Vida de la Congregación

Al finalizar la segunda visita canónica en la Región “Santa María de Jesús Crucificado”, el P. Gaspar nos ayuda a entrar en lavada y en los sueños de esta Región tan amplia y diversa. Queda así, un cuadro con muchos colores, con muchas luces y algunos matices que, no ensombrecen la pintura sino que nos dan a entender que el camino a recorrer todavía es largo, entusiasmante y de gran responsabilidad… Es un viaje entre una historia muy antigua (Inglaterra) e historias reciente (Tailandia) y muy reciente (India). Buena lectura.

Esta región colabora para que la Congregación mire el futuro con esperanza. Es la región más joven, que en estos últimos años ha ido creciendo en número. Es la región que ha tenido más ordenaciones en estos últimos 10 años. Es la región que manifiesta la disponibilidad del espíritu misionero con el intercambio de religiosos dentro y fuera de la Región: 2 religiosos de la India en Inglaterra, 1 religioso de la India en Tierra Santa, un religioso de Tailandia en Francia, un religioso de la India y otro de Tailandia en Vietnam.

El Vicariato de Inglaterra cuenta con un número muy reducido de religiosos: 6 religiosos-sacerdotes y 6 religiosos hermanos, a los que se han unido dos religiosos de la India: P. Wilfred y P. Vincent y el P. Alessandro Locatelli del Vicariato de Italia. Las dos comunidades (3 residencias) que componen el Vicariato se encuentran en la diócesis de Birmingham. Las comunidades tienen un ritmo de oración y de reuniones de comunidad que les ayuda a vivir la fraternidad. Cada una de las comunidades acompaña pastoralmente una parroquia: Olton, Great Barr, Droiwitch. Otra parroquia es atendida por el P. Innamorati y otra por el P. Anton en Clayton. Algunos religiosos-hermanos han encontrado su misión como capellanes de colegios católicos. Hay un deseo de organizar actividades de pastoral vocacional, que algunos problemas vividos han impedido que se desarrollen. En su simplicidad, son fieles a la identidad betharramita y eso les ayuda a ser atractivos para los jóvenes. Esta identidad la cultivan en las reuniones de espiritualidad que realizan en el retiro anual del Vicariato y tres o cuatro veces al año en Nympsfield, y a la que asisten todos los miembros. Los “companions of Betharram” son los laicos que, interesados por vivir el carisma de la Congregación, manifiestan su comunión con los religiosos colaborando en diferentes aspectos de la misión y de la animación misionera. Un matrimonio de docentes jubilados van como voluntarios todos los años para enseñar inglés durante tres meses a nuestros jóvenes en Chiang Mai.

El Vicariato de Tailandia ha ido cambiando de rostro en estos últimos diez años. Los misioneros franceses se han ido retirando de la misión, muchos han vuelto a su país, dos misioneros italianos siguen activos, otros dos se van debilitando pero han preferido quedarse. Los jóvenes religiosos betharramitas se han ido haciendo cargo de los diferentes puestos de misión, dejados por aquéllos. Nuestra presencia más significativa es en la diócesis de Chiang Mai, donde comenzó nuestra misión hace algo más de 60 años, dedicándose nuestros misioneros con gran entrega a proponer el Evangelio y a organizar la diócesis con las conversiones que se iban dando. Hoy estamos presentes en seis puestos de misión: Ban Betharram, Maepon, Chomthong, Huay Tong, Huay Bong y Ban Pong. Desde hace unos 10 años estamos también en la diócesis de Nakhon Sawan, en el puesto misionero de Maetawar, entre los karianes de la montaña donde se ha hecho un gran trabajo de evangelización, acompañando de cerca a la gente como pide el Papa Francisco. Aquí colaboran con nosotros también las Hijas de la Cruz. En la diócesis de Bangkok tenemos la formación de filósofos y teólogos y los seminaristas menores, en Sampran.

Se ha cuidado mucho la pastoral vocacional en el Vicariato de Tailandia. Se habla de la vocación a los niños desde muy pronto y se va cultivando ese deseo pasando por diferentes lugares: el centro catequístico de Maepon, el hogar de Phayao para jóvenes del colegio, Ban Betharram en Samprán para los tres años del Liceo, dos años de experiencias en los diferentes puestos de misión teniendo como referencia la residencia misionera de Chiang Mai, Ban Garicoits en Samprán para cuatro años de filosofía. Después van a Bangalore para dos años de noviciado y vuelven a Ban Garicoits para los cuatro años de teología. Se hace un esfuerzo muy grande en la pastoral vocacional y en la formación, pero muy disperso, lo que significa desaprovechar muchas energías y la imposibilidad de dedicarse con mayor calidad al trabajo propiamente formativo. En cada uno de esos lugares hay un religioso encargado que trabaja solo, eso pide mucho esfuerzo a cada uno y le impide hacer un acompañamiento más preciso de los jóvenes. Es un estilo que va contra el principio proclamado en un Capítulo General: “QUE NO HAYA FORMADORES SOLOS”. Además, en todos estos lugares los formadores y los jóvenes colaboran con su trabajo al costo de la formación. Vemos esto como una buena cosa para cultivar el espíritu que nos caracteriza en Tailandia y porque de esta manera, la formación es más realista.

