Noticias en Familia - 14 de abril de 2013
Summario
- La palabra del Superior General
- San Miguel Garicoïts escribe...
- Hacia el 150° aniversario: programa
- Las virtudes del Sagrado Corazón: la caridad
- Llena el corazón de gozo
- 5 minutos con la comunidad de Adrogué
- Historia de la Regla de Vida (4)
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La palabra del Superior General
De las asambleas de vicariato (aqui vicariato de Italia Centro/Sur en 2010) a través de los Capitulos Regionales, al...
EL GOBIERNO COLEGIAL: LOS CAPÍTULOS
Ese valor de la comunión se manifiesta también en la forma de ejercer la autoridad. Se da siempre una alternancia entre la autoridad personal y la autoridad colegiada: el Romano pontífice y los concilios, el Papa y el colegio de cardenales, los obispos y las conferencias episcopales, los superiores y los capítulos. Se trata de instancias de participación para que la autoridad no sea unipersonal.
Esta comunión y participación es muy evidente también en toda la tradición de la vida consagrada en la Iglesia. La participación se da en la vida de las comunidades, en las asambleas de vicariato y en los capítulos regionales y generales. Nuestra RdV. dice claramente: El capítulo general, que representa a todos los religiosos, es la autoridad suprema de la Congregación (RdV. 180).
El Capítulo general, que se reúne cada seis años, es un tiempo de gracia, kairós, para la Congregación. La RdV. dice que es un acontecimiento eclesial (180) porque las decisiones que se toman inciden en la vida y la misión de la Iglesia, pero también porque se realiza bajo la inspiración del Espíritu Santo y con el método que le es propio que es el discernimiento espiritual. Por eso el Capitulo general es un tiempo intenso de espiritualidad, oración, fraternidad, discernimiento y gozo espiritual.
Otro aspecto del Capítulo general es la representatividad que expresa la participación de todos los religiosos: Signo de unidad y de caridad de todos los religiosos de nuestro instituto (180). En la regla actual se han reducido a ocho los miembros de derecho: Superiores general y regionales y consejeros generales. En los capítulos regionales se eligen el resto de los diputados con los siguientes criterios: todos los vicariatos tienen que tener un representante (no necesariamente el Vicario regional) y la proporcionalidad es de un representante por cada 15 religiosos o fracción. (RdV. Est . 8).
La misión del Capítulo general es de analizar la situación de la Congregación desde el punto de vista espiritual, apostólico, disciplinario y económico. Se preocupa porque, en su inculturación en las diferentes situaciones, épocas y culturas, el carisma conserve su belleza y su vigor. Estudia los problemas, da orientaciones, dicta normas, toma decisiones económicas. Elige siempre al Superior general y los miembros de su Consejo (RdV. 192). Las decisiones del Capítulo general tienen que darse a conocer a todos los religiosos del instituto.
El Capitulo regional es también una instancia importante de comunión y participación (RdV. 227-231). Tiene lugar cada tres años: antes del Capitulo general tiene que ocuparse sobre todo de preparar éste; pero el que se celebra entre dos Capítulos generales, es una oportunidad única para revisar la vida y la misión de la Región, que se desarrolla en cada uno de sus Vicariatos. También a este nivel, la Regla de Vida reduce los miembros de derecho al Superior, Vicarios y Ecónomo regionales, maestros de novicios y escolásticos. La proporcionalidad en la representatividad exige en cada vicariato un diputado por cada cinco superiores o fracción y un diputado por cada diez entre los demás religiosos, o fracción. La novedad es que el Superior regional puede nombrar hasta tres religiosos, uno de ellos tienen que ser un hermano si no salió elegido ninguno, que son delegados con voz y voto al Capitulo regional. El Superior regional puede invitar un representante de los religiosos de votos temporales que no tiene voz ni voto en la asamblea capitular (RdV. 228).
En la Regla de Vida actual, las asambleas de Vicariato (RdV. 273) son momentos muy importantes para la comunión y la participación, porque son instancias muy libres, sin exigencias canónicas, pudiendo dedicarse a la oración, a momentos de retiro, a la formación permanente, a la reflexión sobre el carisma, a determinar un proyecto de Vicariato, al análisis y evaluación de las diferentes actividades de la misión, al discernimiento de nuevos campos de misión. Sería muy oportuno que todos los religiosos del Vicariato pudieran encontrarse en asamblea tres o cuatro veces al año con alguna de esas finalidades.
