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Graziano Vietnam 1
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14/06/2012

Noticias en Familia - 14 de Junio de 2012


Sumario

 

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La palabra del Padre general

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LA POBREZA EVANGÉLICA

Ya desde el título queda claro que el estilo de vida pobre es un valor evangélico. Es importante que estemos convencidos de ello, porque con ojos simplemente humanos, en la consideración social, la cosa no es tan así. Basta abrir el Evangelio para contemplar en todo su esplendor la persona de Jesús, que nació pobre, vivió pobre, en una familia pobre que vivía de su trabajo cuando lo tenía, se relacionaba sobre todo con los pobres a quienes anunciaba el Evangelio del amor de Dios, no tenía donde reclinar la cabeza y murió pobre: lo despojaron de sus vestiduras, de sus amistades y hasta de su vida.

La experiencia de la pobreza consiste en ser conscientes de nuestra limitación, nulidad e incapacidad que nos obliga a necesitar de los demás, sabiendo que sin ellos no podemos ser mejores.  Pero además, nos hace agradecidos porque comprobamos que si somos algo es por lo que hemos recibido de los que son generosos con nosotros. Por otra parte, poco a poco vamos descubriendo los dones o cualidades con los que el Señor nos enriqueció y que entregándolos, colaboramos también a que los demás sean mejores. Así es entre nosotros porque hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, que antes de nosotros ya era así: el Padre que desde toda la eternidad engendra, comunica la vida al Hijo, sabiendo que sin él no sería nada; el Hijo que lo ha recibido todo del Padre y vive para complacerlo en todo y el Espíritu que es el don en las dos direcciones. La pobreza es una característica de las tres personas de la Trinidad y por eso hace parte también de la identidad del Verbo encarnado.
En esto consiste la pobreza espiritual, esencial para poder amar y ser amado. Esta pobreza espiritual se manifiesta en la pobreza material, pobreza de bienes, en aquellos que están obligados por las situaciones creadas por la injusticia humana y en aquellos que teniendo posibilidad de tener bienes, optan por no tenerlos. La cosa es muy clara: ser pobre es no tener y no disponer de bienes. Hacer voto de pobreza es una decisión libre que un religioso hace para imitar a Jesús pobre y para vivir como los pobres. No se obliga a nadie a hacer voto de pobreza.    
El nº 49 de nuestra RdV. expresa bien el contenido de nuestro voto de pobreza. El fundamento es la experiencia de fe del amor de Dios, de quien hemos recibido todo lo que somos, valemos y tenemos. Este amor lo aprendimos conociendo a Jesucristo y por eso decidimos ser pobres como él: reconociendo que todo don viene del Padre, confiando en la Providencia y compartiendo con los hermanos.
Este es un compromiso muy grande que exige de nosotros renuncia, austeridad y transparencia. Es pobre el que no puede disponer de bienes.  No lo es el que, aunque haya hecho voto de pobreza, se las ingenia para tenerlo todo sin tocar la caja de la comunidad, ni el que lleva una vida acomodada o burguesa, ni el que tiene la obsesión de comprar. Ni quien vive preocupado por tener el último producto tecnológico del mercado. Ni quien tiene cuentas bancarias a su nombre, en las que deposita el dinero del ministerio, que un día heredarán sus familiares y no la Congregación.
Ser pobre por voto, es compartir. Todo lo que un religioso puede adquirir por su trabajo o competencias, todo lo que recibe por donación, pertenece a la Congregación. Lo mismo vale para las jubilaciones, pensiones, subvenciones, seguros (RdV. 50). Compartir es entregar todo a la comunidad sin guardarse nada.Compartir es usar de los bienes sólo para lo necesario. Compartir es no disponer más de los bienes de la comunidad que el que no aporta nada.
Compartir es también aceptar recibirlo todo de la comunidad para mis necesidades y para la misión, cuando tengo un trabajo remunerado y cuando mi trabajo pastoral, o mi situación de enfermo o mi dedicación a servicios de la comunidad no me permiten tener un reconocimiento económico por mis actividades. Tanto el que gana un sueldo como el que no gana nada usan de los bienes para sus necesidades y para la misión en dependencia de la comunidad.    
Compartir es analizar en comunidad el presupuesto  y el balance de la comunidad, es colaborar económicamente con los proyectos de toda la Congregación, es discernir, con los criterios del Evangelio que hemos decidido vivir, para ser capaces de corregirnos y así ayudarnos a ser fieles a nuestro voto de pobreza. Es también saber reducir juntos los gastos personales y de la comunidad,  sobre todo cuando los recursos con que contábamos se han reducido y para ser solidarios con los más pobres. Compartir es ser transparente en rendir cuentas a la comunidad de los bienes que ésta pone a nuestra disposición, sintiéndonos cada uno responsable de los mismos.
La comunidad misma tiene que ser pobre y vivir como las familias pobres, evitar acumular o escandalizar con el uso de medios que usan los ricos como los coches caros, la ropa de marca, etc. La comunidad no puede acumular bienes. Tiene que entregar, no sólo de lo que le sobra, para ayudar a vivir mejor y a realizar mejor la misión a otros hermanos de la Congregación que tienen menos y para compartir con los  pobres.
El espíritu de pobreza y el compartir es lo que nos hace a todos iguales y lo que nos ayuda a construir la comunión, que es el gran valor de la comunidad religiosa y el gran valor de la Iglesia en el mundo de hoy, pues como dice Juan Pablo II, la Iglesia es casa y escuela de comunión.
Esta igualdad en el no disponer de bienes es fundamental para que nuestra fraternidad sea auténtica. Por eso, los que poseen bienes, tienen que deshacerse de ellos al entrar en comunidad. No es posible que haya en la comunidad unos religiosos con bienes y otros sin ellos, como sucedía en el Monasterio de la Encarnación de Ávila cuando ingresó en él Santa Teresa. Antes de la primera profesión (los novicios) tienen que ceder la administración, el uso y el usufructo a una o más personas de su elección (RdV. 54).
El compromiso de vivir en pobreza exige de nosotros una vida sencilla, austera, como los pobres, teniendo en cuenta la situación da cada país.    Disponer de bienes, después de hacer voto de pobreza, es una hipocresía para nosotros mismos, un escándalo para los cristianos que saben lo que somos y nos ven vivir lo contrario, y una humillación para aquellos hermanos de la comunidad y de la Congregación que son fieles a la dependencia en el uso de los bienes. Es muy grave porque no soy fiel a mis compromisos, se rompe la igualdad que nos da la pobreza, y la comunidad se convierte en una farsa.

