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14/11/2012

Noticias en Familia - 14 de noviembre de 2012


Sumario

 

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La palabra del Padre General

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NUESTRO SERVICIO EN LA IGLESIA

Ya la RdV. de 1969 distinguía entre la misión y los ministerios apostólicos en dos capítulos diferentes, el 2º y el 7º. Esa distinción sigue todavía hoy en los capítulos 2º y 6º. Se entiende por misión toda la tarea evangelizadora de la Iglesia que tiene como finalidad dar a conocer a Jesucristo a todos los hombres. Esta misión se lleva a cabo en determinadas actividades dentro y fuera de las comunidades cristianas.

En un pequeño artículo de la NEF de 1968, el P. Duvignau, después de identificar el carisma, clarificar lo que es la espiritualidad y la misión, y mirando a la Historia de la Congregación, dice que “Betharram no tiene obras propias”. Primero fueron las misiones populares y la educación, hacia 1910 empiezan las parroquias, también se asumió la dirección de seminarios. No tener obras propias quiere decir que la identidad de Betharram no pasa por las obras. No tener obras propias quiere decir que cualquier obra puede ser adecuada para el carisma de Betharram; y que si en algún momento tenemos que dejar una actividad, Betharram sigue teniendo razón de ser. San Miguel lo dice de otra manera en una cita de MS.399, que figura en el art. 15 de la RdV.
Por ejemplo, en este momento hay comunidades de Betharram dedicadas a obras sanitarias, cosa que es nueva en la Congregación: la residencia de ancianos de la “maison neuve” de Betharram, la Casa Familia de Monteporzio para acompañar enfermos de SIDA, el dispensario de Niem y el centro San Miguel Garicoits en Buar, también para enfermos de Sida en Africa Central.
Las Constituciones anteriores al Concilio Vaticano II decían en el art. 3: “Las principales funciones de los miembros de ese Instituto son: 1º la predicación de la Palabra de Dios (misiones, retiros, etc.); 2º la educación cristiana de la juventud, reservados los derechos de la Santa Sede en lo que se refiere a los Seminarios”.
La RdV. de 1969 en el Capítulo VII que titula Actividades Apostólicas distingue 5 campos de misión: ”1. La misión y los pobres; 2. La misión en el mundo escolar; 3. Parroquias y otras actividades pastorales; 4. Ecumenismo; 5. Misión en país no cristiano”.
La RdV. de 2012 en el Cap. VI que titula Nuestro servicio en la Iglesia, distingue tres apartados: 1. Nuestras prioridades: el servicio a la Iglesia local (114), la proximidad a toda persona humana en sus diferentes formas de pobreza (115);  2. Los campos de actividad: la pastoral juvenil (117), la  misión educativa (118-120), la pastoral familiar (121), la pastoral parroquial (122-123), la animación y el acompañamiento espiritual (124), la promoción de la persona humana (125), La primera evangelización (126), el ecumenismo (127) El diálogo interreligioso, el encuentro entre culturas (128-129); 3. Los criterios de discernimiento de las actividades (130-135).
Las actividades misioneras se han diversificado cada vez más. Algunas tienen mucha tradición en la Congregación como la pastoral educativa, la primera evangelización, la promoción humana. Otras son propias de la misión de la Iglesia en el mundo de hoy como el ecumenismo, el diálogo interreligioso, el encuentro entre culturas. Otras proceden de la praxis pastoral en la Iglesia de hoy: pastoral juvenil,  la pastoral familiar, la animación y acompañamiento espiritual. Estos últimos ámbitos pueden ser cultivados en cualquiera de las actividades más clásicas: parroquia, colegio… Y el acompañamiento espiritual es una actividad pastoral a la que son muy sensibles nuestros jóvenes religiosos por la experiencia positiva de acompañamiento que han tenido en su formación. Las prioridades son muy valoradas por los religiosos de hoy: el servicio a la Iglesia local y la opción por los pobres. En algunos vicariatos orientan las opciones misioneras.
“Con este fin (ser servidores fieles del Evangelio) toda la Congregación, por medio de sus Capítulos generales y regionales, se esfuerza en discernir las opciones, las orientaciones y los métodos de nuestros diferentes ministerios. En comunidad y como Vicariato nos cuestionamos periódicamente sobre la autenticidad de nuestro trabajo apostólico” (Art. 19). El arte del discernimiento hace parte de nuestro estilo de vida, para que no nos apeguemos a nada y nos sintamos libres para responder a necesidades nuevas y más urgentes en la Iglesia y en el mundo. Para ayudar a ese discernimiento se señalan los criterios de discernimiento (arts. 130 – 135 ), que surgen de nuestra espiritualidad y de nuestro estilo de vida.   
Tenemos que estar vigilantes para no dejarnos acaparar por la actividades apostólicas. Somos cuidadosos del espíritu con el que realizamos la misión. El dueño de la mies y de la viña es el Señor y no nosotros que somos sus servidores, servidores inútiles, para lo que haga falta. Nuestras actividades apostólicas tienen como finalidad que Jesús sea conocido, amado y seguido y que el Reino de Dios crezca en la Iglesia y en el mundo. No trabajamos para quedar bien nosotros, tenemos que ser humildes servidores, a veces soportar la humillación para que el Señor y su Reino aparezcan con más claridad. Ni la misión se cumple sin actividades apostólicas, ni todas las actividades apostólicas apuntan a realizar la misión. A veces somos engañados en todo esto por la apariencia de bien de muchos de nuestros compromisos apostólicos.   
Las actividades apostólicas por muy urgentes que parezcan no se justifican por sí mismas. Encuentran su motivación en nuestra experiencia de fe y de adhesión a Jesucristo, que es el principio y el fin de nuestro trabajo pastoral. Sin la referencia a él todo esfuerzo es inútil. Y no es inútil el testimonio de nuestra consagración que lo proclama como el “único necesario” y el testimonio comunitario que anuncia que por Él es posible un nuevo tipo de relaciones interpersonales que consiguen la unidad en el respeto de las diversidades (cf. RdV. Art. 112, VC. 72b ).

