Escuchando a San Miguel...
El libre examen es un elemento de división y de ruina. Dios detesta el orgullo del hombre; se podría decir que se siente urgido a abandonarlo a su extravagante debilidad; desde el momento en que, encandilado por su orgullo, se quiere erigir en adversario de Dios con su floja y ciega razón. Estas pretensiones son tan odiosas para el hombre que lo llevan fracasar e inutilizar incluso los mejores proyectos que son fruto del saber humano, cuando se niega a inspirarse en Dios, única y verdadera luz.
Cuaderno Cachica, 12
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