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09/09/2009

Noticias en familia - 14 de octubre de 2009

Noticias en familia - 14 de octubre de 2009

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La palabra del Padre General

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El primero entre ustedes sea el servidor de todos

Antes del Concilio, las comunidades betharramitas eran bastante numerosas. Sus religiosos desarrollaban su misión al servicio de una obra. La personalidad del superior marcaba con su impronta la vida y la misión de la comunidad. Ser superior era la aspiración de muchos religiosos.  Después del Concilio se pasó a una situación en la que no se reconoce en la práctica la autoridad de los Superiores. Se deja pasar todo. Nadie quiere asumir ese servicio en la comunidad. En algunos sitios llegó hasta desaparecer el rol de superior. El menor problema personal en una comunidad se deriva al Superior Provincial.
Todo grupo humano y por lo tanto toda comunidad necesita una autoridad, si no la ejerce la persona que debe ejercerla según la Regla de Vida, la ejercerá otra persona, que no es seguro que respete más la personalidad de los demás hermanos. Ciertamente la autoridad en la vida consagrada como en la Iglesia está caracterizada por la autoridad de Jesús (Mt.20, 24-28). También es verdad que la vida comunitaria y el ejercicio de la autoridad religiosa en ella sólo es posible cuando las personas que componen la comunidad dan muestras de madurez humana, creen y aman su vocación y su misión y por lo tanto consideran que los recursos propios de nuestro estilo de vida contribuyen a desarrollar nuestra libertad y nuestra plenificación como personas. Aceptando estas premisas, estos son los rasgos de los superiores que necesitan nuestras comunidades hoy: 
El Superior tiene que tener una autoridad moral por el testimonio de vida: es fiel a su vocación y a su misión,  practica las virtudes cristianas y betharramitas, observa la Regla y las tradiciones de nuestra familia, está convencido de que su primera misión consiste en cumplir su misión de superior con los hermanos que la Congregación le ha asignado. Gobierna la comunidad, según la Regla de Vida y las orientaciones de la Iglesia y de la Congregación
El Superior es una autoridad que acompaña espiritualmente.  Ama a cada uno de los religiosos que la Congregación le ha confiado como persona y como Hijo de Dios. Conoce y valora las cualidades y habilidades de cada religioso y le ayuda a ponerlos al servicio de la comunión y de la misión.
Acompaña y apoya a cada uno de los hermanos con respeto y caridad para que pueda ser fiel a la vocación y a la misión recibida y pueda compartir en comunidad. Está al servicio del progreso espiritual de cada religioso.  Escucha a todos y promueve su colaboración convencida y personal en la vida y en la misión de la comunidad.     
Suscita la obediencia voluntaria de cada religioso con respeto de las personas, con diálogo y por fidelidad a su vocación. Ayuda convenientemente a cada religioso en sus necesidades personales. Cuida con solicitud y visita a los enfermos. Corrige a los revoltosos. Consuela a los pusilánimes. Tiene paciencia con todos. (c. 619).
El Superior es una autoridad creadora y animadora de unidad. Construye la unidad para el bien de todos ( bien común ), en el respeto de las diferencias. Favorece la espiritualidad de la comunión fraterna en Cristo, fundada en la oración personal y comunitaria y en las relaciones maduras y respetuosas que brotan del Evangelio. (RdeV.96, NMI.43, V.C. 51). Crea el clima favorable para la comunicación, y la corresponsabilidad. Suscita el aporte de cada uno a las cosas de todos: participación. Anima a los hermanos a asumir las responsabilidades y a mantenerlas hasta el fin.
Practica el diálogo y propicia momentos oportunos de encuentro. Sabe infundir aliento y esperanza en los momentos difíciles. Sabe mirar hacia adelante para abrir nuevos horizontes a la misión, es la perspectiva profética de la autoridad (I.L. 23). Se preocupa por mantener el equilibrio entre oración y trabajo, apostolado y formación, compromisos apostólicos y descanso.
Cuida de una auténtica puesta en común de los bienes y del testimonio de pobreza evangélica de la comunidad.
El Superior es una autoridad que sabe acompañar el discernimiento comunitario. Está atento a lo que viven los religiosos y a los acontecimientos sociales y eclesiales. Ayuda a los religiosos a ser capaces de una reflexión de los mismos. Ayuda a los religiosos a tomar compromisos que fortalezcan su vocación y misión. Sabe tomar la última decisión y sabe ser garante de las decisiones tomadas. Si es necesario sabe decidir y mandar (Perfectæ Caritatis, 14).
El Superior se preocupa de que la misión de la comunidad sea fiel al carisma y en sintonía con la Congregación, con la Iglesia local y con la Iglesia universal.
El Superior es una autoridad que favorece la formación permanente. Porque uno de los objetivos de la formación permanente consiste en formar comunidades maduras, evangélicas, fraternas, orantes, abiertas y misioneras, capaces de continuar la formación permanente de cada religioso en la vida diaria. La comunidad religiosa es el lugar donde las grandes orientaciones se hacen operativas, gracias a la paciente y tenaz mediación cotidiana.
La comunidad religiosa es la sede y el ambiente del crecimiento de todos los religiosos, donde cada uno se hace responsable del crecimiento del otro. La comunidad religiosa es además, el lugar donde día a día, se nos ayuda a responder, como personas consagradas, portadores de un carisma común, a las necesidades de los más postergados y a los retos de la nueva sociedad. La comunidad religiosa es el lugar donde se verifica el cotidiano y paciente paso del yo al nosotros, de mi compromiso al compromiso de la comunidad, de la búsqueda de mis cosas a la búsqueda de las cosas de Cristo.