Gaspar Fernández Pérez, SCJ

 

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smichel.jpgSan Miguel Garicoïts escribe...

¿Qué es esa firmeza de la que tanto hablamos? ¿Es el gran don de Dios en virtud del cual perseveramos en la santidad hasta la muerte, que Dios concede a una vida santa, a los predestinados? Esta perseverancia, esta firmeza es una virtud especial, porque hay allí una razón especial de bien … Sí; hay un bien particular en la continuación de una obra a pesar de los obstáculos, incluso el cansancio, el disgusto, el deseo de cambiar, en el no ser inconstantes, en persistir, en mantenerse firme; es ese bien particular lo que hace de la firmeza una virtud particular, distinta de las otras. (M 387)

 


 

HACIA EL 150° ANIVERSARIO

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SEGUNDA FICHA: 
A la escucha del misterio del anuncio del Evangelio

Segunda etapa de un recorrido de reflexión personal y comunitaria propuesta por los PP. Gaston Hialé y Philippe Hourcade, scj.

Primo momento dell’incontro: la preghiera comune

  • Oración común del salmo 1º: “Feliz…”
  • Escuchar las Bienaventuranzas, la carta magna del Reino del cielo
  • Momento de silencio (10 minutos)
  • Oración compartida.

El compartir alrededor de un texto del carisma

Se trata del texto que puede ser encontrado en la Doctrina Espiritual, p. 45, (Correspondencia II, carta 293);
Aquí, podemos comenzar el intercambio con la consciencia de que compartimos con los laicos la misma identidad bautismal y un mismo llamado a encarnar este llamado vivido por Cristo y que él mismo lanza a todos sus discípulos, después de la resurrección. Podemos invitar a laicos para todo o parte de nuestro encuentro.

La relectura de nuestra vida religiosa a la luz del Manifiesto

Centramos nuestra atención en el segundo párrafo del Manifiesto.
“Al momento de entrar en el mundo, animado por el Espíritu de su Padre, se entregó a todos sus designios sobre él, ocupó el lugar de todas las víctimas: “Tú no quisiste, dijo, hostias ni oblaciones, sino que me formaste un cuerpo (el original dice: “tú me lo apropiaste”); los holocaustos y las víctimas por los pecados no te agradaron; entonces dije: “Aquí estoi, vengo para cumplir tu voluntad, Dios mío”.
Recibimos de nuestro carisma la consigna de tener que ser hombres idoneus, expeditus, expositus (aptitud dada para recibir, vida entregada en respuesta, abertura máxima). ¿Qué significa para nosotros, religiosos de vida apostólica, tener como misión la de realizar una humanidad según Cristo? Nuestro Padre San Miguel nos enseña, a partir de su experiencia, que el secreto de la ley de amor se aprende en la oración. ¿A qué punto estamos? Puede ser bueno, antes, durante o después de este compartir, releer y meditar los 7 puntos del “Método para conocer la voluntad de Dios” (un buen ejemplo de este Método en Doctrina Espiritual p. 281-2) para darnos cuenta del orden y de la importancia que él da a las realidades espirituales… Se trata de anclar nuestra vida en la conciencia cada vez más fuerte de la subordinación, de la gratuidad del amor que provoca en nosotros un desborde de amor en respuesta: “Cuánto me has amado, cuánto hiciste para que yo te ame… Aquí estoy”.

