exigente. Nuestra vida comunitaria tiene como prioridad, las actividades misioneras. Hacemos lo posible para que todos estén presentes en la oración comunitaria, por lo menos dos veces al día; otro punto firme es estar juntos, en la mesa, para tomar la comida.
Una vez al mes, nos encontramos con otras dos comunidades religiosas femeninas para un día de retiro. Algunos religiosos de las comunidades vecinas vienen para animar la jornada con una hora de meditación, seguida por la adoración y el sacramento de la reconciliación.
Los tres ámbitos principales de la misión de nuestra comunidad son:
a – Misión educativa; tenemos una grande escuela con 1.400 alumnos y 46 entre docentes y no docentes. ; el P. Subesh es el director.
b – Misión parroquial: en la parroquia hay tres grupos étnicos: los Karbs, los Garos y los Santali. Visto que los poblados están lejos de la iglesia parroquial, cada domingo, después de la misa, visitamos un poblado y celebramos la Eucaristía en la casa de una familia. Durante la semana también, visitamos los poblados para la catequesis y para preparar la liturgia dominical. Estamos también, tratando de sensibilizar a los jóvenes que quieran compartir nuestra experiencia de fe y nuestro estilo de vida.
c – Pastoral con los muchachos del pensionado: 42 muchachos en el masculino y 36 muchachas en el femenino. Es nuestro deber educar a estos muchachos para que sean ciudadanos honestos y comprometidos con su país. Les damos toda la atención necesaria a estos muchachos que vienen de poblados del interior de la región. Al transmitirles el poder del conocimiento, los ayudamos a ampliar el horizonte de su mirada.

Dada la gran distancia que los separa de Bangalore y de Mangalore, ¿logran mantener los contactos con las otras comunidades Betharramitas en la India? ¿y con las otras comunidades de la Región Beata Miriam, especialmente de Tailandia?
- Claro que ésta es una observación muy oportuna. Estamos muy lejos de las otras comunidades del vicariato y, a veces, nos hemos dado cuenta de la falta de comunicación. Pero el calor del afecto de nuestros hermanos de la India meridional, nos ayudaron a olvidar la distancia.

¿Qué tipo de cooperación tienen con los sacerdotes diocesanos y misioneros de otras congregaciones? ¿Logran ver en ustedes “una comunidad en misión”?
- En esta tierra de misión, no hay mucha diferencia entre diocesanos y comunidades religiosas, porque todos nos sentimos parte de una misma familia. Los viejos misioneros de esta región quedaron felizmente sorprendidos al ver a tantos jóvenes religiosos viviendo juntos en comunidad. Siempre estuvieron muy contentos al ver una gran comunidad trabajando juntos, por la misma causa.

En su ministerio, están en contacto con los jóvenes. En el proyecto comunitario, ¿qué lugar ocupa la animación vocacional?
- No sabría qué responder a esta pregunta. A decir la verdad, de estos 1.400 alumnos de nuestra escuela, el 33% son hinduístas o tribales y sólo 20 estudiantes son católicos. Nuestro objetivo es el de arrojar la semilla de la fe que después, en este siglo XXI, va a crecer lentamente. Los frutos, si alguna vez nacieran, habrá que esperarlos para el siglo XXII: Vamos a ver estos frutos, cuando estemos junto con el Padre Eterno.

En la historia de la Congregación, ¿hay un período o un acontecimiento que refleje la situación de ustedes y que los pueda guiar en su ministerio?
- De nosotros, religiosos betharramitas, se espera que aceptemos ser enviados allá adonde otros no estén dispuestos a ir. Por este motivo, encontrándonos en este territorio de misión, sentimos que estamos en las huellas de nuestro padre San Miguel. También el de volver a la China y restablecer la presencia betharramita es un sueño de nuestra Congregación. Al trabajar aquí, en la frontera de la China y con razas Mongoles, tenemos la sensación de que este sueño se hará realidad.

 



 

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3. EL CAPÍTULO GENERAL DE 1903 

Este capítulo General merece una consideración especial, por su importancia y por el contexto en el que fue celebrado
Las sociedades liberales del XIX y de los primeros años del siglo siguiente, especialmente en los países latinos de Europa y de América, combatieron una dura batalla contra la Iglesia católica y sus instituciones, particularmente contra las escuelas y las Congregaciones religiosas. En muchos países de América Latina, en Portugal, en España y en Italia, se promulgaron leyes para expropiar, adueñarse y después vender los bienes eclesiásticos. Las Órdenes y las Congregaciones religiosas perdieron todos los bienes que poseían hasta ese momento: escuelas, conventos, monasterios, iglesias, casas religiosas; sólo se salvaron los hospitales. En algunos casos, además, fue prohibida, mediante leyes sobre el tema, la vida religiosa, o la misma vida comunitaria y hasta los votos religiosos.
En Francia, en 1901, fue sancionada la  “ley de Asociaciones” que, en sí misma, era absolutamente inocua; para que fuera reconocida la legitimidad jurídica de cualquier asociación, cultural o religiosa, había que pedir una autorización gubernamental. El mismo trámite tenían que hacer las Congregaciones religiosas, consideradas al mismo nivel que cualquier asociación religiosa. Pero el Estado encontró la manera de negar a todas las Congregaciones religiosas en el territorio francés la autorización para existir; por falta de reconocimiento, los Institutos, de hecho, quedaron disueltos y sus miembros, obligados a dispersarse, sus casas confiscadas y puestas a la venta.
Lo mismo aconteció con los betharramitas. El pedido de autorización, depositado en las Cámaras de París el 18 de julio de 1901, fue rechazado el 18 de marzo de 1903; desde ese día la Congregación de Betharram ya no tenía el derecho de existir, había sido suprimida por el gobierno. Las residencias fueron cerradas, la vida comunitaria prohibida, los religiosos obligados a dejar sus casas y a dispersarse.
Con excepción de Argentina, Uruguay y Palestina, la Congregación no tenía otras residencias que las de Francia. Años de trabajo fueron echados a perder en pocas semanas. Todas las comunidades, muchas de las cuales fueron fundadas en la época de San Miguel, fueron cerradas: Betharram, Bayona, Orthez, Oloron, Anglet, Pau, Sarrance. Eran lugares cargados de recuerdos, vinculados a la actividad y a la obra del Fundador y del P. Etchécopar.
El último acto de esta agresión a las instituciones religiosas se realizó el 14 de agosto de 1903, cuando la policía llegó a la casa madre de Betharram para ejecutar la orden de expulsión de los religiosos manu militari. A las 19,40 hs de esa tarde, el Comisario de Policía con un escueto telegrama, podía anunciar triunfalmente que:
“Establecimiento evacuado a las siete, sin demasiada dificultad pero gracias a gendarmería a caballo que pudo mantener muchedumbre evaluada en un millar de personas que gritaban: ¡Viva la libertad! ¡Vivan los Padres! Enfermos hospedados en familias, a pesar de lluvia torrencial. 200 personas insisten en quedarse frente al establecimiento.”
En este contexto, el 10 de agosto se abría en Irun (España), el Capítulo General más difícil de la historia de Betharram. En efecto, los Padres Capitulares fueron llamados a tomar todas las medidas necesarias para salvaguardar el instituto y sus obras en Francia, para conservar la vida religiosa, para el futuro del mismo Instituto y para garantizar la regularidad de la formación y de los estudios de los jóvenes en formación.

Roberto Cornara

 

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