Gaspar Fernandez,SCJ


nef-etchecopar.jpgEl Padre Augusto Etchécopar escribe... a su hermana Julia, Hija de la Caridad, el 25 de octubre de 1870

¡A Dios! ¡a Jesús! ¡a María! ¡a José! ¡a la Eternidad! Digo esta última palabra pensando en la fiesta de Todos los Santos, en el Cielo en donde habrá paz, alegría, vida perfecta y eterna. Pero Señor, ¿quién llegará a tu montaña santa? El que tiene el corazón y las manos puras. Pero, Dios mío, todo está manchado a tus ojos y nuestras justicias son como una tela empapada de barro. Sólo el cordero de Dios inmolado por nuestros crímenes es santo. Es verdad; pero tenemos nosotros la santidad del arrepentimiento confiado, a los pies de la Cruz y de María, nuestra Madre. Madre mía, no os quiero dejar. ¡Escala de los pecadores, por ti este pecador subirá al Cielo!


De la crisis a la esperanza

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Los 12 y 13 de septiembre se desarrolló, en Montemurlo (Toscana), el 2º encuentro de parroquias betharramitas italianas. Unos 50 participantes, venidos de los distintos rincones de la península, vivieron momentos ricos de encuentro y de compartir. La reflexión tuvo su parte, a través de una enseñanza sobre el tema: Poder de la derrota. De la crisis a la esperanza”. El Padre Pietro Villa, de la comunidad de Montemurlo, nos transmitió lo esencial.

El punto de partida es que estamos en crisis - crisis económica, crisis de valores, crisis política, crisis en la Iglesia, crisis de las vocaciones. ¿Esta situación puede ser portadora de futuro, de gérmenes de esperanza? Paolo Bianchi, 46 años, casado, antropólogo y consultor, ha asumido la cuestión. Para él, la crisis se puede interpretar como una derrota, o como una posibilidad. Por ejemplo, el cristiano sabe que Cristo – a pesar de su crucifixión, aún más, a través de ella, ha vencido a la muerte; asume, pues, toda situación bajo esa luz. Así, pasar de la crisis a la esperanza quiere decir emprender otro camino, ver todo y reinventar todo con una mirada nueva, de manera que lo que parecía un callejón sin salida se convierta en una apertura.

¿Cuál es el sentido de “crisis”? Para occidente, crisis es igual a ruptura, degradación brutal, fase de la vida difícil a superar y con consecuencias más o menos graves, situación incierta y peligrosa. El acento está, pues, puesto en el aspecto negativo. Para el oriente, es diferente. En chino, crisis se dice wei ji, palabra compuesta de wei – peligro y ji – oportunidad. El oriental no se centra, pues, sobre el riesgo sino sobre la idea de maduración, de posibilidades nuevas. Un buen ejemplo es dado por los que han superado problemas, en un momento dado de su vida, y salieron reforzados y no sólo interiormente.

