Instantáneas de vida betharramita
San Miguelito vuelve a la escuela
Los niños de la “Casa del Niño” de Adrogué
tienen un nuevo amigo, que no hace más que sonreír: San Miguel Garicoits,
que desde su más tierna infancia
hizo de todo para ser santo,
escalando... las pequeñas montañas nevadas…
de Ibarre.
En las paredes, antes grises de la guardería,
adultos, niños y amigos tuvieron la feliz idea de recibir entre ellos a ese pequeño personaje
que un día les descubrirá un “tesoro escondido”.
Hace más de 40 años los religiosos betharramitas, junto a varias familias de la comunidad de Adrogué (Argentina), deciden fundar la Casa del Niño para albergar durante la jornada de trabajo a los niños del barrio, cuyas mamás trabajaban en la fábrica de hojalata ubicada frente a Villa Betharram. Esa fábrica, ya no existe y la realidad del barrio, las características de las familias y las necesidades de los niños han cambiado mucho.
Sin embargo, la Casa del Niño ha procurado seguir respondiendo a las necesidades de la gente y recibe cada año a unos 70 niños, a los que se les brinda educación inicial, desayuno, almuerzo y merienda, asistencia médica, social y psicológica, contención y asesoramiento a las familias, y sobre todo mucho amor.
La Casa del Niño es un espacio propicio para el Encuentro entre las necesidades y los dones de estos niños, carentes de muchas cosas pero rebosantes de ternura y alegría.
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