Oración comunitaria del Rosario

Con las diez “Avemarias” centradas en el misterio del Anuncio del Evangelio, proponemos que se pida el fruto siguiente:
Un corazón a imagen de Cristo, manso y humilde, para ir a él y a todos nuestros hermanos, pobres y pequeños, en nombre del Evangelio.

 


Decisiones del Superior General y Consejo

  • Nombramiento de los membros de una comisión de estudio por la valorización del sitio de Betharram: P. Jean Luc MORIN, P. Jean Dominique DELGUE, Hno. Emile GARAT, P. Ercole CERIANI, P. Mario LONGONI, scj, MM. Patrick DAYDE, Laparrade, Larran, Hervé JOAN-GRANGE (experto).
  • Han sido admitidos a la Profesión Perpetua, el 19 de octubre de 2012, los Hermanos  Osmar Vicente Caceres Spaini (Paraguay), Wagner Aparecido Ferreira (Brasil).
  • Han sido admitidos al diaconado el 22 de octubre de 2012 los Hermanos Marcelo Rodrigues Da Silva, Eder Chaves Gonçalves, Francisco de Assis Dos Santos del Vicariato del Brasil.
  • A la propuesta de Mgr Walmor Oliveira de Azevedo, arzobispo de Belo Horizonte y después de la solicitud presentada por lo Superior regional de la Región Etchecopar, el Superior General ha aprobado la aceptación de la parroquia São Sebastião de Sabará, Archidiócesis de Belo Horizonte, de parte del Vicariato del Brasil. Nos alegramos por esta señal de confianza y rogamos por nuestros hermanos que tendrán el servicio de esta parroquia.

 

ESPIRTUALIDAD LAICAL

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Maria Eugenia, a la izquierda de P. Daniel González, durante el encuentro familiar de los laicos betharramiti
en los días 26-28 de octubre a Adrogué

UN ENCUENTRO QUE CAMBIA LA VIDA

Maria Eugenia Martiarena hace parte del grupo de Casa de Encuentro de Villa Betharram en Adrogué. Junto al P. Daniel González el grupo conoció, practicó y ayudó a otros jóvenes a conocer y practicar los EE ignacianos. María Eugenia conoció también el Jesús anonadado y obediente del Carisma de San Miguel y se enamoró de Él. Es lo que nos transmite su testimonio.

Hace un tiempo ya que viene surgiendo con fuerza un gran deseo en mi corazón, hacerme de una vez y para siempre responsable y servidora de la vida que se me ha regalado, no sin temores, pero con mucha confianza.
Voy descubriendo algu-nos valores que quiero vivir, como  la virginidad y la pobreza, no sólo como libertad y disponibilidad, sino como ofrecimiento, como un estilo de vida que elijo y que me hace una con Jesús pobre y virgen, y con todos los que esperan todo de Dios. Permaneciendo vacía de todo y de todos, sobretodo de mí, para que haya espacio para Dios, para encontrarme a solas con Él, y por Él, con los que ama, amándolos y sirviéndolos hasta gastarme la vida.
Yo no soñé nunca con una vida consagrada, no lo esperaba y no lo buscaba. Y eso me da mucha libertad y confianza para elegir, porque veo entonces como la iniciativa ha sido toda del Señor, y la respuesta mía. Descubro también, cada vez más, como la invitación involucra y contiene mi realidad más personal, profunda, auténtica y encarnada, como todo tiene mucho sentido y me va transformando en una mujer más libre y más plena.
Concretamente me siento invitada a la soledad, que es una parte innegable de mí, un espacio sagrado, misterioso y fecundo, para encontrarme en la intimidad de un corazón pobre y virgen con el Señor de la Vida, con el Señor de los pobres; para trascender la pobreza de mi vida y salir a anunciar lo que he visto y oído, que Dios ama al hombre, que sana, que transforma, que sus proyectos superan ampliamente a los nuestros, que su amor es gratuito y que sólo Él puede colmar nuestras ansias de amor.
Deseo mantenerme inserta en los asuntos del mundo, entre los laicos, en el mundo de la familia, del trabajo, de la educación, del barrio. Discreta, pero firmemente presente, compartiendo los yugos, los dolores, las tensiones, los deseos, los sueños, las alegrías, reflejando sencilla, pequeña y humildemente la Luz de Cristo y su cercanía, su ternura, su opción y su amor por los hombres, sobre todo por los que más sufren.
Deseo encarnar y anunciar con mi vida una iglesia sencilla, cercana, frágil y humana, pero que espera contra toda esperanza, porque sabe en quien tiene puesta su confianza, quien es su Cabeza, quien es su Esposo… quien la ha elegido, quien la cuida, quien la anima y quien la espera.
Y todo esto acontece en Betharram, mi experiencia real y concreta de la Iglesia, de esta presencia encarnada, humilde y frágil que Dios quiere ser entre los hombres.
A través del carisma betharramita descubro que Dios quiso hacerse nada para compartir mi pobreza, que se muere de amor por mí y que su ternura y su misericordia son infinitas. Que me ama así como soy, frágil y pecadora. Que me cuida, que me sana y que me transforma día a día a través de su Palabra y me invita a buscar para los demás la misma felicidad. Que nadie camina solo y que cada hombre puede ser en Dios un don precioso e irremplazable para los demás. Que Dios confía en mí, más que yo misma y que me propone libremente perder la vida para encontrarla aunque yo aún ni siquiera sospeche el alcance y el peso de la propuesta.
Y desde esta realidad me voy animando a decirle que sí al Señor, que es decirle sí a la Vida,  confiando mucho en esta experiencia que voy haciendo en Betharram y pidiéndole a todos los betharramitas del cielo y de la tierra, religiosos y laicos, que recen por mí, que me dejen caminar a su lado, que me guíen y que cuenten con mi vida… para que pueda gastarla hasta el final en el amor y el servicio a los que Dios ama.

