12/06/2015
Escuchando a San Miguel
Hay que saber dejar a Dios por Dios; era vicario de Cambo cuando vinieron a buscarme para que viera a un pobre hombre a punto de morir. Era un día de ayuno y estaba a punto de comer; ya había hecho mi oración; hay que agregar que tenía el apetito de mis veintiséis años. Pero Dios me llamaba a otra parte. ¿Qué tenía que hacer? Dejar a Dios por Dios, y fue lo que hice.
(Cuaderno Cachica n. 21)
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