Los once vicariatos de la congregación (4)

Sus raíces

La presencia betharramita en Inglaterra nace en el contexto de la expulsión de los religiosos de Francia y es el fruto de una decisión de la Congregación que, en el Capítulo General de 1903 celebrado en Irún, España, optó por la fundación en un nuevo País.

Tres fueron los motivos que llevaron a la fundación inglesa: San Miguel había manifestado, según testimonia el P. Casedepatz, el deseo de hacer algo por Inglaterra; la ventaja de poder preparar profesores de inglés para los colegios de Europa y de América; la certeza de un lugar seguro, con un gobierno estable y no anticlerical, lejos de los peligros que amenazaban a la Iglesia y a la Congregación en Francia.

Al final del Capítulo, el P. Abel Costedoat fue encargado de ocuparse de la nueva fundación. Llega a Londres el 7 de noviembre de 1903. A él se deben los comienzos de la obra betharramita inglesa : fundación de pequeñas comunidades para la asistencia espiritual de comunidades religiosas femeninas y la ayuda de los párrocos. Nacieron así los centros misioneros de Woodchester, Bicester, Princethorpe, Leamington, Moreton Paddox, Monk’s Kirby (Newnham Paddox), Cleobury Mortimer (Mawley), Banbury y, finalmente Droitwich, donde, en 1908, a pedido de la Congregación, el obispo de Birmingham confió a los betharramitas no una obra ya funcionando, sino la nueva fundación de una parroquia católica. En Droitwitch los religiosos de Betharram dirigieron la parroquia, la escuela apostólica y, más tarde, el colegio Sacred Heart. Además, desde el comienzo, se pensó en recibir algunos muchachos para orientarlos a la vida religiosa: los primeros betharramitas ingleses fueron el P. Robert Eric Basey y el Hno. John Griffin, tempranamente fallecidos en 1918.

Pero fue con la subdivisión de la Congregación en Provincias en 1947 y el nacimiento de la Viceprovincia de Inglaterra como la obra inglesa comenzó a desarrollarse. En este período fueron fundadas las comunidades para la formación de seminaristas en Fritham, Caerdeon, Farchynys y después en Sambourne. El colegio de Droitwitch, sin embargo, absorbió la mayor parte de los recursos de la Vice Provincia y, por mucho tiempo, permaneció como la única actividad betharramita inglesa. Recién a partir de los años setenta se abrieron comunidades para el cuidado pastoral de parroquias en Bridgemary, Worcester, Lee-on-Solent, Guernsey y Alderney, y, finalmente, Olton, Whitnash y Great Barr.

En los años noventa las comunidades inglesas se tomaron muy a pecho el desarrollo de la obra betharramita en la India. Finalmente la nueva división administrativa de la Congregación llevó a la erección de la Región Beata María de Jesús Crucificado que comprende los tres vicariatos de Inglaterra, India y Tailandia, en la cual actualmente se da un intercambio de recursos y de personal que, ciertamente, ayudará al crecimiento y al afianzamiento de la obra de San Miguel en estos países.

Roberto Cornara

Su Presente y su Futuro con el P. Wilfred Perepadan scj, Vicario Regional

Es una alegría poder presentar hoy la vida del Vicariato de Inglaterra. El rostro del Vicariato cambió mucho en estos últimos años. En general, creo que el Vicariato goza de buena salud. Considero, además, que nuestra presencia (15 religiosos) en 5 áreas pastorales de la Arquidiócesis de Birmingham da buenos frutos. Los Hermanos y Padres Betharramitas aquí, en Inglaterra, puede que se sientan una pequeña comunidad de religiosos. Nuestro fundador, San Miguel Garicoits, explica así esta humildad: «No olvidemos que es Dios el autor de nuestra Congregación : él la gobierna, “El Señor me guía“(Sal 22,1), y la conservará. Esta esperanza tiene que ser la roca sólida sobre la que tenemos que estar asentados y así poder enfrentar todas las dificultades.» (DS. 272) En esta perspectiva, la esperanza es fuente de inspiración de nuestra vida y nos lleva a escuchar al autor, al maestro interior. Nos ponemos, así, a escuchar su voz y nos ponemos bajo su guía para realizar nuestros proyectos. De esta manera, tratamos de responder, con un estilo betharramita, a las necesidades de la Iglesia de hoy. Estamos bien insertos en el ministerio parroquial y en particular con los jóvenes, gracias al ministerio de capellanes asumido por nuestros Hermanos en algunas escuelas católicas del lugar.

El clima de nuestro Vicariato es realmente fraterno y acogedor. Dos jóvenes sacerdotes que vinieron de la India y uno de Tailandia son una bendición. Están totalmente metidos en la vida y la misión del Vicariato de Inglaterra. Estamos muy agradecidos a los Vicariatos de Tailandia y de India por su ayuda.

En general, el ministerio parroquial de la Arquidiócesis de Birmingham parece dar buenos frutos y el mérito es la pasión misionera y pastoral de los Hermanos y de los Padres. El grupo de los laicos betharramitas, los Companions, participa activamente de la espiritualidad y del carisma de San Miguel en nuestras parroquias. Se encuentran regularmente una vez al mes y se reunen con nosotros para celebrar las fiestas de la congregación en las diferentes parroquias.

Hemos formado un grupo de espiritualidad mirando al futuro, con el objetivo de compartir con la gente algunos elementos de la espiritualidad e los Hermanos y los Padres del Sagrado Corazón. El año pasado, el grupo animó dos retiros espirituales, uno en la parroquia de Olton y el otro en la Arquidiócesis de Birmingham. En estos años esperamos organizar y llevar adelante grupos de retiro para el personal y para los estudiantes de las escuelas en las que nos desempeñamos como capellanes. El año pasado hicimos nuestra primera experiencia en este ámbito. Las jornadas misioneras en las diversas parroquias del Reino Unido nos permiten hoy recoger fondos para apoyar nuestras misiones en la India y en Tailandia. Estas jornadas son la ocasión para hablar de nuestro trabajo a los fieles, invitándolos también a apoyar a los jóvenes en su camino vocacional.

Por último, recordamos las palabras con las que queremos hacer presente nuestro fundador: Dios nos quiso y ahora nos envía en misión. “Bendito sea Dios. En avant, Adelante siempre, con paciencia y con alegría. Suceda lo que Dios quiera”.

“El que da al agricultor la semilla y el pan que lo alimenta, también les dará a ustedes la semilla en abundancia, y hará crecer los frutos de su justicia.” (2 Co 9, 10)