Escuchando a San Miguel...
El mar puede darnos una imagen clara de Dios. Del mar vienen los vapores que contribuyen a formar todos los ríos que riegan el mundo; Una vez que sales de su fuente, se precipitan hacia el mismo mar del cual han nacido. ¿Acaso no es también desde la inmensidad de Dios que brotan, para decirlo así, todas las criaturas y, formadas de la nada, son atraídas hacia la misma inmensidad y se pierden en ella?
Cuaderno Cachica, 21
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