Maria Eugenia Martiarena
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5 minutos con...

... la comunidad de Belén-Nazareth

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La comunidad de Belén-Nazaret, presencia histórica de la Congregación en Tierra Santa, ha conocido, hasta ahora, diversos momentos, caracterizados siempre como una comunidad al servicio de la Iglesia-Madre de Jerusalén y al servicio de la formación de sus sacerdotes. ¿Cuáles son hoy sus campos de misión y su ritmo de vida al día a día? Sus nueve miembros nos describen la situación actual de una comunidad nacida en difíciles y buenos augurios, inmersa al mismo tiempo en la eternidad y en los imprevistos del mundo contemporáneo...

Nef: ¿Cuál fue, en su origen, el primer servicio pedido a los Padres de Betharram?

- Sin dudas, todos conocen la historia: la “santa” carmelita, la beata María de Jesús Crucificado, logró convencer a Mons. Lacroix, Obispo de Bayona y a sus Superiores de fundar un Carmelo en Tierra Santa. Insistió para que la capellanía del Carmelo estuviera a cargo de los Padres de Betharram que había conocido su estadía en el Carmelo de Pau. Un primer obstáculo fue superado: “Ninguna Orden Contemplativa todavía ha entrado en Palestina; los PP. Franciscanos defendían… el privilegio que los hacía, de alguna manera, dueños del país”. Pío IX ignoró la decisión “a pesar de que fuera tomada a la unanimidad por los cardenales de Propaganda” y, el 16 de mayo de 1875, dio permiso a las Carmelitas de Pau para fundar un Carmelo en Belén. Pero otra dificultad casi comprometió el pedido de una presencia de los Padres de Betharram como capellanes; presentado el pedido al Papa León XIII, éste preguntó: “¿Qué dice Propaganda? – Ella respondió negativamente al pedido de la llegada de los Padres de Betharram – Y bien, respondió León XIII, digan a la Propaganda que el Papa soy yo”. El mismo pedido fue formulado por los Dominicos. León XIII, antes de concederlo, tuvo que pedir el consenso de los Franciscanos: “Me reprocharon fuertemente la fundación de los Padres de Betharram”.
Siete Carmelitas dejaron Pau el 20 de agosto de 1875 y llegaron a Jaffa el 6 de setiembre. Su primer capellán fue el P. Chirou. Hasta hoy, la capellanía del Carmelo de Belén y la de Nazaret a partir de 1910, estuvieron a cargo de los Padres de Betharram.

El servicio a la Iglesia local ¿fue cambiando?