Gaspar Fernández Pérez, SCJ

 


 

smichel.jpgSan Miguel Garicoïts escribe... 

La familia

La familia no puede ser considerada ni como un reclutamiento para el ministerio parroquial ni como una reunión de sacerdotes de la cual, en alguna circunstancia o a pedido de éste o de aquel personaje, se pueda sacar un miembro para una tarea cualquiera fuera de la obra.
Esto porque:
1.- Sería abrir una puerta a la ambición que todo aconseja reprimir.
2.- Sería cambiar el sentido de la familia y hacer de Betharram, para decirlo así, un lugar de paso o de preparación.
3.- Sería apartar a los miembros del verdadero fin de la obra.
4.- Sería herir de muerte a la comunidad, sea porque ella ya no podría contar con ver morir en su seno a sus hijos más comprometidos, sea porque se vería sobrecargada de hijos extraños, de cierta manera, que tendrían proyectos distintos al de vivir y morir bajo sus alas y que estarían dispuestos a abandonarla, en cuanto tuvieran condiciones de realizar las ambiciones secretas que escondían en el fondo de su alma.
¿A qué quedaría reducido el fundamento de nuestra sociedad, con semejante principio? Y, una vez admitido este principio, la Sociedad estaría expuesta, a cada instante, a su propia ruina…      (M 348)

 


 

Hacia il 150°aniversário de la muerte de san Miguel

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LOS JOVENES BETHARRAMITAS A LA JMJ DE RIO DE JANEIRO

En 2013 el Santo Padre, Benedicto XVI, invitó a los jóvenes del mundo, a Río de Janeiro a vivir la XXVIIII JMJ que tendrá como tema “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt 28,19).
Al mismo tiempo, a partir del 14 de mayo de 2013 hasta el 14 de mayo de 2014, nuestra familia religiosa celebrará el 150º aniversario de la muerte de San Miguel Garicoïts, nuestro Fundador.

