Vida de la Congregación (2)

El fin del año 2016 se caracterizó por la profesión perpetua de cuatro hermanos: Michael, Jestin, Edwin y Vipin, que nos cuentan ahora su vocación. Toda la Congregación se une a la alegría del Vicariato de la India, que ha celebrado recientemente también las ordenaciones sacerdotales de Antony Siluvai y Jacob Biso Paliampally.

¡Ahora la Región Miriam está bajo los reflectores, pero las comunicaciones del Consejo General de este mes anuncian otros grandes momentos de fiesta en las otras regiones!

Cuando era niño, tuve la ocasión de participar de una ordenación en mi parroquia. Este acontecimiento hizo nacer en mí el deseo de ser sacerdote. Al terminar la escuela superior este deseo se hizo cada vez más fuerte y se lo manifesté a mis padres y a mis familiares, algunos de los cuales son parientes del P. Bija Antony Panthalookaran scj. Ellos me ayudaron a conocer mejor la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram y me pidieron que esperara dos años para poder terminar los cursos de la escuela superior (I y II PUC). Dos años después, encontré al P, Bija Antony y al P. Paul Manavalan y entré en la casa de formación de la Congregación en 2006. Los primeros años de la formación me ayudaron a conocer mejor la Congregación y me di cuenta con claridad que Dios me llamaba a ser humilde sacerdote betharramita. Durante el noviciado, hice la experiencia del amor fraterno de la familia betharramita y me sentí particularmente inspirado por las palabras de San Miguel “Adelante siempre”; Así fue que hice la primera profesión en la Congregación de Betharram. La sesión internacional en Betharram reforzó mi vocación haciéndome recorrer el camino hecho por nuestro fundador. Después de esta experiencia hice mi profesión perpetua y recientemente, fui ordenado diácono en la Congregación. En este momento estoy desenvolviendo mi ministerio diaconal con el P. Paul Manavalan en una de las parroquias de la Arquidiócesis de Ernakulam, en Kerala.

Es con gozo que expreso mi gratitud al Señor y a todos mis formadores que me ayudaron a crecer en la vida religiosa. De una cosa tengo seguridad: si alguien está llamado a servir al Señor, ciertamente recibirá de él la ayuda necesaria. Agradezco a todos los padres y hermanos por sus oraciones y su aliento. Les pido que continúen rezando por mí para que pueda ser un religioso humilde y fiel en la familia de Betharram.

Diácono Jestin James Marottikkal scj

Conocí a la familia de Betharram gracias al difunto P. Josy que me hizo conocer al P. Paul Manavalan, nuestro animador vocacional y guía espiritual. Tengo mucho cariño y una sincera gratitud hacia ellos.

Hubo momentos muy significativos que influyeron profundamente en mi vida como betharramita y alimentaron el sentido de pertenencia a esta familia. La sesión internacional de 2016 fue uno de esos momentos significativos durante el cual tuve manera de interiorizar las maravillosas reflexiones sobre la vida y la espiritualidad de San Miguel. El 11 de noviembre de 2016 hice profesión perpetua y me comprometí para toda la vida en la familia de Betharram. En aquel momento di mi sí desde lo hondo de mi corazón para seguir para siempre lo que la pasión y el amor me inspiraban. Estas experiencias extraordinarias reforzaron mis motivaciones y mi esperanza que me dan posibilidad de ir siempre adelante.

En este momento estoy ejerciendo mi ministerio en la sede del Vicariato y pronto seré enviado a una de las parroquias de mi diócesis [para la preparación inmediata a la ordenación sacerdotal¡.La Virgen de Betharram, San Miguel y Santa María de Jesús Crucificado intercedan por nosotros.