- Después de haber fundado un escolasticado, el equipo de los Padres profesores fue invitado a dar cursos en el Seminario Mayor del Patriarcado Latino, situado en Beit Jala (Muy cerca de Belén); se llegó, incluso, a pedir a algunos padres que fueran “Rectores del Seminario Mayor”. Este servicio de formación de los seminaristas de rito latino de Jerusalén duró hasta el 2010. Los cinco obispos actualmente en funciones en el Patriarcado: el Patriarca, su antiguo vicario general, su actual vicario general, el obispo auxiliar residente en Nazaret y el nuevo obispo de Jordania, todos fueron alumnos de los Padres de Betharram; sin olvidar el Patriarca emérito Mons. Michel Sabbah. Algunos betharramitas ejercieron responsabilidades importantes al servicio del Patriarcado.
Son innumerables las visitas a muchas congregaciones de religiosas para confesiones, direccion espiritual y conferencias. También las numerosas predicaciones en parroquias o en ocasión de acontecimientos excepcionales. No hay que olvidar las relaciones fraternas establecidas con muchas congregaciones masculinas.

La presencia del noviciado regional ¿es otra cara de la misión de ustdes?

- Los novicios fueron recibidos por una comunidad ya familiarizada con la presencia de jóvenes en formación que venían de países extranjeros, especialmente de África central. El desarraigo probablemente fue más problemático para ellos que para los religiosos ya presentes. Pero los jóvenes se pusieron rápidamente al servicio de la casa e incluso del Padre que, el sábado de mañana, hacía las compras. Manifestaron su sensibilidad y sus ideas para elaborar el ritmo de la vida cotidiana, la manera de rezar, el deseo de conocer a cada uno de los religiosos de la comunidad.
Algunos Padres cooperan dando cursos a los novicios y todos están invitados a participar de las reuniones comunitarias mensuales.
Una o dos veces por semana, los novicios tienen la ocasión de abrirse a la dimensión misionera de nuestra vida religiosa, animando la tarde de los niños de la guardería de Centro Jean Vanier, en Belén. Tienen varias ocasiones de encontrarse con otros jóvenes en formación, por ejemplo, los seminaristas de Beit Jala, en el campo de futbol, y religiosos y religiosas muy insertos en las realidades misioneras de Palestina-Israel.
Hacia fin de año, los religiosos de la comunidad serán invitados a dar su apreciación sobre cada novicio y la manera como habrá vivido este primer año de noviciado.

Con el reacondicionamiento de sus edificios, también la comunidad de Belén puede ahora recibir peregrinos. ¿Qué acogida quisieran darles?

- Nuestros dos Centros de Acogida, Belén y Nazaret, nos dan la ocasión de retomar la historia de la presencia de los Padres de Betharram, la originalidad de nuestra espiritualidad y nuestra vocación misionera. Nuestro proyecto, al cual se asocian los novicios, es de hacer que también que “los muros” de este Centro hablen, con textos y fotos.
Hay grupos que piden celebraciones y encuentros.

La Tierra Santa se ubica en una región particularmente sensible del mapa político. La situación política y social ¿influye en el espíritu de los religiosos?

- Si no se puede ignorar la historia, las riquezas arqueológicas, la mescla de culturas, los encuentros multi-religiosos que marcaron y siguen marcando las poblaciones muy diferentes de este país, tampoco se puede ignorar el contexto en el que se encuentra la Comunidad de Nazaret-Belén.
No se puede hablar honestamente del tema en pocas lineas. Ciertamente es preferible venir a este país y venir con un respeto infinito por todas esas realidades complejas, con gran atención a la realidad, a toda la realidad, antes de emitir un juicio. Las buenas voluntades existen de un lado y del otro. La verdadera misión comienza cada vez que se ofrece la ocasión de favorecer encuentros y de animar a cada uno a trazar caminos de respeto mutuo y de aceptación del otro diferente.
La colaboración entre congregaciones religiosas y Patriarcado reviste, sin duda, una importancia particular…- Todos los religiosos (y, por la primera vez, las religiosas) fueron invitados a preparar el Año de la Fe. Cada uno pudo hacer observaciones y propuestas. Se siente una movilización no sólo para profundizar la Fe, sino para una vuelta a los Maestros de la Fe como fueron los santos de los primeros siglos de Tierra Santa, para devolver vida a lugares de peregrinación, para participar de conferencias, y para atreverse a encuentros nuevos.

El pueblito de Belén evoca una población de humildes artesanos y de pastores. ¿Cómo es en 2012?