Las dos circunstancias, providencialmente unidas por un hilo conductor (es decir, el año que el Papa Benedicto XVI quiso dedicar al tema de la “fe”) son una ocasión única e irrepetible para un camino que podemos definir como “especial”.
Es bajo esta luz que el P. Gaspar, Superior General, quiso intensamente que los jóvenes betharramitas de todos los continentes y culturas puedan encontrarse para profundizar la espiritualidad betharramita que puede llegar a ser, en la vida de cada joven, elemento generador y provocador para realizar la vocación cristiana y, por otro lado, participando de la JMJ de Río, vivir una intensa experiencia eclesial fuera de la cual ningún don (carisma) puede ser vivido.
Pero, ¿en qué consiste esta doble participación? ¿Cómo vincular estas dos experiencias entre ellas? Creo que es oportuno hacer algunas puntualizaciones:
a.    Esta es una gran ocasión educativa: por ella, deseamos vivir con los jóvenes una fuerte experiencia de fe, en continuidad con lo que el S. Padre, Benedicto XVI transmitió a los jóvenes con el tema de la JMJ: “Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos” (Mt. 28, 19). Es una invitación que resume en sí mismo dos elementos: el primero; no se puede ser anunciadores si no se es discípulos. El segundo; no se puede ser discípulos si no se acepta el desafío a partir… ¡Vayan! Es un ir que quiere decir contar lo que hemos visto y vivido, lo que hemos experimentado y tocado…
Esta JMJ será, entonces, una fuerte experiencia vocacional: en primer lugar para nosotros los religiosos que la vamos a vivir junto con los jóvenes (estamos llamados a redescubrir la calidad de nuestro ser discípulos… y a renovar nuestra adhesión a Aquel que no nos llamó sólo una vez –hace poco o mucho tiempo atrás- sino que nos llama y nos pide que renovemos nuestro entusiasmo y nuestro impulso misionero cada día, ¡hoy!). Es una fuerte experiencia vocacional para los jóvenes que vamos a acompañar en la vivencia de esta experiencia. Permitamos al Espíritu del resucitado que nos haga vivir una renovada Pentecostés.
b.    Para nosotros, religiosos del Sagrado Corazón, es una gran ocasión de vivir el recuerdo del 150º aniversario de la muerte (dies natalis) de nuestro Padre San Miguel Garicoïts. En continuidad con lo dicho antes, por medio de la figura de San Miguel estamos llamados a identificar un modo particular para desarrollar el estilo de vida cristiano. En el mensaje de la JMJ “Vayan … hagan discípulos…” podemos volver a escuchar dos afirmaciones fuertes que nos pertenecen:
I.    La primera: “¡Aquí estoy, oh Dios, para hacer tu voluntad!” ¿No les parece que la invitación de Jesús “Vayan...” haya sido vivido antes por el mismo Jesús con esa actitud fundamental de disponibilidad personal a cumplir la Voluntad de su Padre? San Miguel captó, en esta actitud de Jesús, el corazón, el centro sobre el cual cimentar la propia experiencia de vida humana y espiritual. La de San Miguel, fue una respuesta inmediata, apasionada, entusiasta.
II.    El Aquí estoy de San Miguel irradia alegría, no tristeza. Creer en el Señor Jesús y experimentarlo nos devuelve una felicidad incontenible, que no se puede guardar. Aquí está, entonces, el segundo aspecto que creo importante subrayar: a la invitación de Jesús “hagan discípulos…” responde, como eco, la invitación de San Miguel que escribe (en el Prefacio a las Constituciones de 1838): “…Delante de este espectáculo prodigioso, los sacerdotes de Betharram se sintieron impulsados… a consagrarse enteramente para lograr para los demás la misma felicidad…”. Estas sencillas palabras, vienen de la experiencia que San Miguel hace de Dios y que nos invita a realizar hoy, junto con los jóvenes.

Vamos a seguir este itinerario (no sólo idealmente, sino también físicamente) por medio de testigos de nuestro tiempo. La experiencia será guiada por el mismo Superior General, el P. Gaspar, pero también por muchos otros religiosos y laicos que comparten el mismo sueño de San Miguel y que quieren compartir con los jóvenes para que ellos también puedan apasionarse y decir su “Aquí estoy” con opciones valientes y alegres de discipulado y de anuncio…

En una carta reciente enviada a todos los Superiores Regionales y a los Vicarios Regionales para lanzar esta iniciativa, el P. Gaspar insistía el fuerte valor vocacional de esta experiencia y que, por lo tanto, se puede transformar de verdad en una ocasión para un renovado empeño en la animación vocacional. Escribía así: “pido que apoyen desde ahora, esta iniciativa que podrá y tendrá que ser una ocasión para desarrollar una animación vocacional en sus respectivas Regiones y Vicariatos”.

El camino comenzó.
Lo entregamos a la intercesión de nuestro Padre, San Miguel.
 
Graziano Sala, SCJ
 

Vida de la Congregación

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SESIÓN INTERNACIONAL (Betharram 11 de abril - 18 de mayo de 2012)

Las sesiones anteriores (2001, 2003, 2006, 2008, 2009, 2010) habían reunido entre 8 y 13 profesos para su preparación a la profesión perpetua. Este año fueron 19 (11 de la Región Beata María, 5 de la Región Augusto Etchecopar y 3 de la Región San Miguel), acompañados por los PP. Enrico, Guido, Laurent y Stervin; el Superior General participó durante casi 3 semanas.