¿Qué es la esperanza? Según un dicho oriental, el resplandor de una vela puede iluminar toda la noche. La esperanza es también una virtud teologal, y para practicarla, hace falta una clara visión del tiempo y del futuro. Para el occidental, el pasado cuenta poco; el presente, apenas; el futuro, mucho: una concepción que lleva más a la incertidumbre (¿vamos a llegar?) que a la esperanza. Por otro lado, el oriental se ve como el niño de una larga historia, gracias a la cual puede construir el presente y tener un futuro. Considera el presente como un don, que hará diferente el mañana. San Benito iba en el mismo sentido cuando escribía: Hagamos ahora lo que nos será útil siempre.

¿Qué visión tenemos de nosotros mismos en nuestra realidad? Un test nos ha hecho comprender que nuestra parálisis ante la crisis puede nacer de la dificultad a cuestionarnos a nosotros mismos, nuestros derechos adquiridos, nuestros principios y costumbres, nuestros afectos y relaciones, Al mismo tiempo, nos cuesta encontrar una salida. Nadie duda que hay que tomar distancia para ver objetivamente las cosas. La solución de la crisis se encuentra fuera de la crisis. Un proverbio judío lo dice: Dios es todopoderoso, pues es exterior a los problemas y los ve objetivamente.

¿Qué respuesta a la crisis? Paolo Bianchi ha afirmado que, ante un momento de crisis, personal y profesional, se ha sentido empujado a ir a un monasterio benedictino, a la Regla de san Benito; entonces, ha encontrado la solución a sus problemas, y le vino la idea de elaborar una propuesta de espiritualidad de empresa sobre el modelo benedictino, en donde el hombre está en el centro.

He aquí la adaptación de los remedios de san Benito contra el peor de los males para un cristiano: la acedia (tristeza, depresión, falta de confianza en Dios). Se compone de 10 puntos que actualizan el original latino.
1. Statio (prepararse) – desprenderse físicamente de lo que se hace para prepararse a lo que se debe hacer. Uno está tan absorbido que no es ya más consciente de lo que hace; de ahí, la importancia de hacer una pausa, de hacer silencio.
2.Lectio (leer, documentarse) – Informarse, escuchar a los que saben más que nosotros, no cesar nunca de aprender.
3. Meditatio (reflexionar) – no actuar sin reflexionar ni proyecto.
4. Oratio (rezar) – ser conscientes de que formamos parte de un proyecto mayor que uno mismo, tomando el tiempo de detenerse, de ponerse bajo la mirada de Otro. Esto impide dejarse reducir al estado de número, alineado detrás de los demás. Si no soy yo mismo, nadie puede serlo por mí.
5. Contemplatio (maravillarse) –según un dicho samurai: “Cada uno hace lo que puede hasta cuando su destino se le revela. Cuando esto sucede, sólo hay dos posibi8lidades: encontrar su destino u oponerse”. Encontrar su destino supone maravillarse de todo lo que sucede y puede cambiar a los demás como nuestro mundo interior. Si nos maravilláramos más, conseguiríamos comunicar los milagros que se producen todos los días.
6. Consolatio (estimarse) – tenemos tendencia a subestimarnos o a subestimar los propios méritos. La estima de sí, es conocer sus cualidades y ponerlas al servicio de los demás.
7. Discretio (elegir) – estar dispuesto a hacer opciones, incluso radicales. Tener una dirección, un sentido en su vida.
8. Deliberatio (decidir) - hacer una opción deliberada. San Benito (como San Miguel Garicoïts) invita, una vez la decisión tomada, a no volver más atrás.
9. Collatio (compartir) – el hombre, ser social, necesita de los demás. Compartir significa hacer parte del bien y del mal.
10. Actio (actuar) – es la última etapa, pero sólo después de haber escalado los 9 escalones precedentes…

El monje testimonia diariamente que la vida es un acto de confianza y de total abandono en Dios. En la sencillez de su existencia, fija su fe y su esperanza en pensamientos, oraciones y actos según un esquema preciso.

Nosotros, occidentales, nos inclinamos a ver siempre las objeciones antes que las soluciones, a considerar en todo problema un problema ulterior sin darse la posibilidad de una elección, repitiendo siempre que es duro.* Estudiando y profundizando la historia que es la nuestra, será más fácil despejar y comprender nuestra identidad. Y valorar nuestros actos en el momento presente, nos librará de la angustia del mañana, haciéndonos participar activamente en un proyecto en continua evolución.

El objetivo es suscitar hombres conscientes de un cambio necesario. Un dicho tibetano describe a los occidentales como a gente que corre por las calles de la autodestrucción, porque quiere saber todo y termina por no ver nada… De una cierta manera, es lo que sucedió a los discípulos de Emaús, de quienes Paolo Bianchi dice: Jesucristo ha resucitado, lo han encontrado pero… sus ojos los impedían reconocerlo.