El ámbito más adecuado de la comunión y la participación es la comunidad, con un proyecto bien definido, elaborado con la participación de todos y realizado con el compromiso y la responsabilidad de cada hermano. La comunidad es un ámbito de fraternidad donde se comparte la experiencia de Dios, la vida, los bienes y la misión y donde nos ayudamos humana y espiritualmente para ser fieles a la vocación. Todo con el aporte original que da el carisma. La reunión de comunidad, proyectada de forma periódica y constante, preparada cada vez por un miembro diferente, permite el intercambio de opiniones y de experiencias, la profundización de algunos temas y la clarificación de algunas cuestiones.
Gaspar Fernández Pérez, SCJ

...Capítulo General (aquí en el 2011), ¿la colegialidad no refuerza
los lazos de familia en la amistad... y en la alegría?
San Miguel Garicoïts escribe...
¿Cuál es la tentación más peligrosa que puede utilizar el enemigo de la salvación? Es el desánimo, porque ataca a todas las virtudes y se esconde.(...)
El desánimo va contra la esperanza, virtud tan recomendada como la fe y la caridad. Tendría que ser considerado una tentación: una tentación de las más peligrosas, porque expone el alma del cristiano a abandonar toda práctica de piedad. ¿Qué es lo que impulsa a los hombres a la acción en su vida cuotidiana, qué los sostiene en sus sufrimientos, qué los anima frente a los obstáculos? La esperanza de tener éxito. Quítenles la esperanza y rapidamente van a caer en la inacción.
(M 402)
HACIA EL 150° ANIVERSARIO

PROGRAMA
El comienzo de las celebraciones del 150º aniversario de la muerte de San Miguel Garicoits, nuestro Padre Fundador, está a la puerta.
El último Consejo de Congregación revisó a qué punto estamos, recordando las citas a nivel de Congregación, de Regiones, de Vicariatos y de Comunidades, y subrayando la importancia de hacer publicidad en todas las realidades en las que nuestra Congregación vive y actúa.
Estos son los momentos que caracterizan este acontecimiento.


También para los laicos se están preparando diversas iniciativas y otras, ciertamente van a surgir. Entre estas hay que recordar el compromiso de grupos de cantores que, en muchas de nuestras realidades, están comenzando a prepararse para animar también con el canto, este acontecimiento; hay también iniciativas de los grupos de Laicos Betharramitas (para la Fraternité Me-Voici, la tradicional cita del 28 de julio -solemnidad de la Virgen de Betharram- será particularmente caracterizada por el 150º aniversario de la muerte de San Miguel). Ya están programadas algunas peregrinaciones a Betharram y a Ibarre, desde el Brasil, Argentina y Uruguay, abiertas a todos los que desean participar. En la región P. Augusto Etchécopar está previsto un encuentro de Laicos a nivel regional.
Finalmente, pero no menos importantes, las publicaciones de carácter divulgativo sobre la vida y la correspondencia de San Miguel y la aparición de algunos CD con cantos nuevos sobre San Miguel...
ESPIRITUALIDAD

Miembros de la Fraternidad Ne Me en Adiapodoumé durante la conferencia del P. Bacho
LAS VIRTUDES DEL SAGRADO CORAZÓN: LA CARIDAD
Hablar del corazón es hablar del amor. Éste es precisamente el legado de San Miguel. Él se dejó seducir por el amor de Dios, su Padre, por la humanidad, que Jesús vino a manifestar: Dios amó tanto al mundo que nos dio a su Hijo
, Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que se salve (Jn 3,16 y 17).
Y, en el texto fundador (el Manifiesto), se siente la admiración de San Miguel cuando afirma: Así nos amó Dios
Para él, la cumbre de ese amor de Dios es la Encarnación. Dios se hizo hombre por amor, para enseñarnos a amar. Es su única motivación.
Nuestro fundador quedó deslumbrado de manera muy especial, por este amor de Dios, cuando iba a celebrar la Navidad: Así es cómo Dios amó al mundo (Jn 3,16). sabiendo, por otro lado, que tantos esfuerzos serían inútiles. Es un Dios fundido en caridad; nos anima, nos apura, se inmola, a pesar de ver que no nos entregamos a su corazón (DS 110). Belén es para él, la ilustración perfecta de un Dios que propone su amor, no que lo impone. Para devolver a los hombres la memoria del amor de su Creador, Nuestro Señor Jesucristo les mostró la divinidad, hecha visible y palpable en su humanidad. Ahí está en el Pesebre y bajo los velos eucarísticos
¡Qué fuerza y qué suavidad en las enseñanzas del pesebre
! ¡Qué atractivo infinito, para conquistar a los más grandes pecadores! (DS 109).