- Si, uno se imagina a menudo Belén y Nazaret como dos “pequeños” pueblitos típicamente palestinos. Ahora Belén cuenta con alrededor de 50.000 habitantes y Nazaret 80.000, en su mayoría jóvenes. La primera desarrolla una actividad comercial intensa mientras que la segunda vive al ritmo de las peregrinaciones. Nazaret cuenta con cuatro hospitales y diez escuelas confesionales. Belén, por su parte, cuenta con dos universidades. Las dos ciudades cuentan, más o menos con un tercio de los cristianos. Nazaret está en Israel y no tiene todos los problemas vinculados al “muro” de separación de Belén que hace de esta ciudad “una prisión a cielo abierto”. A su vez, la capital de la Galilea se caracteriza por una vida cotidiana marcada por una neta diferencia de nivel entre Israelíes y Palestinos (algunos hablan de segregación). En medio de estas realidades, y de estas dificultades, nuestras comunidades intentan descubrir otra vez, cómo estar al servicio primeramente de los cristianos locales.. y después también de todos los demás.

Firmin, Joseph, Abib, ustedes llegaron el domingo 16 de setiembre de 2012 para vivir su primer año de noviciado. ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones?

- La tarde de ese mismo domingo, tuvimos la gracia de ir a la Basílica de la Natividad con nuestro maestro, el P. Jacky. Pudimos recogernos, meditar y rezar sobre el gran misterio de la Encarnación, ese lugar donde Cristo nuestro Señor eligió venir al mundo. En Belén, donde vivimos, la gente habla árabe y tenemos dificultades de comunicación. Sentimos que los palestinos nos miran extrañados, siendo los únicos africanos que residen en Belén, si no contamos los peregrinos de paso. Vemos también las dificultades para cohabitar entre israelíes y palestinos ya que cada vez que salimos de Belén tenemos que presentar los pasaportes para el control. Además, desde el punto de vista litúrgico, vemos la multiplicidad de ritos aquí, en Tierra Santa (Católicos de rito latino, Melkitas, Ortodoxos…). Las pocas visitas que realizamos en los lugares santos (Campo de los pastores, Nazaret, Cafarnaúm, Tabor, etc.) nos permitieron interiorizar la Palabra de Dios, al leer el Evangelio que se refiere a ese lugar y viviendo momentos de oración en el lugar. En Belén, nuestra casa está al lado del Carmelo y celebramos allí, con las hermanas, la Eucaristía dominical. Somos alrededor de una decena de fieles. Es realmente diferente de lo que vivimos en Adiapodoumé o en otra parte, en África.

Esta comunidad de acogida, ¿tiene características que la diferencian de lo que ustedes vivieron hasta este momento?

- La comunidad de Belén es una comunidad diferente de la comunidad de formación en la que vivimos, en Adiapodoumé, en Costa de Marfil. Por ejemplo, las responsabilidades pastorales de los padres y hermanos no nos permiten encontrarnos todos las mañanas para la oración juntos, pero, de tarde, toda la comunidad se reúne para las vísperas, el rosario y la cena fraterna. El noviciado tiene su programa integrado con el programa de la comunidad. El domingo, a las 12hs., tenemos un momento de esparcimiento llamado “el aperitivo” en el que nos reunimos todos en la sala de televisión para una picadita en un ambiente fraterno antes del almuerzo, a las 12,30hs. Los cursos que seguimos son dictados por nuestros padres lo que es diferente de los dos años pasado en los que frecuentábamos los cursos en el Seminario Mayor. Damos gracias a Dios y agradecemos la Congregación de permitirnos vivir este año canónico de noviciado aquí, en Tierra Santa, para interiorizar mejor la Palabra de Dios y responder mejor al llamado de Cristo, siguiendo a San Miguel Garicoits.


In Memoriam...