Pietro Villa,SCJ

Es interesante decir que después de dos horas y media de charla, Paolo Bianchi no empleó prácticamente nunca a parola problema. Lo alentaba la convicción de que nadie es algo definitivo en la vida, que todo puede cambiar ateniéndose à los hechos más que dejándose condicionar por lo opinión de los demás.


8 minutos con... Sra Jane Farrell

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En el momento en que la Sra. Jane Farrell deja la secretariado de la parroquia de Olton (cerca de Birmingham), después de 15 años de codo a codo con los religiosos del Sagrado Corazón…

Nef : Jane, usted ha sido secretaria de la Parroquia de Olton, ¿desde cuándo y en qué circunstancias?
- Comencé como secretaria en el Priorato de Olton en septiembre de 1994, cuando dejé la enseñanza. Como ya era la responsable de la preparación al matrimonio desde enero de ese mismo año, llevé al mismo tiempo las dos actividades. Con el tiempo y la racionalización administrativa de la parroquia, mi carga de trabajo se acrecentó.

¿Qué mirada tiene sobre todos esos años de colaboración con los Padres y los Hermanos?
- El hecho de trabajar con los religiosos ha sido una experiencia muy fuerte y positiva. Me han abierto su corazón y me han hecho sentir miembro a parte entera de la comunidad. Al punto de que en la práctica tenía el estatus de una hermana mayor para ellos. Por otra parte, los seminaristas indios me llaman “Madre Superiora”.

Según usted, ¿la presencia de una comunidad religiosa aporta un toque diferente a una parroquia? ¿Cómo definirla?
- Desde el principio, mi familia y yo hemos sido sensibles a un ambiente y a maneras diferentes  de celebrar: es lo que nos ha atraído a la parroquia. Estaba claro que esta diferencia venía de la presencia de los Padres y los Hermanos del Sagrado Corazón. Eran muy acogedores, abiertos a todos; poco importa lo que hayan sido las situaciones o la historia de cada uno, no juzgaban ni rechazaban a nadie.

¿Puede decirnos algo de los “Companions of Betharram”: de quién y de qué se trata?
- Los “Companions of Betharram” (Compañeros de Betharram) nacieron, hacia 1995, del interés creciente manifestado por varios laicos, -entre los cuales yo-, deseosos de saber más sobre la espiritualidad de la Congregación, y sobre lo que motivaba a los religiosos a poner sus pasos en los de san Miguel. En todas las parroquias en donde están presentes los betharramitas existen pequeños grupos; nos reunimos a nivel nacional, con los religiosos con motivo de retiros o celebraciones especiales. En algunas parroquias los laicos apoyan proyectos misioneros colectando fondos; en todas partes se trata de hacer conocer el carisma de la Congregación a los feligreses, y de las ayudas recibidas, lo cual hace a su especifidad con relación a los demás.

Usted ha representado a los laicos de Inglaterra en el Capítulo General de 2005. ¿Qué supuso para usted esa experiencia?
- Tuve la suerte de representar a los laicos de Inglaterra en el Capítulo General de abril de 2005, en Roma. Para mí, que nunca había participado en nada a nivel internacional, fue una experiencia única. Estaba maravillada al ver que era posible compartir entre personas de diversos horizontes, no sólo gracias a la técnica, sino sobre todo gracias al atractivo que san Miguel y su mensaje ejerce sobre todos nosotros.
Encontrar laicos de otros países, y discutir de nuestras motivaciones como laicos asociados fue muy simpático y estimulante. A pesar de las proveniencias y experiencias diferentes, teníamos muchas cosas en común. Saber cómo otros laicos colaboran con los religiosos es siempre instructivo; descubrir que hemos seguido caminos parecidos es verdaderamente alentador.

Si existiese una frase o una actitud del mensaje de san Miguel Garicoïts que le ayudaran o le inspiraran en su vida cotidiana, ¿cuáles serían?
- Me cuesta siempre responder cuando se me pregunta lo que me habla en el carisma de san Miguel. Pero creo que he estado más marcada por el “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”. La aceptación incondicional del amor de Jesús por nosotros, a pesar de lo que hacemos o no hacemos, sostiene mis esfuerzos para seguir viviendo este desafío, aun cuando no es fácil ni evidente.