Sólo el amor puede explicar este desplazamiento de Dios hacia los hombres, hasta aceptar hacerse uno de ellos: Está en el pesebre, aguantando el frío, la humillación, las incomodidades, el disgusto, por amor a nosotros. ¿Qué mejor para inflamarnos de amor por él y volvernos generosos? (DS 108).
Hoy, no podemos más que dejarnos transformar, en la contemplación de ese Corazón de Jesús. Estamos llamados a dejar brotar de nuestro corazón, lo que hay de más profundo y verdadero: El amor, eso es lo que lleva al hombre; ese es el secreto resorte que hay que descubrir
; ese el el germen divino que hay que desarrollar en los corazones- Si falta, no hay nada que hacer (DS 112). Más allá del deber que hay que cumplir para estar en regla, del buen ejemplo que hay que seguir para ser admitido en el grupo, de las reglas que hay que respetar, hay que actuar antes por amor que por cualquier otro motivo.
Entonces, en vez de dejarnos tentar por medias medidas, por el mínimo, la mediocridad, estaríamos arrastrados por un impulso de amor: ¡Ah! Si todo nuestro ser, nuestro cuerpo y nuestra alma, no tuviera más que un movimiento, un impulso generoso para ponerse bajo la guía del Espíritu de amor, diciendo sin cesar: Aquí estoy (DS 146). Entonces, nada de miedo, nada de temor, porque el amor expulsa el temor (1 Jn 4,18). Nuestro único miedo sería el de no amar suficiente, gratuita y fielmente; el miedo, entonces, no tiene que ver con Dios sino con nosotros mismos, que conocemos nuestras debilidades y fragilidades.
El amor del que hablamos no es un sentimiento vago, sino una renovación de nuestro corazón donde dejamos lugar al corazón de Jesús: Viejo corazón, deja lugar al corazón de Jesús (DS 48). Es así que la oración ya no se reduce a una obligación sino que pasa a ser como algo que brota del amor inclusive cuando utilizamos fórmulas aprendidas; Siempre es interesante volver a escuchar el comentario de San Miguel sobre las primeras palabras de Padre Nuestro: ¡Padre nuestro! Dios mío, podías haber comenzado esa oración con una palabra más imponente como Creador, Señor; pero eliminaste lo que pudiera suscitar temor, elegiste los términos que fuercen a la confianza y al amor de aquellos que te deben algo. ¿Qué hay de más tierno que ese nombre que expresa nada más que indulgencia y ternura? (DS 58). Él aconseja que nos dirijamos a Dios con expresiones llenas de afecto: Trate de reanimar en usted el espíritu de oración, la costumbre de recurrir a Dios como una buena criatura, en cada momento, como maquinalmente; Él está tan cerca de usted, está en usted. Usted lo tiene allí, en la profundidad más íntima de su corazón y desea tanto escucharla, darse a usted, sostenerla, divinizarla (Corresp. Tomo I, carta 103).
Aquí, estamos muy lejos de la educación rígida que había recibido en su infancia, por influencia del jansenismo que subrayaba más el Dios severo del Sinaí que el maestro de la felicidad de las Bienaventuranzas. Es otra la perspectiva que se impuso al Fundador y que fue su nueva orientación, claramente proclamada en el texto fundante: Le agradó a Dios hacerse amar
que se puede entender así: Le causa placer a Dios recibir nuestro amor.
La Encarnación se ubica en esta lógica:
El atractivo que nos conquista al amor divino,
El modelo que nos muestra las reglas del amor,
El medio para alcanzar el amor divino.
Preguntas:
1º.- La oración brota del amor, pero a veces nuestra vida espiritual tiene que contar también con la sequedad. ¿Cuáles son las ayudas de las que disponemos para perseverar, y cómo, a través de la aridez?
2º.- No siempre percibimos ese amor de parte de Dios hacia nosotros. Como dice la carta apostólica Porta fidei (nº 14) experimentamos el silencio de Dios en vez de escuchar su voz consoladora. ¿Cómo puede servirnos de resorte el amor?
