Vida de la Congregación

¿Cuál puede ser el signo natural de los lazos que existen entre los miembros de una misma familia? ¿Cuál puede ser el signo, cuando se pasan momentos difíciles, cuando se tiene necesidad, cuando se trata de testimoniar que una familia religiosa no es una simple asociación de individuos preocupados por su destino privado y sus interese personales? La respuesta está en el artículo 224 de la Regla de Vida y en la experiencia vivida por la Región de la Beata María de Jesús Crucificado.

Lo pequeño es lindo: La familia de Betharram no es grande como la de los Jesuitas o de los Salesianos, no es poderosa como la de los Franciscanos, ni tiene grandes monasterios como los Benedictinos. Nuestra familia es pequeña, con menos de 300 miembros profesos perpetuos. Pero lo pequeño es lindo y tenemos derecho de existir. El P. Timothy Redcliff OP, una vez comparó las pequeñas congregaciones a las plantas de una floresta tropical. Hay muchas especies, en una floresta tropical y cada una tiene una función para el equilibrio ecológico del conjunto. Lo mismo acontece con las pequeñas congregaciones: tenemos nuestro papel en el equilibrio ecológico divino, y nuestro carisma fue bendecido tres veces por la Iglesia, la floresta tropical de Dios.

Los lindos días pasados: Antes de la división en Provincias, en 1947, todos los religiosos recibían la primera formación juntos. Podías haber nacido en Birmingham, en Bordeaux, en Bologna o en Buenos Aires: de todas manera estudiabas filosofía en Nazaret y teología en Belén. Recibías una formación común y conocías todos tus coetáneos de los distintos países. El intercambio entre los religiosos de distintos países, en ese entonces era muy común. Sucedía con frecuencia que un inglés trabajara en la China, un francés en la Argentina, un español en Tailandia, un irlandés en Palestina. Un sistema que funcionaba bastante bien, hasta que la política mundial lo hizo imposible.

El concepto de Ayuda Inter-Provincial fue lanzado en el Capítulo General de 1969, pero, con excepción de los países tradicionalmente de misión, como Tailandia, Palestina y Costa de Marfil, nunca echó raíces de verdad.

La nueva era: Pero, la formación de las Regiones en 2008, la nueva Regla de Vida de 2009 y el impulso del Capítulo General de 2011 dio origen a la formación de Comunidades Internacionales y el intercambio de personas está siempre a la orden del día. En nuestra Región Beata Miriam, todo esto aconteció de manera natural y ahora, es una necesidad. En 2002, cuando Inglaterra fue erigida en Provincia y asumió la responsabilidad de la emergente Delegación de la India, era consciente de que la comunicación entre las dos partes de la Provincia no sería fácil y que estaría expuesta a incomprensiones de carácter cultural. Por eso, en 2006, hablé con el P. Xavier sobre la posibilidad de que algunos estudiantes Indianos vinieran a Inglaterra por un período de sus estudios en preparación al sacerdocio. De esta manera, una nueva generación de religiosos indianos conocería a los religiosos de Inglaterra y, de nuestra parte, los conoceríamos mejor.

Wilfred, Vincent y Pascal scj, estudiantes en Oscott
y ordenados diáconos en el 2010 en Olton

Estudiantes en Oscott: Este proyecto se realizó en 2007, cuando Pascal, Vincent y Wilfred vinieron a Solihull para frecuentar la teología en Oscott College por 4 años, antes de ser ordenados sacerdotes. Trajeron un aire de juventud a la vida comunitaria de Inglaterra y nos ayudaron a comprender mejor la mentalidad de los jóvenes religiosos Indianos. Hoy, todavía, dan su contribución para un mejor conocimiento del Vicariato de Inglaterra de parte del Vicariato de India.

¿Robo de ovejas?: Cuando nacieron las comunidades de la India, hace 20 años, decíamos siempre que no hubiéramos traído a los religiosos de la India para llenar los vacíos provocados por la escasez de vocaciones en Europa, porque hubiera sido un neo-colonialismo y hasta un robo. Desde entonces, la situación cambió, y ahora necesitamos tener algunas comunidades vivas en Inglaterra para continuar a apoyar las comunidades de la India. Sin nuestra presencia en Gran Bretaña, no habría fondos para apoyar la formación en alguna otra parte del mundo. Es por este motivo que nos atrevimos a pedir al P, Wilfred que fuera Vicario Regional, al P. Mongkhon y al P. Vincent que fueran párrocos. Consideramos necesario tener tres comunidades para que la presencia de Betharram en Inglaterra pudiera seguir teniendo esperanza de poder llegar a tener vocaciones de Inglaterra.

Sentirnos bendecidos: Tuvimos la suerte de que los tres religiosos llegados a Inglaterra se conocieran ya desde la época de su formación y que todos ya conocieran al Hno. Gerard que fue un vínculo muy importante en este proceso. Supieron adaptarse con mucha facilidad y aceptaron aprender y dejarse ayudar.