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Una estudiante francesa con nuestros seminaristas indios

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Este verano tuve la suerte de pasar un mes en la India con los Padres y los seminaristas betharramitas de Mangalore. Fue para mí una experiencia muy enriquecedora. Pude compartir también la vida de la comunidad (con sus oraciones, misas, fiestas, programas culturales, cantos…) y descubrir una nueva cultura. Lo que más me marcó e impresionó fue la fraternidad, la ayuda mutua, el respeto, la amistad y la solidaridad presentes en el seno de la comunidad. Me acogieron muy calurosamente, mostrándose siempre afables y atentos, deseando lo mejor para mí. Pude de esta forma vivir muchas cosas con ellos.

Al final de mi estadía, sabía quién soñaba ir a China o a Tailandia, quién admiraba a Santa Teresa, a quién le gustaba todo, a quién no le gustaba la sicología, a quién no le gustaba manejar, a quién le gustaba ver la televisión, a quién le gustaba cantar o a quién le gustaba sobre todo los helados. Me hicieron visitar varios lugares (templos, playas, iglesias, zoos, Kerala…) y me llevaron a casas de retiro, orfelinatos a donde van regularmente. También me permitieron ir todos los días a la escuela de las Hermanas para hablar de Francia a los niños, y encontrar a una docente que me invitó a participar en la intimidad de una familia india. Gracias a cada uno, fue una estadía extraordinaria.

Fui enseguida integrada a la comunidad, en donde iniciaba a los Hermanos en el francés. Enseñarles mi lengua fue una verdadera alegría, siempre con inquietudes; los cursos se desarrollaron en la alegría y el buen humor, a pesar de las dificultades de pronunciación de ciertas palabras. Tuve incluso el honor de tener por alumnos al Padre Biju Anthony y al Padre Biju Paul. El uso del francés no se limitaba sólo a los cursos, pues como estudiantes ejemplares llegaron al final de un mes a rezar perfectamente el rosario, y a cantar en francés.

Guardo, pues, un excelente recuerdo de mi estadía india y quiero agradecer a todos los que participaron en hacerla tan maravillosa. Agradezco también mucho a la comunidad de Bangalore en la que pasé una semana; gracias a la misma, pude visitar Mysore y también participar en el casamiento del hermano del P. Subesh. Me acordaré durante mucho tiempo de los partidos de fútbol o de básket compartidos con la comunidad. Muchas gracias a todos.

Volví, pues, a Francia con la cabeza llena de recuerdos pero también muy triste por dejar ese país apasionante. Estoy muy contenta cada vez que recibo noticias de esos religiosos y saber que puedo volver a verlos en Francia o en India. Una cosa es segura, esas comunidades me verán allá. ¡Hasta el año próximo!

Fanny Chauveau (estudiante en Pau)


In memoriam: Vicariato de Francia-España

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Les Aldules, 31 de enero de 1928 - Anglet, 1° de septiembre de 2009

Los textos que hemos elegido le hubieran gustado al Padre Mathieu. Le gustaba esta página de las Bienaventuranzas y el secreto de su vida es bien ese Amor cantado por San Pablo. De hecho, con energía y coraje, toda su vida, el Padre Mathieu trató de servir, ayudar, comprender, compartir… Un hermoso ideal de sacerdote y de religioso.
No era un intelectual y desde el escolasticado tenía dones más prácticos que especulativos. Pero justamente gracias a esos dones, el Padre Etchenique pudo brindar grandes servicios a los que se dirigían a él. Tenía corazón. Amaba y fue amado. Era un amigo fiel.
Una vez sacerdote, ¡cuántos servicios no ha brindado en las diversas comunidades a donde ha sido enviado (Francia, Marruecos, Tierra Santa). Por supuesto, ha sido sobre todo un buen ecónomo. Un poco rígido, tenía el sentido del deber, de la justicia, de la transparencia, era sobre todo un buen elemento en la comunidad. Fiel a sus deberes religiosos, poseyendo un buen equilibrio humano y espiritual, era un factor de unidad y de fraternidad. Tenía confianza y atraía la confianza.
Con la sorpresa de todos, el P. Mathieu fue nombrado capellán en las Siervas de María de Anglet. Esto le pedía una auténtica conversión. Había ejercido poco el ministerio directo, y se vio capellán , predicador, acompañante espiritual. Y no podemos sino decir que el P. Mathieu logró magníficamente esa reconversión y hasta el final, hasta su último suspiro, fue fiel a su puesto.
La gracia de su deber de estado hace algunas veces milagros. Aquí es donde el Padre Mathieu se sintió verdaderamente sacerdote. Amó esta comunidad, a las religiosas, este recinto, esta capilla. Se entregó con su energía acostumbrada y fue feliz. Sin grandes declaraciones (no era su carácter), el Padre Mathieu amó a su familia religiosa. Acababa de hacer un retiro espiritual en Betharram  sobre el espíritu de Miguel Garicoïts y estaba contento.
Sacerdote, el Padre Mathieu nunca olvidó la diócesis de sus orígenes. Saben cómo amaba a su País Vasco, su pueblo natal, a sus amigos sacerdotes que han sido verdaderamente hermanos en el sacerdocio.
Gracias, Padre Mathieu, por tantos servicios brindados, por tu amistad sin falla. Gracias por el ejemplo de fidelidad que nos dejas. Ojalá puedas escuchar al Señor decirte: Ven, servidor bueno y fiel, entra en la alegría de tu Señor.