3º.- El nuevo Papa Francisco nos habló de bondad y de ternura (Homilía del 19 de marzo). Es la misma insistencia de la Regla de Vida (nº 9) ¿Cómo ser testigos de ternura y de misericordia en nuestras familias, en nuestras comunidades, en nuestros lugares de misión?
Laurent Bacho, SCJ

Charles de Foucault
ESPIRITUALIDAD LAICAL

Religiosos scj, Hermanas y laicos juntos por una retirada a Widney Manor, en los aprietas de Solihull.
LLENA EL CORAZÓN DE GOZO
El sábado, 16 de marzo, cerca de treinta personas, de 13 a 82 años, se encontraban para un día de retiro cerca de Solihull (Inglaterra). Para animar este tiempo de meditación en un ambiente familiar, los Religiosos betharramitas del vicariato, Hermanas de congregaciones amigas y laicos asociados acudieron al P. Enrico Frigerio, venido de Roma para la ocasión. Llegaron con una sonrisa en los labios, pero querían conseguir mucho más: la alegría en sus corazones. Para eso, el P. Enrico recurrió naturalmente a... San Miguel Garicoits y a Benedicto XVI.
Éste fue el tema del día de retiro bien animado por el P. Enrico. Fuimos invitados a reflexionar sobre algunos temas presentes en la Carta Apostólica de Benedicto XVI, Porta Fidei: renovar nuestro entusiasmo, reavivar la alegría de nuestro caminar y redescubrir el gozo de la fe. Por eso tratamos de discernir la fuente de nuestra alegría que contrasta con una felicidad superficial, y de reflexionar sobre cómo estamos expresando esta alegría, preguntándonos si ponemos su raíz en la fe y en el amor de Dios.
La espiritualidad de San Miguel está fundamentada en la alegría profunda y personal, en la fe en un constante amor de Dios para él y en el deseo de transmitir ese amor a todos, por medio de su Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad. En el texto del Manifiesto de San Miguel, encontramos la expresión: llevar a los demás la misma alegría. San Miguel compartió fielmente con los demás, la Alegría de su vocación y de su misión.
Descubrimos que el tema de la alegría atraviesa, como un hilo, todo el Antiguo y el Nuevo Testamento; desde las raíces nace, como un brote, hasta llegar a ser flor. Tuvimos el tiempo para reflexionar con calma y para enriquecernos mutuamente compartiendo; la jornada culminó en una linda celebración eucarística. Fue evidente que todos los que estaban presentes estaban en condiciones de discernir (aunque no siempre con facilidad) la diferencia entre una felicidad superficial y efímera y una alegría bien enraizada en la conciencia de cuánto nos ha amado Dios y de manera incondicional. A veces, esta alegría se siente a nivel subconsciente, pero cuando nos hacemos conscientes se puede manifestar con tanta fuerza que nos deja asombrados por cómo esa alegría puede elevar y suscitar admiración.
Nuestra alegría es un don del Espíritu Santo y se puede manifestar en nuestro amor al prójimo, en el agradecimiento hacia un Dios que nos ama y nos alimenta con la Eucaristía. Nuestra fe es fuente de muchas bendiciones.
El Dios de la esperanza los llene, en la fe, de toda alegría y paz, para que abunde en ustedes la esperanza por la fuerza del Espíritu Santo. (Rom 15,13).
Carol Foster
Papa Benedicto XVI |
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San Miguel Garicoïts |
![]() De una carta de San Miguel Garicoits a una hermana, 1845 |
5 MIN CON ...
... la comunidad de Adrogué

P. Badie, Mariano, Leandro, P. Guido, P. Daniel
Después de Bangalore el último mes, ahora estamos en otra comunidad de formación de la Congregación: Adrogué, situada en el gran Buenos Aires. Residiendo en la bella Villa Bétharram, rodeada de un gran parque, los cinco miembros de la comunidad viven al ritmo de una vida familiar argentina como tantos otros: no se pierden ningún partido de fútbol importante y su puerta esta abierta de buena gana a los vecinos. ¡Sumergidos en un barrio popular, ferviente y dinámico, su vida cotidiana no es nada tranquila!
NEF: Betharram en Argentina tiene ya una historia. Todavía vivía S. Miguel cuando fueron allí en 1856 los primeros misioneros.