Hermano Fernand Fonquerle

1 de diciembre de 1929, Sauvian ~ Bétharram, 16 de octubre de 2012

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El Hno. Fernand Fonquerle nos ha reunido, a nosotros, los religiosos de Betharram y a todos sus amigos. Nos ha reunido en este santuario de Nuestra Señora donde vino muchas veces a tocar el órgano para ayudar a rezar a los fieles. De hecho, el canto y la música en general eran su campo, así como el amor a la liturgia, a veces incluso más allá de algunas rúbricas; eso se explica, seguramente, por su estadía de algunos años entre los monjes benedictinos. Este amor a la liturgia, el hno. Fernand lo puso al servicio de las comunidades cristianas cercanas a Betharram y especialmente la parroquia de Montaut donde dirigió mucho tiempo la coral y donde iba con mucho gusto, la mayor parte de las veces, a pie.
Otras parroquias también lo llamaban para la catequesis, para grupos de oración o de tercera edad (pensamos en las parroquias de Bordes, Lestelle u, otra vez, de Montaut). Desplegaba allí sus talentos y rendía preciosos servicios.
Crecía en la fe, alimentada por la espiritualidad de San Miguel Garicoits, dentro de su comunidad religiosa, por mucho tiempo, en Betharram, pero también en Sarrance y en Pau. Pero también estaba en relación con otros centros de oración y de peregrinación, como Paray-le-Monial; por ejemplo, cada año, para la fiesta del Sagrado Corazón, nos conseguía el folleto que hacía que le enviaran especialmente desde allá.
Religioso-Hermano vivió entre nosotros, con sus debilidades y riquezas, como cada uno de nosotros. En estos últimos tiempos, el sufrimiento físico y moral lo afectó por muchos meses; a pesar de lo cual, muy a menudo una sonrisa iluminaba su rostro y esa sonrisa impresionaba a todos los que se le acercaban.
Falleció brutalmente, después de algunas horas de internación, nada más. Era nuestro hermano. Y lo recordamos fraternalmente en nuestras oraciones.
Firmin Bourguinat, scj

Tuve la suerte de tener, con el hno. Fernand una relación muy fraterna. Pude descubrir a un hombre angustiado, con miedos y heridas; A pesar de todas sus fragilidades, sabía manifestar atenciones fraternas, compartir su alegría de vivir con el Señor, de alabarlo con el canto y la música. Amaba la liturgia de las horas y las lindas celebraciones. El hno. Fernand estaba marcado por su experiencia de vida monástica antes de entrar en nuestra familia religiosa.
Tal vez los que vivieron cercad el hno. Fernando hayan tocado con mano como el Señor llama a seguirlo desde el interior de nuestras mismas fragilidades. “¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo? ¿la necesidad, la angustia ?... No, porque en todo esto somos los grandes vencedores gracias a aquel que nos ha amado” (Rom 8,33.35). Dios ama a cada hombre como es. A veces los conduce y lo sostiene en lo interior de sus mismas inconsistencias, dudas o fallas. “Vengan a mí, todos los que soportan el peso de fardos pesados y los aliviaré”, nos dice Jesús en el Evangelio que hemos elegido. Dios eligió el camino de la fragilidad para manifestar su inmenso amor a los hombres. Jesús asumió totalmente la condición humana hasta el sufrimiento vergonzoso, hasta la muerte.  
La vida religiosa no es un camino de realización por medio de lo que es fuerte, brillante, poderoso, rico. La vida religiosa es esa respuesta humilde al llamado de Dios a dejar todo por el Reino. Una respuesta que compromete a toda la persona con sus fragilidades, una respuesta que exige buscar una coherencia de vida, una conversión continuamente retomada, un don total de la propia vida para seguir a Cristo pobre, casto y obediente. El hno. Fernand vivió esta experiencia y descubre ahora la paz interior que buscó siempre, en toda su vida.
La vida religiosa pide un ofrecimiento de la propia vida al Señor. Y el lugar de la alabanza, de la oración es esencial para crecer en esa intimidad profunda con el Maestro Interior, con Cristo. “Padre, Señor del cielo y de la tierra, yo te alabo: lo que escondiste a los sabios e inteligentes lo has revelado a los más pequeños”. El hno. Fernand trató seguramente de ofrecer su vida como oración continua de alabanza y de intercesión, haciéndose disponible igualmente para acompañar con el órgano y el canto las celebraciones del Santuario, si olvidar las de Lestelle y de Montaut.
“Nada podrá separarnos del amor de Dios que está en Jesucristo Nuestro Señor”, nos dice San Pablo. ¡Qué esperanza para nosotros, esta noche! ¡qué esperanza al saber que todas las vidas tienen valor a los ojos de Dios! ¡Qué esperanza al saber que la amistad con Dios no puede desaparecer frente a la muerte! El amor de Dios es más fuerte de cualquier cosa, más fuerte que nuestras fragilidades. El amor de Dios venció la muerte. Q é reconfortante para todos los que tratamos de conformar nuestras vidas a la de Cristo, sea cual fuera nuestra vocación.
Dios Padre, fuente de Vida y de Amor, te damos gracias por la vida del hno. Fernand. Nos diste a tu Hijo; él nos enseña a confiar porque es en la grande debilidad que él nos da la fuerza para caminar, para levantarnos, para creer siempre que la vida es más fuerte que la muerte. Te presentamos a nuestro hermano Fernand para que lo recibas en tu paz, en tu luz, para siempre. Amén.


