NEF de octubre de 2024

“En la misión necesitamos actualizarnos permanentemente, ya que nuestras respuestas no pueden ser como recetas que se repiten, sino el fruto de un discernimiento evangélico profundo, hecho en conjunto, mientras vamos de camino. Necesitamos confiarnos profundamente a la acción del Espiritu Santo que guía sin cesar a la Iglesia y responder sinodalmente a los desafíos y gritos del presente. Lejos de fomentar la inmovilidad de un dogmatismo clericalista o el ansioso activismo de un pragmatismo pastoral, deberíamos comenzar por aceptar con realismo este tiempo de fragilidad, de inevitable confrontación, donde nos enfrentamos no sólo al pecado del mundo en una cultura de muerte, sino a las miserias de la misma Iglesia, que han dejado en ella heridas profundas que aún parecen estar abiertas…