Pierre Grech, SCJ
Homilía de las exequias en el Refugio
(Anglet, 4 de septiembre de 2009)


 

In memoriam Vicariato de Argentine-Uruguay

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Martínez, 12 de julio de 1939 – Buenos Aires, 4 de septiembre de 2009

¡Aquí estoy! 
11.10 hs.  AM del 4 de setiembre de 2009 era su hora. El Padre bueno lo llamó una vez más. Roberto  - que seguía en ese momento las alternativas de un partido de golf en la TV con Orlando, el servidor fiel  - se inclinó hacia atrás en su silla, y partió. Estaba listo. Minutos antes acababa de comunicarse con su cuñado Miguel, fanático como él del golf… Esa mañana después de sus rezos, había recibido la Comunión – el alimento del peregrino – de manos del P. Constancio Erobaldi.
¡Aquí estoy! - Había respondido a los 8 años aquel día de marzo del 1948 cuando ingresó para 2º grado en el seminario menor de los PP. Claretianos de  Rosario, donde estaba su tío el Padre Joaquín Miner. 
¡Aquí estoy! - Había repetido en 1950, cuando no sabemos bien por qué razones,  el Buen Dios quiso que lpasara a nuestro Apostolicado de Barracas, donde su otro tío, el Padre Domingo Míner era profesor de castellano y prefecto de disciplina.
Toda su vida fue un rosario de Aquí estoy  por el que María, lo modeló como religioso del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram, a la medida del ideal de San Miguel Garicoits.
Algunos misterios le resultaron particularmente difíciles, como del noviciado como clérigo el paso a Hermano frustrando su ideal del sacerdocio. El 19 de enero del 1959, mientras sus compañeros clérigos pronunciábamos nuestros primeros votos ante el Padre Joseph Mirande, Superior General, Roberto, a un costado, desgranaba entre lágrimas copiosas el misterio quizá más doloroso de su Aquí estoy.

Obligaciones y gustos 
Nunca supo decir que no… Protestaba, rezongaba, lloraba de impotencia… pero, pasadas las nubes negras y amargas, acompañaba cada Aquí estoy  con el sol de su buen humor, de sus risas y ocurrencias.
Ejerció los servicios más diversos: Primero en Adrogué: encargado del ordeñe de las vacas,  de la crianza de cerdos, gallinas, patos, de arar la huerta, cortar el pasto con la vieja máquina a 2 caballos, carnear terneros, cerdos, pollos para el consumo de la Comunidad… Luego en San Juan Bautista: sacristán, cocinero, despensero, responsable de las compras, encargado de la limpieza de la Iglesia y de la casa, en tiempo de varios Provinciales: Enrique Urani, Joaquín Chivite, Bruno Ierullo, Gaspar Fernández… Volvió dos veces a Adrogué: en l973 en los inicios de la Casa de Retiro y de la Casa del Niño, y  en el 2000, siempre servicial, en las mismas tareas, siempre entreverado con los nenes de la Casa del Niño. En su estadía en Barracas, hizo de secretario parroquial, acompañó con el órgano los numerosos casamientos, se destacó en la fotografía, jugó a las bochas con los viejitos, llevó la Comunión a los enfermos… Estuviera donde estuviera, alegraba a todos  - grandes y chicos, religiosos y laicas -- con su vozarrón estruendoso, su guitarra, sus cantos, sus historias, sus ocurrencias y risotadas inconfundibles.
Sus actividades, a veces abrumadoras, no le impidieron cultivar sus gustos. De un oído muy fino, de niño se destacó por su afición a la música y la precisión en el canto. Siendo apostólico en Barracas discutió públicamente al P. Antonio Castro sobre los tonos del Salve Regina que entonábamos cada noche ante la Virgen… y por supuesto que – libro en mano – la razón estaba de su parte.
Aprendió a hacer tronar los Órganos de San Juan y de Barracas, a cantar Gregoriano con precisión y elegancia,  y también a cantar en francés, en italiano, en vasco… con una memoria muy fiel.