El gran tesoro del Vicariato de Tailandia es su pobreza, que les permite vivir muy cerca de la gente, que comparte con ellos todo lo que necesitan para vivir. No les falta nada porque son muchos los benefactores que colaboran con los religiosos que están en la misión y también con las necesidades de la formación. Los religiosos acompañan a la gente en los trabajos agrícolas y también en los problemas que puede tener cada familia. Son muy queridos. Tienen el estilo que reclama el Papa y son profetas que con su manera de vivir denuncian el estilo de una parte del clero que tiene un estilo más de funcionarios. La Iglesia de Tailandia aprecia el estilo de Betharram. Pero este estilo profético es muy difícil de mantenerse hoy: es agredido por la mundanidad de la cultura occidental que va infiltrándose también allí y algunos de nuestros religiosos, creen que como hacen otros, necesitamos dinero para ser más eficientes. Son sólo dos o tres.

En el Vicariato de la India la ordenación de nuevos y numerosos hermanos nos ha obligado a salir de las casas de formación de Bangalore y Mangalore para organizar nuevas comunidades y dar respuesta a los desafíos de la misión en la Iglesia local. En 2014 hemos terminado de construir la casa de formación de Mangalore, gracias a la alta colaboración económica de los laicos, amigos de Betharram y a la donación del terreno y una parte de la casa que nos regalaron las hermanas del Carmelo Apostólico. Se hace un buen trabajo de animación vocacional y de Formación lo cual permite contar cada año con nuevos candidatos.

Además de las comunidades de formación, tenemos una comunidad que desempeña su misión en dos parroquias en Adigondanahally, otra comunidad en Tiptur que se encarga también de una parroquia, ambas en la diócesis de Bangalore. En el NE, Estado de Assam, una comunidad anima en Hojai un centro misionero que se ocupa de la dirección de un gran colegio, un hogar de jóvenes del interior para que puedan estudiar en el colegio y el acompañamiento de pequeñas comunidades de base entre las tribus del campo.

La misión del Vicariato tiene también una dimensión social. Las dos comunidades de formación de Bangalore y de Mangalore, tienen un hogar cada una, donde acogen y acompañan a niños de la calle, que no tienen familia, para que puedan crecer en un ambiente más sano. Para esto cuentan con muchos bienhechores que les ayudan económicamente o con productos alimenticios, ropa, etc… Una Señora de Francia, pocos meses antes de morir, ha dado una suma considerable de euros para esa obra.

El problema de las nuevas comunidades misioneras de la India es que no tienen tradición ni de vida fraterna ni de misión propiamente betharramita. Todo es nuevo. Ya les he dicho que la fraternidad comunitaria en fundamental para nosotros, pero les resulta difícil de entender y corren el riesgo del activismo pastoral, entendido a su manera un tanto individualista. Algunos religiosos del Vicariato quieren tener grandes obras propias como las otras Congregaciones de la India. Con el P. Austin, Superior Regional, queremos comunidades que estén más cerca de la gente, con una vida sencilla y no con grandes obras que alejan de la gente porque hacen alarde de dinero, poder y muchas veces contradicen el testimonio evangélico. Pensamos que estar cerca de la gente con sencillez, responde más a lo que quiere el Papa y a lo que nos había dicho una hermana cuando hicimos el Consejo de Congregación en la India en 2007.

Por ser la de Mariam la región más joven, hemos tenido que confiar el gobierno y la formación a religiosos muy jóvenes, lo cual nos pone ante algunas fragilidades y nos plantea algunos problemas.

Inglaterra es el Vicariato más antiguo y más débil en número de religiosos, pero colabora en el sostenimiento económico y espiritual de la India. Colabora también con religiosos para transmitir un carisma con fidelidad en retiros y jornadas de reflexión en los otros vicariatos. El noviciado que se hace en la India para este Vicariato y para Tailandia es un gran aporte para el conocimiento y la integración entre los religiosos de los dos vicariatos y para la integración de la región. Esta integración es todavía muy frágil porque los tres vicariatos son realidades culturales muy diversas y la comunicación se hace muy difícil a causa de la diversidad lingüística y cultural. Para afianzar la unidad de la Región, es preciso intensificar el intercambio de religiosos entre los tres vicariatos, así como programar reuniones a todos los niveles: Capítulo regional, reuniones de formadores, de superiores, etc.

Es mucha la vida y la misión que hay en esta Región, es nuestro deber cuidarla, pero también confiar en el Dueño de la mies que ha permitido sembrar el Evangelio y el carisma de Betharram en estos lugares. El la cuidará mejor y la hará crecer para gloria de Dios y salvación de los hombres.

Gaspar Fernández Pérez, scj
Superior General