Esta sesión tenía los mismos objetivos que las anteriores. Sin embargo se insistió sobre la interiorización diaria para que cada uno pudiera hacer memoria de lo vivido durante la jornada y de las diferentes interpelaciones recibidas. También dedicamos dos días completos a la escucha de los testimonios de nuestros hermanos mayores; Sus intervenciones impresionaron a nuestros jóvenes que se sintieron invitados a la fidelidad, a pesar de cualquier dificultad que hubiera que enfrentar. Otros encuentros con algunos religiosos de paso (Pietro Felet, Austin Hughes, Jean Luc Morin, Elie Kurzum y Gerard Sutherland…) abrieron los horizontes, como también el encuentro con “Au Coeur du monde”. Hubo otras ocasiones para abrir nuestro corazón, con las religiosas (Igon, Anglet y las del monasterio de Belén), con el obispo de Bayona, con diferentes laicos, amigos de Betharram, especialmente en Pau, en ocasión de la fiesta de la Ascensión.
Pero fueron preciosos los encuentros cotidianos con los ancianos de la “Maison Neuve” y los religiosos de la comunidad “Notre Dame” que asumieron numerosos servicios e hicieron agradable la estadía. Varios religiosos intervinieron para darnos charlas (las comunidades de Pibrac, Pau y Anglet). En Betharram, en el momento de la presentación de los diferentes Vicariatos, nos pareció oportuno invitar a nuestros hermanos del lugar; participamos también de los diferentes momentos de oración y de las celebraciones eucarísticas. La fiesta de San Miguel Garicoits fue una excelente oportunidad que nos ofreció el Vicariato de Francia-España para conocernos mejor entre nosotros. Nos gustaron mucho estos intercambios que fortalecieron nuestra pertenencia a la Congregación y el interés por lo que viven los demás hermanos.
En la pedagogía de la sesión, los lugares donde vivió el Fundador fueron esenciales; Ibarre y Betharram, en primer lugar, pero también Hosta, Oneix, Garris, Cambo, Bayona (catedral y puerto) … Otros lugares (Loyola, Xavier y Lourdes) dieron a cada participante una posibilidad de profundización. La caminata en silencio permitió también asimilar mejor a nivel personal. Quisimos hacernos más cercanos del Fundador, sin descuidar el lado afectivo que alimenta una proximidad humana muy necesaria. Las muchas de sus cartas que meditamos y compartimos, favorecieron un vínculo más fuerte con San Miguel, lo que nos permitió percibir mejor el tesoro de su espiritualidad que nos tiene que transformar.
Esta sesión tiene también el objetivo de conocer mejor al “Betharram internacional” gracias a la mezcla de las diferentes culturas vivida cada día; fue necesario escuchar mucho y respetar en serio, ya que la diversidad de lenguas dificultaba la comunicación. Los PP. Enrico y Guido rindieron un servicio precioso con las traducciones; los momentos de oración comunitaria fueron ocasiones favorables para aceptar las diferencias que nos enriquecen. Hay que reconocer que los intercambios son, muchas veces, limitados por el desconocimiento de las lenguas; invitamos a los jóvenes en formación a que hagan un esfuerzo en este campo. Cada uno supo reconocer humildemente que el encuentro con el otro que viene de otra cultura, es absolutamente necesario en nuestra Congregación.
Como siempre, lo esencial es hacer una experiencia profunda y personal con Jesús anonadado y obediente, con el corazón tierno y humilde de Jesús para elegir vivir, para toda la vida, en fidelidad al carisma del Fundador. La oración personal, el momento de interiorización, el caminar en silencio, el acompañamiento personal y la celebración eucarística, en `particular, fueron evaluados como muy importantes para encarar la profesión perpetua. Las exigencias no fueron ignoradas o dejadas de lado sino subrayadas para que el proceso personal fuera más serio. La felicidad por la consagración personal a Dios fue vista como determinante para garantizar una fidelidad de corazón a nuestra vocación religiosa betharramita.
Los acompañantes, en el momento de su evaluación común, reconocieron que este tiempo fue un kairos para los jóvenes sin duda, pero también para cada acompañante; el tiempo que se da a otro es un tiempo particularmente beneficioso a nivel personal. Hay que subrayar que la presencia del Superior General fue muy significativa para garantizar la buena calidad de esta sesión. Esperamos que esta sesión dé frutos excelentes para la misión betharramita a la que estos jóvenes serán llamados y enviados, en sus diferentes Vicariatos.

Laurent Bacho, SCJ 

 



Epiritualidad laical

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LA ESPIRITUALIDAD DE SAN MIGUEL EN LA VIDA DE UNA PAREJA ...

Todo es dado pero nada es planificado, porque todo se va construyendo de a poco; por la casualidad de una mudanza y por el juego de los encuentros. Anne-Marie es miembro de la Fraternidad “Me Voici”, y “corresponsal internacional” desde el Capítulo General de 2005. Daniel Marchand, su marido, se había distanciado de la Iglesia, pero, después de algunos años, volvió a una fe “proclamada y practicada”, siguiendo un camino propio. Una peregrinación en Tierra Santa, para festejar las bodas... de esmeraldas … fue la ocasión de pasar en revista su historia común con Betharram. Testimonio a dos voces.