Cultivó el arte de la fotografía y durante bastantes años prestó este servicio en fiestas de familia, de la Congregación. (Sacaba fotos sin mirar!)

La guitarra y sus melodías atrajeron su esfuerzo alegrando su vida y la de quienes tuvimos el gusto de convivir con él. Amó y cantó el buen folklore… y también  cantares jocosos que Alejandro Mayol, siendo aún sacerdote, popularizó por 1960 en la  TV: como La Creación, O Trompeteiro,  El vaquerito Chicato y otros que  – con interpretaciones de cuño propio muy personal -   llenaban de risas a chicos y grandes…

Deportes y hobbies
Muy aficionado al deporte. Pasión por el futbol: su puesto era el arco. Discutía con todos – hasta  con su temido tío Domingo – las jugadas de acuerdo a los reglamentos vigentes… y era difícil que no tuviera razón.
Hincha de Huracán, se hizo socio de ese Club.  Con el carnet de locutor de Radio ocupaba lugares de privilegio gratuitos en el estadio.
Por su aptitud de buen observador logró ser crítico autorizado de varios deportes, en especial: tenis (¡cómo hubiera gozado del triunfo de Del Potro en el US Open ante el Nª 1 del mundo!), volley, básquet, golf… del cual se había hecho fanático…pero también de billar, el truco, el ajedrez.
Jugó a las bochas con maestría. Luchó con ahínco para que los jubilados de Barracas -  que el P. Arce cobijaba en los canteros de su Escuelita – tuvieran una cancha de primera en el naciente Ateneo Sagrado Corazón. Gozó con el logro – que poco duró, pues en los tiempos de la salvaje reconversión, la cancha fue cerrada… y (¡cosa curiosa!) aquí también perdieron los pobres… los abuelos otra vez sin espacios,  en la calle…
Participó varias veces en carreras de regularidad, organizadas por la Comuna de la Ciudad de Buenos Aires. La más famosa fue cuando los participantes debían desplazarse en vehículos del la Belle Epòque con trajes ad hoc. Roberto se lució con sotana negra ribeteada de rojo, capellina negra y sombrero redondo de anchas alas con ribetes dorados. Se  granjeó los aplausos y la simpatía de todos y ganó el primer premio.
Roberto cultivó la amistad. Fiel. Desde los colectiveros de la línea 91, a locutores de radio y  entrenadores deportivos,  hasta los directivos de los Supermercados Carrefour, amistad que orientó a beneficio de los necesitados. ¡Cuántas cosas consiguió en Adrogué para la Guardería, para los misioneros de Catamarca, de S. del Estero!

María, la Madre,  y las peregrinaciones
Todo este rosario, tan policromado, se enriquecía con su rosario de peregrinaciones. En su juventud iba cada año de a pié a Lujan, prestando con sus fuertes manos, el servicio de masajista de ruta.  También en ómnibus a Luján, a San Nicolás con las chicas – con años de juventud - de San Juan, o del Circulo de Barracas, o de Adrogu酠
En 2008  - en Barracas otra vez – viajaba a las 6 de la mañana – rosario en mano - hasta la Iglesia San Juan Bautista para la celebración de la Palabra y dar la Comunión a quienes no querían salir a trabajar sin el Pan de Jesucristo.

Y Madre Buena, iba concluyendo su tarea
A fines de mayo último, inesperadamente comenzó a descompensarse. Poco cuidadoso de su salud, hubo que obligarlo a internarse. Los análisis dieron graves deterioros en sus aparatos digestivo y urinario. Estuvo a un paso de la muerte… 
Salió sorpresivamente de a poco. Dos meses después, muy debilitado, volvió a su querida residencia de San Juan. Ni podía tenerse de pie. Los buenos cuidados de Orlando, siempre fiel, la atención de algunos religiosos, lo mejoraban día a día. Comenzaba ya - promisoriamente - a desplazarse lentamente por los claustros, llenándolos con los ecos de su charla sonora…
Pero el Padre de la Vida, en su proyecto, lo reconoció preparado… Algunos ya   venían advirtiendo desde el último retiro de mayo la mano de la Madre que apaciguaba más y más su humanidad exuberante, serenaba sus arrebatos, suavizaba su lenguaje. Su corazón de hijo bebía ese maná escondido de la cruz, y apuraba su cáliz. El 4 de setiembre a las 11.10 AM dio en esta tierra su último Aquí estoy  de religioso del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram.

