Los once vicariatos de la congregación (8)

La presencia betharramita en Tailandia tiene su origen en la expulsión de los misioneros de China, a comienzos de los cincuenta. La Congregación había aceptado la misión en China, en el Yunnan, en 1922, y más de treinta religiosos desarrollaron su misión en Tali (hoy Dali), donde, en diciembre de 1948 la Santa Sede erigió la diócesis confiada a Mons. Lucien Lacoste, primer obispo betharramita.

La guerra civil y los acontecimientos político-militares que llevaron a la afirmación del régimen comunista en 1949, obligaron a los misioneros a dejar el País. Los últimos en dejar China fueron el obispo y el P.. Gioacchino Spini, en julio de 1952, después de haber pasado más de 150 días en la cárcel, junto con la hna. Albina Trameri, Hija de la Cruz. Sin embargo, ya en noviembre de 1951 algunos misioneros, entre los cuales los PP. Saint-Guily, Pédebideau y Séguinotte, llegaron a Bangkok, en Tailandia, a los que se unieron, un año después, los padres Lanusse, Sablayrolle, Fognini y Lontaitzbéhère, todos misioneros en China.

Comienza así, la aventura misionera betharramita en el sud-este asiático. En el mes de noviembre de 1951 los primeros misioneros llegan a Chiang Mai, en el norte de Tailandia, que será su campo de apostolado misionero. Otros misioneros, algunos ya veteranos, otros nuevos, se integran a la nueva obra entre 1952 y 1953. El P. Saint-Guily fue nombrado primer superior, bajo la autoridad del obispo Lucien Lacoste,que, en 1959 fue nombrado Administrador Apostólico de la recién erigida Prefectura Apostólica de Ciang Mai, elevada a Diócesis en 1965. Los betharramitas desarrollaron un rol fundamental para el nacimiento y la fundación de la Iglesia en el norte del País, con la institución de puestos de misión, la fundación de iglesias y capillas, la construcción de la catedral de Chiang Mai dedicada al Sagrado Corazón de Jesús, la formación de seminaristas… sería imposible describir en pocas palabras el inmenso trabajo realizado por Betharram en pro de la Iglesia de Tailandia.

Por fin, en 1985, la Congregación después de haber entregado la diócesis al obispo y al clero diocesano, decidió comenzar la fundación de un seminario betharramita para jóvenes tailandeses. Esta nueva obra interesó a los misioneros locales y a toda la Congregación. Fue así que, en el mes de enero de 1987, se inauguró la nueva residencia de Sampran cerca de la capital Bangkok, que hospeda la casa de formación. Hasta hoy son 20 los sacerdotes betharramitas tailandeses formados en Sampran.

Como consecuencia de la nueva organización de la Congregación en Regiones, Tailandia que ya era Vice-Provincia desde 2001, pasó a ser Vicariato de la Región Beata Miriam. Gracias a las nuevas y frecuentes profesiones religiosas y ordenaciones sacerdotales, el número de los betharramitas tailandeses crece cada vez más y esto permitió en estos últimos años, aceptar nuevas obras de apostolado y el nacer de una estrecha colaboración con el Vicariato betharramita de la India.

Roberto Cornara

Su Presente y su Futuro... con el Padre Tidkham Jailertrit scj, vicario regional

Tenemos 3 centros comunitarios en tres diócesis diferentes: Bangkok, Nakhonsawan y Chiang Mai.

La Congregación comenzó a formar nuevos religiosos en Tailandia, hace 30 años. El futuro era inseguro: teníamos pocos formadores y dificultades económicas; sólo una escuela y una única residencia para nuestros seminaristas… pero había esperanza, entusiasmo y confianza en al acción providencial del Espíritu Santo. Queremos manifestar nuestra gratitud a los pioneros que iniciaron esta obra con mucho coraje.

Hoy la comunidad está creciendo como una pequeña planta que abre nuevos ramos y da nuevos frutos. Somos 20 sacerdotes tailandeses, 4 misioneros europeos, 6 escolásticos, 2 novicios, 11 postulantes, 5 pre-postulantes, 12 estudiantes.

Mirando a la formación, vemos no sólo el número creciente de candidatos, sino sobre todo cierta calidad de los miembros de la Congregación. Proyectándonos en los próximos 5 años, podemos esperar nuevos candidatos, un buen número de vocaciones. Tenemos expectativa de 5 sacerdotes más en los próximos 5 años.

Algunos desafíos, en relación a la formación:
1.- Pocos formadores; en este momento no tenemos suficientes formadores y carecen de una formación especifica.
2.- Itinerarios formativos no fáciles de programar con claridad;

la Ratio Formationis es útil, pero tendría que ser más flexible para adaptarse al cambio de tiempos y de contextos.

Problemas financieros: problema muy importante. El seminario no tiene entradas regulares; hoy vivimos día a día, gracias a la providencia; por suerte, tenemos diversas personas que nos apoyan, pero no por mucho tiempo; realizamos un pequeño proyecto llamado “economía autosuficiente” que se concentra en la ganadería y en la agricultura. Pero, a causa del aumento de las cuotas de estudio en el “college” y en la escuela tenemos muchas dificultades en el sustento futuro. En relación a eso, la caja para la formación constituida recientemente, nos ha ayudado notablemente. De eso, estamos muy agradecidos al Superior General y a su Consejo.