Anne-Marie:Al llegar a Saint André de Cubzac, en la Gironda, quise integrarme a ese sector parroquial. El P. Charles Jérusalem me propuso que me metiera en la catequesis. Al vernos un poco aislados, se preocupó por hacernos conocer otras parejas y esa atención me conmovió. Nuestros hijos simpatizaron con Joseph Ruspil, en ACE (Acción Católica de niños). Después Xavier Destizon acabó siendo el amigo de cada uno de nosotros. Acompañó la preparación de las exequias de los padres de Daniel, con la necesaria apertura a Daniel y a los que, entre sus hermanos y hermanas, se habían alejado de la Iglesia.

Daniel:Esporádicamente, yo acompañaba a Anne-Marie a la misa dominical. Me atraía el rostro sonriente de esos sacerdotes, la preocupación por todos, la profundidad de sus sermones, el respeto, la esperanza que irradiaban.
Me acuerdo todavía, del bautismo de nuestro último hijo, con Joseph Ruspil, y de un almuerzo amistoso con Joseph Pécoste, Xavier Destizon y Jacky Moura, todo alegría de vivir y humor.
En una confesión, Xavier Destizon me dijo: “Estás en camino”. Esa simple reflexión sigue resonando en mí. Puedo medir el camino recorrido después.
Vivimos en la parroquia, la fiesta de la Comunidad, con los 60 años de tres religiosos, Xavier, Joseph y Henri: se grabó en todos.

AM: Lamentablemente, una fiesta con gusto amargo, en 1995 llegó la hora de su partida de Saint André. Nunca había ido a ver de dónde venían esos sacerdotes. Habían hablado de un eventual grupo de laicos que estudiarían la espiritualidad del Fundador, pero después, más nada… Fue lo que me hizo decidir, después de algunos meses, a ir al encuentro de Henri Lamasse en Pessac; como mostré interés en el bicentenario, me indicó el grupo de laicos, recientemente surgido en Bordeaux. Entonces descubrí la historia de San Miguel Garicoïts y su espiritualidad, y después, Betharram en el verano del 97. A lo largo de los años, el acompañamiento de mi fe gracias a la Fraternidad me permitió atravesar algunas pruebas en nuestras dos familias. En 2002 y 2003, tuve la grande suerte de participar en Betharram y después en Adiapodoumé, de las sesiones de laicos que querían vivir la espiritualidad de San Miguel; otra gran riqueza, la semana en Roma en 2005, por el Capítulo General. Estoy realmente agradecida a los religiosos por compartir el tesoro de esa espiritualidad que los anima y soy un miembro entusiasta de la familia de Betharram.

Daniel: Tuve la ocasión de estar con Anne-Marie en Betharram y, después, en Roma. Vistamos varias comunidades, los valores que veíamos, estaban presentes en todas partes.
Henri Lamasse acompañaba la comunidad de la que hace parte Anne-Marie. Cuando llegaba, tenía la ocasión de compartir con él. El camino, entrevisto por Xavier Destizon, continuó con él y con sus consejos de lecturas y nuestras conversaciones. Logró convencerme que hiciera el fin de semana Vivir y Amar (asociación mundial Marriage Encounter), que permitió profundizar el diálogo en pareja; el tacto, la sabiduría, el respeto con el que Henri me trató, me permitieron avanzar en el camino hacia Dios. Poco a poco, Anne-Marie y yo fuimos compartiendo en pareja nuestra fe y nuestra oración.
Ahora descubrí a Jean Dominique Delgue. El “Adelante” no me choca. Más bien corresponde a mi temperamento.

AM: Al cabo de diez años, sigo maravillada por la complementariedad que me aporta Vivir y Amar (de inspiración ignaciana) y la Fraternidad “Me Voici”. La disponibilidad a la voluntad de Dios, el “Aquí estoy”, y la decisión de amar mejor al conyugue en Vivir y Amar, se sostienen cotidianamente. Por otro lado, Daniel suele recordarme el Aquí estoy.
No tenemos comunidades cercanas, los demás miembros del grupo manifiestan claramente su pesar de no poder desplazarse. El grupo de Gironde está agradecido a Henri, que recorrió el camino durante doce años, y a Jean Do, ahora, que nos acompaña más o menso cada dos meses. Eso nos permite un pequeño vínculo con la Congregación; Daniel y yo tenemos la suerte de ser acogidos en Pau, Limoges, Betharram, Pibrac o más lejos, según nuestros viajes pro nuestra responsabilidad Vivir y Amar. Es muy importante, para mí, poder compartir un momento de vida de la comunidad, la oración, la misa, el compartir, almuerzos entre amigos; eso fortalece los lazos de fraternidad.

