La Juventud de Francisco: En Roma para agradecer al Papa de la esperanza

Son días llenos de emoción y de agradecimiento los que estamos viviendo y más aún para cuantos en estas horas han ido a Roma para dar las gracias al Santo Padre que nos ha dejado. También partieron hacia Roma algunos jóvenes de la parroquia San Francisco de Pistoia y del grupo de Jóvenes Laicos Betharramitas para participar en los funerales del Papa y vivir el Jubileo.

A continuación algunos testimonios de jóvenes:

“Lo que me impactó de este día fue que el mundo entero se movilizara por una sola persona. Tengo 22 años y nunca imaginé que recibiría la gracia de participar en un momento tan fuerte y emotivo. Nada más llegar a la Plaza de San Pedro, sentí una gran tensión positiva, de amor y gratitud por el Santo Padre. ¡Estaba muy emocionado! Estoy seguro de que este día ha marcado profundamente mi camino de fe y que siempre lo recordaré como una etapa fundamental de mi crecimiento. De joven, sentí la responsabilidad de estar allí para agradecerle todo lo que ha hecho por nosotros; el Santo Padre ha inculcado en los corazones de muchos jóvenes un profundo sentido de unidad entre los pueblos y la conciencia de que la fe en Dios tiene el poder de unir a todos en paz. ¡Fue un día divino!” (Mattia, 22 años).

“Estoy aquí en Roma con el grupo de adolescentes de la parroquia de San Francisco de Pistoia como animador, así que pude participar en la Santa Misa en la Plaza de San Pedro el domingo 27 de abril, donde nos reunimos doscientos mil muchachos como nosotros. Con el sol radiante, sentí muchísimas emociones en el corazón; vivimos momentos de emoción y gratitud por estar aquí.” (Flor, 24 años).

“Hoy, en el funeral del Papa Francisco, vi a un solo hombre abrazando fuertemente a toda la humanidad. Vi junto a los grandes de la tierra, un ataúd de madera para recordarnos que el Amor todo lo puede, incluso lo imposible. Hoy, el tiempo y su historia se detuvieron para que todos pudiéramos entrar en una Historia más grande, donde el jefe de Estado está junto a los pobres y donde jóvenes y ancianos se dan la mano, fuertemente. Hoy pensé que el Cielo había bajado a la tierra. Gracias, Señor, por el don de Francisco, por la Belleza que imprimiste en su corazón. Gracias, Señor, por haberte detenido a un paso de nosotros, muy cerca de nuestros ojos, a través de la vida del Santo Padre Francisco. Y gracias, Francisco, gracias por todo. Gracias por ti. Te amaré por siempre.” (Alessandra, 29 años).