Jean-Dominique Delgue, scj

 

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10. LOS CAPÍTULOS GENERALES DE LOS ULTIMOS VEINTICINCO AÑOS

 

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En su informe al Capítulo General de 1993, el P. Sheridan decía: “No tenemos que llegar a ser una federación de pequeñas congregaciones betharramitas”. Tal vez sea ese el resultado al que las fases anteriores de la historia han llevado: seguramente unida en el espíritu, pero excesivamente fraccionada, con un Consejo General vinculado, por las Constituciones, a las decisiones y a la voluntad de los diferentes Provinciales y a una imposibilidad, jurídica y de hecho, de provocar un compartir de personas y medios.
La obra de subdivisión jurídica de la Congregación alcanzó su ápice a fines de los años setenta y en el decenio sucesivo cuando se dio autonomía jurídica, administrativa y de gestión a las últimas realidades nacionales que todavía seguían vinculadas a otras Provincias: nacieron así, la Vice-Provincia del Paraguay y las delegaciones Generales de España, de Uruguay y de Tierra Santa, frutos de decisiones tomadas en los capítulos generales de 1975, 1981 y 1987. Esto tuvo como consecuencia, la fragmentación del Instituto en muchas pequeñas o grandes unidades, cada una de las cuales estaba celosa de su autonomía y sobre todo, de sus recursos.
El deseo de unidad, siempre estuvo vivo dentro de la Congregación, se manifestó desde los años setenta por medio de iniciativas de compartir humano y espiritual de los religiosos: los llamados “recyclages” en tierra Santa a partir de 1978, la sesión de estudios en Betharram, en 1985, en ocasión del 150º aniversario de la fundación de la congregación, los ELAB (Encuentros Latinoamericanos de Betharramitas) celebrados a partir de 1986, el Euro-Betharram de Cólico, de 1990, y diferentes encuentros internacionales de los estudiantes en América Latina y en Europa.
Fue importante la decisión tomada en el Capítulo General de 1987 en el que, por primera vez desde 1903, se decidió la apertura de un nuevo campo de apostolado misionero, en la India, que pasó a ser el terreno de una cooperación internacional entre las varias fuerzas y recursos con los que contaba la Congregación.
El Consejo de Congregación de Triuggio de 1993, luego de la elección del nuevo Superior General, el P. Radaelli, tuvo como tema: “Unidos hacia el futuro” y esta unidad estaba centrada en la formación, en el camino con los laicos, en el compartir de bienes, tres temas que serán desarrollados a continuación, en las diferentes intervenciones del Consejo General, en los artículos de la Nef y en los encuentros internacionales.
Los Consejos de Congregación siguientes, (Belém, en 1995 y Betharram, en 1997) retomaron el tema de la unidad a través de la imagen de la familia, muy significativa en la tradición betharramita, con los temas “Familia en marcha” y “Familia en formación permanente”.
Mientras tanto, se elaboraron dos proyectos, comunes a toda la Congregación: la Ratio Studiorum y el Proyecto de Pastoral Juvenil; además nacía un equipo internacional de formación.
El Capítulo General de 1999 decidió la creación de las Regiones, lo que representó un viraje para la Congregación. La Regionalizacion de la Congregación respondía a una exigencia cada vez más urgente de unidad y de compartir de las fuerzas, los recursos, la formación, de la animación, de las economías…
En su informe en el Capítulo, el Superior General decía, sobre el significado de las Regiones:
- Organización y animación: “… podemos pensar en una visión diferente de la Autoridad y de las funciones de Gobierno, elegido, antes que nada, para animar, con su autoridad a toda la Familia,,, La tarea de los Consejeros Generales será  la de animar, promover, guardar, incentivar y construir unidad carismática y de misión en las diferentes áreas…”
- Característica de la formación: “tener, en cada área, como comienzo, un único noviciado… Entre otras ventajas, creo que está la de crear, desde el comienzo de la formación, una mentalidad y un estilo de vida, […] una disponibilidad propia de la vida religiosa  y particularmente, de nuestra Familia. Significa comenzar una internacionalidad no simplemente proclamada o escrita, sino completamente de hecho… El conocimiento de culturas, más allá de la propia, […] permitiría un enriquecimiento y una valorización no sólo de las personas sino del mismo carisma…”
- Especificidad de la misión: “Las comunidades deben fundarse y establecerse en territorios donde efectivamente hay necesidad de nuestro carisma para que nuestra identidad carismática y misionera sea respetada…”
La Regionalización se presenta como un largo camino;  del proyecto a su realización, ne necesitarán otros dos Capítulos Generales...

Roberto Cornara

 

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