Daniel: Cuando Anne-Marie dijo de visitar al P. Henri en Palestina, no hesité.
Nuestro periplo palestino estaba completamente basado en la presencia betharramita en Nazaret y en Belén. Nos dejamos guiar por Philippe Hourcade y Henri. Nos dimos cuenta de la importancia de la geografía, de la historia antigua y actual. Me gustó revivir en el lugar, el Evangelio, me siento más cercano de ese judío, Jesús, de esa Iglesia primitiva. Entendiendo los conflictos de esa época, acepto más fácilmente las dificultades de la Iglesia actual. Me siento parte de ello, esta peregrinación y la lectura de libros sobre el Vaticano II (aconsejados por Jean Do Delgue) me permiten no encerrarme, cuando no estoy de acuerdo con algunas prácticas. La sencillez y el respeto de los padres de Betharram me ayudan a seguir mi camino.

AM: Todos estos regalos nos permitieron crecer en nuestra fe de pareja, y es juntos que hoy podemos decir gracias y “Adelante siempre”.

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5 minutos con...

... la comunidad de Pibrac, Francia

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En 1982, la comunidad betharramita se mudaba de la grande ciudad de Toulouse a Pibrac, un  pueblo rural, incorporado a la periferia urbana, para relevar a los Hermanos Misioneros de las Campañas. En los últimos 40 años, ha mantenido la vocación de formación en casa. Actualmente se compone de tres miembros: los Padres Emmanuel Congo, Jean-Do Delgue y Jacky Moura (Quién se va a Tierra Santa). En estos últimos meses han tenido el placer de acoger a tres jóvenes de Costa de Marfil: el Hno Hyacinthe Ali Konan, el Hno Marius Angui (en el año de preparación a la profesión perpetua) y el postulante Hippolyte Yomafou.

NEF: Los parroquianos conocían desde hacía tiempo, la vida religiosa. Los vínculos que los unen a ellos, ¿reflejan esta larga historia y tienen alguna particularidad, respeto a otras parroquias?
- La presencia de una Congregación en una `parroquia, conlleva la riqueza de su carisma. Los Hermanos Misioneros de las Campañas habían aportado a la parroquia de Pibrac su compartir fraterno con los laicos y su presencia viva en la vida de la gente. Araron “en profundidad” el campo de la parroquia. Los religiosos del Sagrado Corazón siguen con el espíritu de esa colaboración. La vida comunitaria favorece un espíritu de familia como hermanos de todos. La sencillez de las relaciones, una acogida familiar y disponible nos permite estar atentos a los reclamos de las personas que nos rodean, la posibilidad de “conseguir felicidad” para ellos, que se sienten amados por lo que son. Muchos religiosos pasaron por aquí, pero la gente constata que, a pesar de las diferencias, es el mismo espíritu que nos anima.

La comunidad fue instituida, desde el comienzo, como casa de formación. ¿Cómo se expresa, ahora, esta misión? Y la vida comunitaria ¿toma opciones particulares para ponerla en práctica? 
- La formación betharramita procura acompañar a la persona que se siente llamada por Dios a ser discípulo de Cristo, a la manera de San Miguel Garicoïts. Aquí, en Pibrac, damos importancia a la oración personal y comunitaria, a la lectura continua de la Doctrina Espiritual, y a la regularidad de los encuentros comunitarios y  de los momentos de retiro bimensual. Nos esforzamos por hacer juntos las refecciones, momentos ricos de intercambio fraterno.

¿En qué contribuye la presencia de jóvenes religiosos de paso en la comunidad?
- Es un aporte valioso de juventud, de vitalidad y de alegría. Los niños y los jóvenes aprecian su amistad y la posibilidad de compartir con alguien más próximo de sus preocupaciones y de sus intereses.

En la Fraternidad Me Voici, muchos laicos viven en Pibrac. ¿Cuál es su relación?
- Los laicos en general, miembros de la Fraternidad Me Voici o no, viven una gran proximidad con los religiosos, casi en familia, y una gran solidaridad en los trabajos pastorales. Todos se interesan a la vida de la comunidad. Todos quieren saber de la Congregación. Los miembros de la Fraternidad quieren descubrir con nosotros lo que el carisma de San Miguel Garicoïts nos ayuda a vivir y comparten con nosotros la preocupación por la Congregación. Hay tres grupos que se reúnen para profundizar la espiritualidad del Fundador. Aquí es donde funciona la Asociación Tschanfeto que apoya el proyecto de la Chacra Pedagógica de Adiapodoumé. Están vinculados con la Escuela Superior de Agricultura de Purpan, institución jesuita que acompaña de cerca el desarrollo de nuestra obra, enviando pasantes que siguen el progreso del trabajo de formación y la explotación.