Francisco "Paco" Daleoso,SCJ


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1929-2009

BETHARRAM EN COSTA DE MARFIL

Nuestra Congregación hizo sus primeros pasos en Costa de Marfil hará pronto 50 años. El relato de esta aventura nos acompaña a lo largo de todo este año jubilar. Se lo debemos al P. Laurent Bacho, consejero general y formador cerca de Abidjan.

9. El parto

A su regreso, el Superior Provincial comunica al Consejo la opinión favorable dada por la Comunidad de Dabakala a la propuesta de la Vida Religiosa betharramita para los jóvenes marfileños; enseguida se puso de acuerdo, con el P. Laurent Bacho, que está en la comunidad de Pibrac, la casa de formación de la Provincia. El P. Firmin recibe también el apoyo de los cristianos de la parroquia de Pibrac. Dabakala se prepara para este parto: “Frente a jóvenes que quieren entrar en nuestra familia, tenemos que vivir un desapego, un despojo: tenemos que mostrar cómo vivimos y mostrarnos tal cual somos. Y sabemos que con ellos tendremos que encontrar un estilo de vida nuevo”. La cuna se prepara.
En octubre de 1988, los Padres Laurent Bacho y Tarsicio Vera, joven religioso sacerdote paraguayo ordenado hace dos años, se unen respectivamente al P. Jean-Marie Ruspil en Dabakala, y al P. Beñat Oyhénart en Boniéré. Reunidos dos días por semana en Dabakala, los veteranos inician a los recién llegados en la pastoral en los pueblos impregnados de religiones tradicionales y sometidos a la presión del Islam. Desde el principio del año, los hermanos publican una revista mensual para catequistas, 200 ejemplares, distribuidos en las parroquias: Echen sus redes. La vieja máquina de duplicar hace sudar tinta al P. Beñat, pero la periodicidad se respeta.
La comunidad se ocupa también de la acogida de los jóvenes atraídos por la vida religiosa. A principios de 1989, el P. Firmin Bourguinat regresa al “Betharram marfileño”: “Las pequeñas semillas de esperanza están siempre ahí. Es el tiempo del discernimiento, del acompañamiento, confiado especialmente al P. Bacho. Se realiza un contacto con varios jóvenes conocidos en Katiola. Uno de ellos que se había manifestado dos años antes está vivamente interesado, es Anatole Koffi. En Boniéré, se decide arreglar dos casas que reciben en septiembre a los 12 jóvenes del primer campamento vocacional. La vocación sólo puede venir de Dios, desgraciado el hombre que se atribuye ese derecho, pero hay que ayudar a conocer la voz de Dios, hacerla más sensible… (DS 278-279). Hacemos nuestra esa visión del Fundador. Resultado: Anatole pasará el año siguiente en Dabakala: un primer postulante.
En septiembre, hay cambios en el país dijiminí, una comunidad de hermanas en Dabakala y en Boniéré, y la vuelta del Hermano Jean-Claude a Costa de Marfil después de 8 años en Ouagadougou. La reunión del sector se hacía con dos hace 2 años; ahora somos 11. En noviembre, el P. Vincent Landel, ecónomo general, viene a hacer la visita; para la formación, conviene acercarse a Abidján. Se contacta a Mons. Laurent Mandjo para pedir un lugar donde recibir a nuestros futuros jóvenes. Sin dificultad, nos lleva  a Adiapodoumé, donde propone a la Congregación la animación de la parroquia de San Bernardo. El obispo formula también el deseo de que el P. Ségure vuelva para asumir responsabilidades en la educación diocesana. Con el P. Vincent Landel, vemos en ello un signo de Dios, discreto pero seguro: La providencia no procede con magníficos adelantos y soberbias proclamas; no es charlatana. Pero empieza en una pequeña cuna y un pequeño niño (DS 183-184)

Laurent Bacho,SCJ

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