Un saludo lleno de gratitud
Colico (Como, Italia) agradece a los Padres del Sagrado Corazón.
«Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto» (Jn 12,24).
Existe una lógica evangélica que no sigue el ritmo apresurado del tiempo humano: es la lógica de la semilla, que debe morir para poder dar fruto.
Esta imagen, tan sencilla como profunda, expresa mejor que ninguna otra el camino de la presencia betharramita en Colico: una semilla plantada hace más de un siglo, que echó raíces en esta tierra y ha dado frutos abundantes de fe, vocaciones, servicio y fraternidad.
Un momento significativo
Después de muchos años de presencia, los Padres se preparan para dejar la comunidad de Colico el próximo 1 de octubre.
La zona pastoral de Colico ha querido acompañar este momento con dos días de profunda gratitud, memoria y oración.
El recuerdo de una historia viva
El 25 de septiembre, en el oratorio de Colico, tuvo lugar un encuentro muy concurrido con fieles, amigos y antiguos alumnos.
El P. Angelo Riva scj, ofreció una reflexión sobre la espiritualidad betharramita, recorriendo la historia de la Congregación en esta región.
Más allá de las palabras, fueron los rostros y los recuerdos compartidos los que expresaron verdaderamente el bien que se ha sembrado: ex alumnos del colegio recordaron episodios sencillos pero imborrables, marcados por una cercanía auténtica y paterna.
Una presencia silenciosa, firme, hecha de escucha, acompañamiento y cuidado.
La celebración eucarística
Al día siguiente, el 26 de septiembre, la comunidad se reunió en la iglesia de San Giorgio para una solemne concelebración eucarística, presidida por el Cardenal Oscar Cantoni, obispo de Como, junto con los sacerdotes de la zona pastoral.
Junto al P. Angelo y al P. Guido Pradella scj, participaron también el P. Alessandro Paniga scj y el P. Enrico Frigerio scj, Vicario Regional en Italia, como testimonio de una fraternidad que va más allá de los límites de un solo lugar.
En su homilía, el Cardenal expresó una profunda gratitud por el servicio ofrecido por los Padres en tantos ámbitos: en el Colegio, en la vida parroquial, en los hospitales.
El vínculo entre Betharram y Colico, subrayó, no se rompe, sino que se transforma, como la semilla que sigue viva en los frutos que produce, aunque ya no se vea.
Un legado que sigue vivo
A la celebración asistió también la Alcaldesa, Sra. Monica Gilardi, en representación de la comunidad civil.
El coro acompañó la liturgia con cantos en profunda sintonía con la espiritualidad del evento, enriquecido por los textos de la Misa votiva de San Miguel Garicoïts, fundador de la Congregación.
Al finalizar, un momento sencillo pero emotivo de fraternidad permitió a todos saludar personalmente a los Padres Angelo y Guido, que pronto iniciarán una nueva etapa de su camino en otra comunidad.
Fue una despedida sincera, marcada por palabras afectuosas, apretones de manos y abrazos llenos de gratitud.
La Vicaría de Colico, junto con toda la comunidad, confía a la oración y a la gratitud esta página tan significativa de su historia compartida.
Y, como toda semilla que ha sido plantada en la tierra, seguirá cuidando de sus frutos con agradecimiento y esperanza.
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