Un "puente" de la esperanza!

"Ndongue Bodomo" es un pueblo a 42 km de la ciudad de Bouar en el territorio de la misión de Fátima.
Es un pueblo de un gran mercado semanal, todos los martes a donde llegan las personas que vienen de los pueblos, desde más de 50 km; los agricultores pueden vender sus alimentos, llevado de forma natural en el hombro o en ciclomotor y pueden también comprar pequeñas mercancías de consumo básico traídas desde la ciudad de Bouar.
Un kilómetro antes de llegar al pueblo, este es el “ problema”:  para llegar al pueblo hay que cruzar el arroyo Kpoko, meterse en el agua o cruzar con una pasarela estrecho y trambaleante. En la estación seca, se puede cruzar fácilmente por el agua. En cambio, durante la temporada de lluvias, el río se icrece y es peligroso cruzar. Anteriormente hubo un "buen" puente, pero las lluvias, año tras año, lo fueron destruido. Hace menos de un año, en agosto, una madre, al regresar de los campos con sus niños, asistió, impotente, de la caída de uno de ellos en el torrente que arrastrado por el agua, se ahogó. 
Desafortunadamente, hay otras situaciones similares a esta.
El pueblo se reunió y me pidió ayuda para construir un puente sólido y definitivo.
Conociendo los peligros potenciales de las inundaciones del río, la importancia de las actividades de los puestos de trabajo y el comercio a lo largo de esta zona, me lo tomé en serio. La primera vez que llamé a una reunión con todos los habitantes del pueblo para ver cómo organizarse, el pueblo decidió hacer su contribución con el trabajo y la recogida de arena y de piedras. Después lo propuse a una ONG que trabaja aquí en Bouar y nos ayudó a comprar los materiales necesarios, el resto fue reunido y comprado con la buena voluntad de muchos amigos.
El "proyecto" inicial preveía la construcción del puente para el mes de enero de 2014, pero la guerra y los disturbios nos obligaron a mandarlo para "tiempos mejores".
Pero no nos desanimamos: con un equipo de albañiles, carpinteros y soldadores, nos pusimos a trabajar: en tres semanas el puente fue construido.
El pueblo está de fiesta, la gente que pasa con su saco de yuca maní, ajonjolí y frijoles se detiene a hacer comentarios y saludar los trabajadores.
Me gusta pensar que esta pequeña obra es también un pequeño paso en la reconstrucción de este país devastado por la guerra.
Dada la importancia de la aldea de Ndongue para promover la vitalidad de la zona tenemos previsto otras actividades para la mejora del mercado, tales como la agricultura, teniendo en cuenta que seguimos apoyamos también las actividades de  dieciocho escuelas rurales que permiten a más de 2.300 niños estar escolarizados.
Es un puente para empezar de nuevo, !el "puente" de la esperanza!”

P. Beniamino Gusmeroli scj