Diácono Xavier Vipin Joseph scj

Yo también conocí la Congregación de Betharram gracias a la animación vocacional del P. Paul Manavalan, un sacerdote diocesano que me hizo conocer la espiritualidad y la vida de San Miguel Garicoits. Uno de los momentos más significativos de mi vida fue la visita a la casa de nuestro fundador en Ibarre, donde San Miguel hizo la experiencia de Dios en las diferentes etapas de su vida, en su pobreza, en las dificultades y en su firme determinación que lo llevó a decir :adelante, siempre adelante”. Esto está en el corazón de mi decisión de hacerme soldado escogido en la familia de Betharram. Tengo viva esta motivación en mi vida y hoy ejerzo mi misión en la “Xavier Care Home” en Bangalore como encargado y ayudo a los padres en su misión pastoral. Rezo todos los días para que crezca siempre mi celo misionero gracias a la intercesión de San Miguel y de Santa María de Jesús Crucificado.

Diácono Edwin José scj

Los años de formación en nuestra familia religiosa son un periodo privilegiado para vivir en comunidad la espiritualidad de nuestra Congregación y para compartir el carisma en la misión. Esto me ayudó a desarrollar la costumbre para un “amor en condiciones de discernir” lo que crea en mí una verdadera libertad espiritual. Mirando mi vida a la luz de San Miguel, puedo afirmar que soy verdaderamente libre, sólo cuando entrego mi voluntad a Aquel que me ama. Esta entrega se hace posible sólo cuando sé que me acepta incondicionalmente, así como soy. Fue esto lo que experimenté en el día de mi profesión perpetua. Estoy agradecido al Señor por el don de mis formadores, mis guías espirituales y mis superiores que me ayudaron a comprender que la persona que discierne tiene que ser una persona que reza, una persona que toma en serio a Dios y está sinceramente preocupada de la presencia de Dios en su vida. Los ejercicios espirituales, con las reglas del Discernimiento de los Espíritus (Ejercicios Espirituales de San Ignacio) que comencé durante el noviciado, me acompañaron hasta hoy y agradezco a los directores espirituales jesuitas que me ayudaron a permanecer en contacto con mis sentimientos y con mi yo interior. Con humildad estoy en condiciones de dar un nombre, un correcto valor, un lugar y una finalidad a los sentimientos y tener, así, un verdadero conocimiento de mi identidad. El proyecto de mi vida interior y exterior, unido al espíritu de una verdadera renuncia con ventaja de los valores del Evangelio y de las virtudes del Sagrado Corazón de Jesús, me ayudaron a tener una mirada sobre mi realidad. Gracias a las profundas reflexiones del P. Gaspar Fernandez en cada número de la NEF me propongo al objetivo de tener a Jesús como Maestro interior, estoy en condiciones de ofrecerme sin retaceos al Señor para ser un religioso completamente feliz. Tengo siempre frente a mis ojos la palabra de mi director espiritual que me invitaba a ser una persona enraizada en la sabiduría de la Cruz para entender el Calvario que es el único camino que lleva al encuentro con Jesús resucitado. Mi vida en nuestra Congregación me lleva a desear sinceramente la Voluntad de Dios y a estar abierto a Dios y a los acontecimientos de la existencia. Por haberme entregado completamente al Señor en mi familia religiosa, toda mi vida va a ser un proceso de crecimiento hacia un conocimiento cada vez más profundo y una sensibilidad siempre más aguda del Espíritu de Dios. Con el pasar de los años, echo raíces siempre más profundos en la vida que Dios me llama a vivir en la familia de Betharram. El carisma de San Miguel es la linfa vital de mi familia religiosa. Como betharramitas, estamos llamados a hacer que San Miguel esté vivo en las personas que encontramos y que amamos hoy. Es eso lo que me comprometo a poner en práctica durante mi ministerio diaconal en el santuario de San Antonio en Tuticorin, Tamil Nadu, tratando de ‘descubrir el rostro de Dios’ en lo que se me pide que viva cada día en mi ministerio.

Nada puede dar tanta fuerza y tanto ánimo a mi actividad misionera betharramita, como la certeza de que Dios mismo eligió compartir totalmente nuestra lucha para vivir con fe, los momentos de oscuridad. Estoy llamado a ser como él, no unicamente con mis fuerzas, sino con el don de su gracia.

Diácono Michael Bistis scj