Inscripción: Para recibir a ciudadanos asiáticos por un largo período, tuvimos que inscribirnos en la “Borders Agency” británica y responder a todos los requisitos, que son muy exigentes. Estas reglas tienen el objetivo principal de mantener alejados a los terroristas islámicos y a personas con falsos permisos de trabajo, pero los trámites fueron complicados y caros y tuvimos que producir una documentación muy complicada. Los procedimientos para lograr un permiso por un largo periodo, para un sacerdote, cuesta, como mínimo € 1.000, suma que hay que depositar aunque no se otorgue el permiso. Todo, antes de agregar el costo del pasaje aéreo. Inclusive un permiso de breve duración puede llegar a € 200. Pero los religiosos que obtuvieron sea el permiso de larga, sea el de breve duración (por ejemplo el P. Stervin y el P. Chan) fueron una bendición para el Vicariato y esto habla bien de su generosidad.

Un corazón generoso y un espíritu bien dispuesto: Una gran generosidad fue inmediatamente evidente cuando a los religiosos se pidió (sea de parte del Consejo Regional que del Consejo general) que ejercieran ministerios específicos en el extranjero. Pienso aquí, en el P. Servin y el P. Pornachai en Pau, al P. Chan como Maestro de Novicios en Bangalore, en el P, Kriangsak para el curso de formadores en la India y en el P. José Kumar en Tierra Santa. Durante la formación de las Regiones, el P. Tidkham y el Hno. Gerard desarrollaron generosamente su servicio de formación en Bangalore. Históricamente, la fundación de Bangalore está ligada a la disponibilidad del P. Enrico, del P. Mirande y del Hno. Michael. Quien dejó su tierra de origen, lo hizo con mucha generosidad y enfrentó con mucho valor las exigencias de las autoridades inmigratorias, que siempre sospechan cuando se pide renovación de un permiso de breve duración.

Bendiciones y dificultades: Antes que nada, las dificultades:
Se notó cierta resistencia a los numerosos stages en Inglaterra hace 10 años, porque parecía que el peso financiero era solventado completamente por el Vicariato de Inglaterra. Pero esto disminuyó en la medida en que se pudieron constatar los beneficios de la llegada de religiosos extranjeros.

Los permisos de larga duración exigían trámites complicados y caros, con reglas que cambiaban a cada año. Algunos, como el P. Chan que va a la India para un largo periodo, tienen que vivir en una gran inseguridad sobre la situación de su permiso de residencia.

La adaptación cultural, problema siempre actual para cualquier trabajador alejado de su país, sólo se puede amenizar con el paso del tiempo.

La ubicación de los religiosos en el extranjero no sigue una regla general sino que obedece a las necesidades particulares que se presentan. Esto puede provocar, en los jóvenes religiosos, una pregunta: ¿Por qué me eligieron para ir a Inglaterra? ¿Por qué fui elegido para ir a Israel? ¿o para ir a Francia? No es fácil dar una respuesta.

Las bendiciones:
Nuestra Región fue revitalizada en estos últimos años por el intercambio y el compartir entre diversos países. A pesar de los 8.000 km de distancia, las 7hs de huso horario y el alto costo de los viajes internacionales, nuestras comunidades se vieron enriquecidas y revitalizadas.

Desarrollamos una sensibilidad mayor hacia la internacionalidad de la familia betharramita y crecimos en la consciencia de que nuestros lazos de familia no pertenecen a uno u otro grupo étnico, sino que todos pertenecemos a la familia del Corazón de Jesús.

Nuestra visión de la Iglesia fue enriquecida y en cada nación vemos más claramente que la “normalidad” no está definida por lo que hemos experimentado desde nuestra infancia en Bangalore, Birmingham o Bangkok, sino por pertenecer a la Iglesia universal junto a personas caracterizadas por una multiplicidad de ritos, formas, visiones y colores distintos.

El trabajo de la formación, demasiado grande para un solo Vicariato, se benefició mucho de la unión de los recursos, la comunicación y los formadores.

Conclusiones
Aunque todo lo escrito anteriormente esté contenido en un breve artículo de nuestra Regla de Vida (224), sin embargo es fruto de la tradición de Betharram. Tenemos una conciencia internacional desde la época de San Miguel; aunque nunca fuimos una Congregación grande, nuestra visión siempre tuvo un horizonte internacional que influyó sobre nuestra comprensión del carisma y de nuestra vocación. Tierra Santa nos infundió amor por las Escrituras, China el amor por el Oriente y Argentina confirmó nuestra misión educativa. Hoy estamos aprendiendo de vuelta el misterio de nuestro lugar en el mundo y, como la velocidad de las comunicaciones y los cambios climáticos nos enseñaron mucho sobre las interconexiones globales, nuestra pequeña familia religiosa con su fuerte sentido de comunidad atraviesa los límites nacionales y tiene mucho para ofrecer a la floresta tropical de Dios.

Austin Hughes, scj
Superior Regional