Tienen a cargo la basílica de Sainte Germaine, dedicada a esta pequeña pastora que también cuidaba las ovejas y dejaba maravillados a todo el pueblo con su paciencia, su mansedumbre y su piedad. Como fieles discípulos de San Miguel Garicoïts, ¿cómo viven el culto de la santa? ¿Eso nos los obliga a alguna “infidelidad” para con nuestro fundador?
- Santa Germana y San Miguel tienen rasgos de santidad evangélica en común (el evangelio de su fiesta es el mismo): la humildad, la paciencia, la búsqueda de la voluntad de Dios en las cosas pequeñas. Sin duda, San Miguel conocía la peregrinación a Santa Germana y se puede pensar que, en ocasión de su visita a Colomiers, a las Hijas de la Cruz,  (había una comunidad de esas hermanas en Pibrac), pudo hacer una oración a la pequeña santa. El rector de la basílica es uno de los padres de la comunidad. Pibrac cuenta también con una escuela de los Hermanos de La Salle y, durante mucho tiempo, hubo aquí un noviciado muy importante. Estamos rodeados de santidad.

Pibrac es un lugar de peregrinación. ¿Cómo es la acogida de los peregrinos? ¿Qué efectos tiene sobre la vida de la comunidad?
- La acogida de los peregrinos es un servicio que la comunidad asegura con alegría y cordialidad. En eso la comunidad ve el modo de manifestar su “aquí estoy” dejando que la incomoden, que la sacudan. Los laicos son parte integrante de ese servicio de acogida. Sin contar que la proximidad del aeropuerto de Toulouse. Blagnac, ocasiona el paso de muchos hermanos.

¿Cuáles son, según ustedes, los puntos fuertes de su vida comunitaria? ¿Hay fragilidades sobre las cuales desearían trabajar más?
- Podríamos decir que el punto fuerte de nuestra comunidad es la unidad en la diversidad de las ocupaciones y de las personas. Es por eso que privilegiamos los momentos de oración común y su calidad y que insistimos en la frecuencia de los momentos de intercambio y de compartir fraterno.

Es inminente la fiesta de Santa Germana. En el programa de actividades, este 15 de junio. Está prevista una misa de jóvenes. ¿En qué sentido éstos están presentes en la vida de la parroquia? La pastoral juvenil ¿está prevista en el proyecto comunitario?
- La participación de los jóvenes es esencial para la vida parroquial. Muchos se reúnen en los diferentes grupos scouts (de Francia, de Europa, Scouts Unitarios) y sus padres están presentes también.  La capellanía de la Enseñanza Pública, cuenta con unos 50 jóvenes; participan como monaguillos, músicos para la liturgia. Hay también dos grupos Samuel en los cuales descubren cómo Dios llama…
 



 

 


In memoriam

Padre Robert Daquo

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    Layrisse, 14 de agosto de 1932 - Bétharram, 24 de mayo de 2012

El P. Robert Daquo acaba de dejarnos y vinimos en gran número a acompañarlo en esta misa de exequias.
Quisiera hacer una breve presentación de la vida del P. Daquo; por otro lado lo ofenderíamos si insistiéramos sobre todo lo que vivió, de tanto que gustaba pasar desapercibido por humildad y discreción…
Sin embargo, el P. Daquo merecería que subrayáramos sus cualidades humanas y espirituales; sin dar la impresión de preocuparse por eso, tenía el don de establecer contactos con una sonrisa, con un gesto, una broma (pensemos particularmente a su presencia entre los jóvenes del colegio que lo apreciaban mucho). Cuanto a los profesortes, uno de ellos decía: “Mientras los hermanos Daquo estén, sea quien sea el director, el colegio va a ir bien”.
El P. Daquo era muy sensible a las penas de los demás y siempre pedía noticia de éste o de aquel que sabía enfermo. Nos dio el ejemplo de un verdadero hijo de San Miguel Garicoïts, al saber quedarse en su justo lugar sin molestar, sin ser “un patraque” como gustaba decir San Miguel.
En la casa de reposo, se lo encontraba a menudo en la capilla donde se entretenía largamente a solas con el Señor.
Se quedó 9 años, en la casa de reposo, de 1993 a 2012; en el colegio estuvo en la secretaría y la contabilidad durante 30 años, de 1963 a 1993; en Bel Sito por 6 años, de 1958 a 1963. Después de sus estudios en Roma, estuvo por poco tiempo en el apostolicado.
A veces se contraponen los dos términos: brillante o luminoso. Robert era brillante, ya que había conseguido todos sus diplomas de Derecho Canónico, de archivista o bibliotecario, pero fue, sobre todo, luminoso, habitado por su interioridad y allí estamos en el terreno de la gracia…
Vamos a rezar por él, por supuesto, pero nuestra oración es también una acción de gracias y de gratitud.