- Guido:La presencia de Betharram en el Río de la Plata, como sabemos, se remonta a la época fundacional de la Congregación. Pero la comunidad de Adrogué, como tal, es una de las más recientes. Ocurre que, a finales de la década del 30, a raíz de la 2da guerra mundial y en vistas a la próxima división de la Congregación en provincias (1947), se decide fundar en el territorio rioplatense una Casa de Formación que acogiera a los novicios y escolásticos tanto de Argentina, Uruguay y Paraguay, como de Brasil, país al que se había llegado recientemente. Para tal finalidad, se compró un terreno de 17 hectáreas ubicado 22km. al sur de la ciudad de Buenos Aires, en la localidad de Adrogué. El lugar era apto para las actividades propias de los jóvenes en formación, y al mismo tiempo se emplazaba a sólo 30 minutos en ferrocarril de la Ciudad Capital. Se decidió, finalmente, erigir allí la casa religiosa y una bella capilla, bendecida e inaugurada el 28 de junio de 1945.
En este momento la comunidad está formada por tres religiosos sacerdotes, un novicio y un postulante. Cinco personas y tres generaciones. ¿Cómo consiguen integrar esta diversidad?
- Mariano: Somos como una familia común y corriente. Leandro que tiene 32 años, Mariano 26 y el Padre Guido 33 comparten una generación, y bien podrían ser como los hermanos de la familia. Luego el Padre Daniel sería el de la otra generación con 42 años, pero compartimos gustos, por ejemplo miramos y jugamos al fútbol en fin, no nos es muy distante en ese aspecto. Y por último el Padre Badie próximo a cumplir los 88 años sería como el abuelo, lo cuidamos, lo acompañamos a hacer los trámites, y es la voz de la sapiencia en la casa por toda su historia de vida. Además es muy simpático y toda la gente lo quiere mucho.
Adrogué es la comunidad del noviciado regional. ¿Cuáles son los aspectos prioritarios en el ministerio de la formación de postulantes y novicios?
- Guido: Tanto el Postulantado como el Noviciado se encuadran en nuestro proyecto de Formación congregacional (la Ratio Formationis); creo que, desde el trabajo realizado en este tiempo, vamos priorizando garantizar en los formandos una profunda y genuina experiencia de Dios y de opción por Jesucristo como el centro de nuestra vida. Esta opción se vuelve, poco a poco, la motivación última y fundamental de la elección vocacional. Para garantizar este trabajo contamos con las herramientas pedagógicas que nos propone la misma Ratio, en particular el acompañamiento personal, los Ejercicios Ignacianos, así como la vida misma aquí en la casa, los cursos, etc.
La Capilla de Betharram, sin ser parroquia, congrega una pequeña comunidad cristiana muy dinámica. Cuéntennos la vida de esta comunidad de la Capilla.
- Guido: Tenemos aquí en Adrogué una comunidad cristiana con mucha vida. Desde los inicios, la presencia de la Casa de Formación tuvo una proyección misionera hacia el barrio, y al mismo tiempo una fecunda inserción en la vida diocesana. Actualmente, en la capilla funcionan: 1) la catequesis sacramental de primera comunión y confirmación; 2) la pre-JUBE y la JUBE, es decir, grupos de adolescentes que se congregan en nuestra capilla desde nuestra identidad betharramita; 3) grupo de Vicentinos, quienes desde hace 40 años atienden las necesidades de las familias más pobres de nuestro barrio; 4) grupo de animación litúrgica; 5) consejo económico, que vela por el sostenimiento de las obras de la capilla; 6) grupo de FALABE, laicos que beben de nuestra misma fuente carismática; 7) grupo de misioneros, que se dedican a visitar a las familias de nuestro barrio; 8) Legión de María (Legio Mariae).
La comunidad religiosa está implicada en la proyección misionera y social de la comunidad de la Capilla en el Barrio. ¿Cómo es esta proyección?
- Guido: Leandro: En primer lugar, a través del ministerio de la escucha y la disponibilidad de los sacerdotes para celebrar la reconciliación y las visitas a enfermos y necesitados. También están los Vicentinos, un grupo de laicos que reciben y administran donaciones. Además los formandos participamos en la catequesis y el grupo pre-JUBE y JUBE que recibe y acompaña a niños y adolescentes del barrio. Contamos también con Casa del Niño (guardería y jardín de infantes). Y siempre participamos de las misiones que los laicos realizan durante los tiempos litúrgicos fuertes, visitando a los vecinos. ¡Hay mucha vida!
