• English
  • Français
  • Italiano
  • Español
Calamuchita 1
Usted está aquí:Inicio / NEF / NEF 2014 / Noticias en Familia - 14 de Julio de 2014 / La Palabra del Superior General
14/07/2014

La Palabra del Superior General

Dos denarios me diste, te entrego otros dos (Mt. 25,22)

La Palabra del Superior General

La entrega es un rasgo característico del obrar cristiano y por lo tanto betharramita. Para los discípulos de Jesús la situación no es fruto de la casualidad, es el lugar teológico donde Dios se hace presente y revela su voluntad. Como Jesús, todo cristiano busca agradar al Padre haciendo su voluntad en todas las situaciones de su vida. “Que el P. Barbé y el P. Cazedepats, (…) están donde Dios los quiere, para hacer allí lo que El quiere y como él lo quiere. Que sin salir de los límites de esa posición: pueden practicar la inmensidad de la caridad pueden trabajar perfectamente en su salvación y perfección pueden dedicarse admirablemente a la salvación y a la perfección, no sólo de las personas que les han sido confiadas en gran o pequeño número, sino además, de todos los nuestros y de mucho otros”. (Correspondencia T.II, carta 215, pags. 49-50)

La entrega tiene un primer momento negativo de renuncia a si mismo y un segundo momento positivo de dedicación, donación, responsabilidad para vivir con fidelidad las exigencias de nuestra vocación y nuestra misión, cueste lo que cueste. Hay que hacer todo lo mejor que se puede, con los recursos que se cuenta, sin lamentarse de los limites que se tienen. Lamentarse sería una excusa para evitar las exigencias del trabajo ó para no dedicarse con todas las fuerzas a una situación difícil ó porque no consideramos suficientemente digna esa tarea para nosotros. Mi situación sólo podrá ser mejor con mi dedicación responsable. Pensar que en otra situación me iría mejor es una fantasía, porque desconozco las personas, las circunstancias y el alcance de esa nueva situación. La entrega no justifica el activismo indiscreto que es mas fruto del amor a sí mismo que de la entrega o el servicio a los demás. Por eso San Miguel Garicoits insiste tanto en los limites de la situación, de la vocación y en los dones de la gracia, para evitar que nos dispersemos en múltiples actividades seleccionadas para sentirnos bien, en vez de concentrarnos en realizar a fondo lo que se nos ha encomendado.

La perfección consiste en terminar bien las acciones ordinarias, en desempeñar bien el propio oficio. A veces se dice: “si estuviera en otra posición, en tal casa, con tal superior, en tal clase… progresaría y llegaría a ser santo”. ¡Qué ilusión! Realiza bien tus acciones de todos los días: barrer, hacer la vajilla, dedicarte a los servicios más humildes que se te han encargado. Es lo que Dios espera de ti” (D.S. 263).

Siempre tenemos que ser entregados. Cuando me ven y cuando no me ven, cuando me reconocen y cuando me critican, cuando me gusta y cuando me cuesta. Dos tienen que ser los criterios de la entrega: la voluntad de Dios y el servicio óptimo a los demás. No caben otras motivaciones. El auténtico discípulo de Jesús no hace las cosas pensando en sí mismo, sino para agradar a Dios y servir a los hermanos. No es valida la motivación de buscar el honor, el prestigio o el éxito. San Miguel Garicoits dice que el éxito le corresponde a Dios, nosotros somos simples servidores. “Temblemos ante el éxito. Predico y me aplauden, la iglesia está llena, mi confesionario con una cola interminable: me tiene que hacer temblar. Predico y no gusta, abandonan la iglesia diciendo: ¡Qué aparato! Esas pruebas tienen que inspirarme más audacia y esfuerzos más perseverantes…Jóvenes escolásticos (…) Vosotros, tened los sentimientos de NSJC. Sed humildes en el éxito y, sin dejar de hacer nada para conseguirlo, desconfiad de la consecuencias tan fatales para otros. Me refiero al diploma, ese trapo de papel, que infla tanto a algunos.” (DS. 182-183).

La magnanimidad no se contradice con la humildad. Son dos virtudes que se complementan. La humildad no puede utilizarse para justificar la pereza o la acedia. El Señor nos ha dado dones, cualidades, talentos para que seamos capaces de realizar bien nuestra vocación, nuestra misión, nuestra profesión al servicio de nuestros hermanos. La magnanimidad consiste en hacer las cosas lo mejor posible, desplegando totalmente nuestras posibilidades. La magnanimidad ni se envanece de haber hecho bien las cosas, ni las hace a medias para mostrar una incapacidad que no es real. No seria una verdadera humildad; ésta se da siempre en la verdad. Mis hermanos necesitan mis servicios realizados con toda responsabilidad, y yo tengo que poner todo mi interés y mis facultades como adulto porque quizá sólo yo puedo hacer ese servicio, de esa manera. En la parábola de los talentos (Mt. 25, 14-30), Jesús nos enseña esa magnanimidad propia de sus discípulos. La magnanimidad nos exige toda la entrega a las actividades de nuestra misión, trabajo u oficio, sin interferir en las responsabilidades, competencias u obligaciones de los demás, en los límites de nuestra posición. Según Jesús y San Miguel Garicoits se trata de dedicarnos totalmente a realizar los compromisos y las actividades de nuestro deber lo mejor posible y después de haberlo conseguido, reconocer que no somos más que servidores inútiles. Practicar el amor que no tiene límites en los límites de nuestra situación.

El Papa Francesco dice que una de las tentaciones de los agentes pastorales en la Iglesia de hoy es la acedia egoísta: las personas necesitan imperiosamente preservar sus espacios de autonomía. Los laicos temen perder su tiempo libre, los sacerdotes cuidan con obsesión su tiempo personal. Y así unos y otros evitan la tarea evangelizadora, considerada un veneno peligroso, cuando es una alegre respuesta al amor de Dios que nos plenifica y nos hace fecundos. La causa de esta situación no es tanto el exceso de actividades, cuanto las actividades mal vividas, sin las motivaciones adecuadas, sin una espiritualidad que impregne la acción y la haga deseable (EG. 81-83). S. Miguel Garicoïts combatía también esa pereza, que a veces se esconde tras las quejas que no aceptan el realismo de la situación: “Entonces, dediquémonos a nuestra tarea, día por día, porque Dios lo quiere y como lo quiere, aunque haya que cambiar mañana de oficio y de método, por la misma razón por la que nos aferramos al oficio y al método que tenemos hoy, o sea, por la razón de la obediencia” (DS.235).

Gaspar Fernández Pérez, scj
Superior General

Acciones de Documento

Nef

Nef logo portletNEF, NOTICIAS EN FAMILIA

Nef es el boletín oficial de la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram.
La redacción es responsabilidad del Consejo General.

Para leer la NEF puede consultar la sección correspondiente del portal, que también contiene el archivo de los últimos años.

Aquí abajo, los tres últimos números publicados ...