 

Oración de los fieles 

- P. Robert Daquo nos indicó el camino del olvido de sí, de la humildad y del servicio… Pidamos al Señor, para nuestras familias y nuestras comunidades religiosas, esas mismas virtudes evangélicas vividas en paz y confianza.
- Las Hijas de la Cruz y los Religiosos de Betharram fueron y siguen siendo muy próximos en sus inserciones misioneras. Recemos por nuestras dos Congregaciones llamadas a servir a los hombres de hoy, para así traducir el amor de nuestro Dios al mundo.
- En las casas de reposo o en los hospitales y clínicas, el don de sí no es una palabra vacía: es una vocación de cada momento. Recemos para que este fuego no se apague, sino que se comunique, porque es el fuego del Espíritu Santo.
- El P. Daquo se juntó con los suyos, en particular con su hermano inseparable. Recemos por toda su familia que lo acompañó en su enfermedad, recemos pro todos sus amigos, especialmente por los que no pudieron participar de esta celebración; me gustaría citar sólo al P. Gastón Hialé que se expresó y que está muy presente entre nosotros esta noche.


 

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6. EL CAPÍTULO GENERAL DE 1947 

El Capítulo General de 1947 merece una mención a parte, porque en él fue decidida la nueva organización administrativa de la Congregación: la subdivisión en Provincias. Hasta ese momento, de hecho, todo el Instituto era gobernado por el Superior General y su Consejo y de él dependían directamente todas las comunidades desparramadas en los cuatro continentes; era el Consejo general que nombraba los superiores locales y a él había que referirse para todos los problemas que podían surgir entre los religiosos. Esta unidad de gobierno se reflejaba también en la gestión económica y en la unidad de formaciónde los jóvenes. Como se vio, había un único noviciado (en Francia) y un único Seminario Mayor (en Tierra Santa) para toda la Congregación.
Pero esta organización ya no era adecuada por lo menos por tres motivos.
Primeramente era la misma Santa Sede que pedía introducir un nuevo modelo de gestión, que previera una autoridad intermedia: el Superior Provincial y su Consejo, creados, posiblemente, a nivel nacional.
Además la historia y la experiencia de la Congregación estaban demostrando que el monolitismo del pasado tenía que ser, de alguna manera, superado. Con la expulsión de Francia, en 1903, el Instituto se había ido internacionalizando: seminarios menores se habían creados en Argentina (Barracas), España (Mendelu), Italia (Cólico) e Inglaterra (Droitwich), además del de Francia, en Betharram. En los noviciados y seminarios mayores de Francia y Tierra Santa, se encontraban conviviendo codo a codo, jóvenes de cultura, mentalidad y formación diferentes. La internacionalización de la Congregación no había sido acompañada por una adecuación y actualización de los métodos educativos y formativos que, basados en leyes y reglas establecidas en la época de San Miguel y codificadas en los famosos “coutumiers”, evidentemente, de un lado, garantizaban la unidad de la Congregación y la continuidad de la tradición de San Miguel y del P. Etchécopar, pero, por otro lado, en cierto sentido, ahogaban los impulsos de novedades que venían de la periferia de la Congregación. Esto, que hoy llamaríamos falta de “inculturación” del carisma betharramita, no hizo más que exasperar las divisiones y los nacionalismos. La decentralización del gobierno, con la subdivisión de la Congregación en pequeñas unidades administrativas nacionales, podía garantizar un mejor funcionamiento del Instituto mismo, en el respeto de las culturas y las diferentes mentalidades.
Finalmente, la experiencia vivida por la Congregación en la segunda Guerra Mundial obligó a reflexionar más sobre estos temas. Las dificultades de comunicación o, incluso, su total interrupción, como en el caso de China, que permaneció aislada del resto de la Congregación por más de seis años, ya había obligado al Superior General, el P. Denis Buzy, en 1939-40, a nombrar, en diversos países, a un Delegado General, para la gestión extraordinaria de las residencias que le eran confiadas.
El primer Capítulo General después de la Guerra, fue llamado a decidir sobre esta nueva forma de gobierno. Éste se desarrolló en Betharram, del 12 al 23 de enero de 1947. En este Capítulo, por primera vez, participaron también religiosos betharramitas no franceses. Efectivamente, entre los 22 padres capitulares, estaban presentes los PP William Lyth, de Inglaterra, Alessandro del Grande de Italia, Antonio García y Valentín Pérez de Argentina. Además, el nuevo Consejo General, elegido en el Capítulo, incluía la presencia del primer “extranjero”, el P. Feliciano Cattaneo, elegido ecónomo General.

Roberto Cornara

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