La prioridad de la comunidad es el acompañamiento de los jóvenes en formación. ¿Cómo se sienten desafiados por la cantidad de niños y jóvenes que hay en el barrio?
- Mariano: Tratamos de mostrarles un Jesús joven cuando vienen los sábados a la catequesis y a los grupos juveniles, y también cuando salimos al barrio a hacer actividades para compartir con todos, organizando con ellos el vía crucis, los pesebres vivientes, compartiendo sus días festivos cristianos.
Villa Betharram es una casa muy grande. ¿Cómo ponen a disposición de la misión de la Iglesia la parte de la casa que no ocupa la comunidad?
- Daniel: El sector de la casa que no ocupa la comunidad desde hace algunos años lo llamamos Casa de Encuentro Corazón de Jesús, donde junto a un equipo de laicos la tenemos a disposición para : 1) recibir grupos de jóvenes o adultos que buscan un lugar cómodo, tranquilo y en un entorno natural, para realizar sus retiros espirituales; 2) ofrecer espacios generadores de vida: encuentros de formación, retiros, jornadas, Ejercicios Espirituales, celebraciones, escucha, acompañamiento somos testigos de cómo estos encuentros posibilitan el encuentro con uno mismo (identidad y misión) y el encuentro con Jesús, que hace nuevas todas las cosas.
Otro servicio de la comunidad en el barrio es la Casa del niño ¿Cuál es su misión?
- La Casa del Niño es una guardería infantil que alberga a niños de 2 a 4 años todos los días hábiles desde las 8 hasta las 17hs. Hace ya 40 años que la Casa del Niño fue fundada por los PP. Ierullo y Daleoso, junto a la estrecha colaboración de un grupo de laicos. Se buscaba dar respuesta a una realidad concreta: las madres de las familias pobres del barrio debían salir a trabajar y no tenían con quién dejar a sus hijos pequeños que aún no tenían edad escolar. Para responder a esta necesidad, se creó esta institución, que aún sigue vigente. La Casa del Niño, además de ser un lugar de contención para los niños, les ofrece el nivel inicial de educación (jardín de infantes), y es un espacio privilegiado para la evangelización de los más pequeños: allí los niños empiezan, poco a poco, a conocer a Jesús.
¿Qué proyecto tiene la comunidad para celebrar el Jubileo de la muerte de San Miguel Garicoits?
- Leandro: Lo celebraremos con sencillez junto a la comunidad de la capilla, preparándonos para celebrar, al finalizar el Jubileo, junto a todo el vicariato. También, como aporte nuestro a la congregación, hemos hecho una canción homónima del lema para este año, es decir Del Corazón de Jesús al corazón del mundo (Para escuchar, visita al sito www.betharram.net/resolveuid/0ae66be4755e43c2ad6320eda65dbee5).
¡Una última cuestión inevitable! ¿Qué sensación han tenido cuando se enteraron de la elección del Papa Francisco?
- Guido: En verdad, todavía no podemos salir de nuestro asombro. Nos invade una alegría muy intensa frente a la insospechada sorpresa de la elección del Papa Francisco. Cuando se divisó la fumata bianca de la chimenea del Vaticano estábamos rezando el rosario. Enseguida, tocamos las campanas de la capilla para sumarnos al gozo de tener un nuevo papa, sin saber todavía quien sería. Nos reunimos todos frente a la pantalla de la computadora seguíamos por internet los sucesos-. Y al escuchar al cardenal proto-diácono decir Georgium Marium no podíamos salir de nuestro estupor: ¡primer papa latinoamericano y, además, argentino! Se comenzó a escuchar el repique de las campanas de las iglesias vecinas, la gente se acercó para compartir su sorpresa y alegría, el teléfono sonaba y sonaba. Muchos se movilizaron hacia la Catedral Metropolitana de Buenos Aires, y a las 19hs (hora local) se celebró la misa de acción de gracias por el nuevo papa. Creo que es muy difícil comunicar lo que significa para nosotros la designación del Cardenal Bergoglio como obispo de Roma. Y no sólo en nuestro país, sino para toda nuestra región. ¡Un hijo de nuestra tierra como sucesor de Pedro!
La noche del 18 se organizaron vigilias de oración para jóvenes en las catedrales de todas las diócesis de nuestro país. Cada vigilia culminó con la transmisión en vivo de la misa de inauguración del pontificado de Francisco, ¡ha sido una fiesta!
Vivimos la elección de Bergoglio como un signo de esperanza, ya que la pujanza y madurez de la Iglesia Latinoamericana adquieren visibilidad en la figura de Francisco. En él se hace visible una Iglesia cercana a los pobres y a los que sufren (Iglesia pobre y de los pobres), donde todos los bautizados discípulos y misioneros- son protagonistas por el servicio, el diálogo y la participación, que propone la renovación como un regreso al Evangelio de Jesús. El gesto de inclinarse para recibir la bendición del pueblo no puede pasar desapercibido; Marca el estilo propio de vivir su ministerio.

4. NUEVA CONSTITUCIÓN EPISCOPAL (1868)

Es menos conocida que la anterior, porque a penas vio la luz. Pero representa una etapa dolorosa en esta historia.
La constitución de 1841, corregida en 1851 y en 1853, fue reformada por tercera vez en septiembre de 1863, cuando Mons. Lacroix pidió a la asamblea de Betharram que designara un superior que él mismo instituiría, y que eligiera un Consejo. La administración así constituida tenía que durar tres años; de hecho, será mantenida hasta 1872, a pesar de los reclamos de la comunidad.
Debido a eso el malestar iba en aumento. Entre 1863 y 1868 salieron de la Congregación 27 miembros. Y a los que quedaban los retenía más el recuerdo del P. Garicoits que cualquier estatuto jurídico. Ya no se sabia si los votos eran obligatorios, como se había enseñado cuando vivía el Fundador, o facultativos, como parecía decir la letra de la constitución.
Fue cuando se produjo el acontecimiento. El 11 de Mayo de 1868, llegó Mons. Lacroix inesperadamente a Betharram, reunió a los miembros presentes y les volvió a decir que no se trataba de que «formaran un cuerpo religioso, sino una sociedad simplemente diocesana.»
El problema de los votos fue enseguida planteado. El Obispo no se atrevió a cortarlo de forma autoritaria y declaró que se atenía al voto de la asamblea. Se procedió a la votación durante la misma sesión y, en contra de lo que esperaba el prelado, la comunidad se pronunció por 16 votos contra 7, a favor de los votos obligatorios.
Mons. Lacroix se sintió molesto y prometió una nueva constitución, que tendría en cuenta el deseo expresado, y convocó a Bayona al P. Etchecopar para que le ayudara a redactarla. Como puede pensarse, en semejante ocurrencia, el papel del joven Secretario General no sería más que simbólico. A decir verdad, la nueva constitución episcopal era todavía menos consistente que la antigua.
« Habiéndome pedido la obligatoriedad de los votos la gran mayoría de los sacerdotes, escribía el prelado el 19 de Junio, he tenido que ponerla en las constituciones ...» Pero en el párrafo siguiente, alegando que ninguno había «propuesto añadir que algunos sacerdotes no estaban dispuestos a hacer los votos» va hasta el fondo de este camino: « Me ha parecido, escribe, que el principio de incorporación o de asociación no podía quedar restringido de esa manera. Acordó entonces «que la incorporaci6n sea admitida como principio general.
Según el nuevo documento había entonces dos categorías de Betharramitas, unos ligados por votos, otros no. El Obispo concluía: «Se les va a leer las constituciones y el reglamento, cada uno podrá embeberse de ellos; pero no va a haber ni discusión ni deliberación comunitaria sobre el tema. Cada uno de ustedes se decidirá con toda libertad y optara por la emisión de los votos o por la incorporación.»1
El Obispo iba a quedar decepcionado por segunda vez. Se lee en el P. Bourdenne: «A pesar de las instancias de Mons. Lacroix, que escribió otras dos cartas unos días después y, aunque era muy grande la veneración que todos le tenían, solo unos pocos se decidieron a firmar. Además tuvieron el cuidado de estipular que estos estatutos serian sometidos a la aprobación de la Santa Sede.» (Pag.413).
No hace falta decir que la constitución de 1868 había muerto antes de nacer.
Pierre Duvignau, SCJ
1. La Vie et luvre du Vénérable Michel Garicoïts, Basilide Bourdenne, 3ra edic., p .413.
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