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Gustavo India
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22/09/2008

Noticias en familia - Septiembre de 2008

Fiesta de la Cruz Gloriosa

Contenidos

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capillas de la parroquia betharramita de Ciudad del Este - Paraguay (10/09/2008)


La palabra del Padre General

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La Iglesia se prepara a celebrar en el mes de Octubre el Sinodo sobre La Palaba de Dios en la vida y en la misión de la Iglesia. Como cada Sínodo, también éste es un momento de gracia para movilizar a toda la Iglesia sobre el tema correspondiente. Nuestra Congregación no puede perder la ocasión para reflexionar, discernir y cambiar lo que sea necesario para valorar la Palabra de Dios en nuestra vida de Consagrados

Al leer el Manifiesto y otros escritos de nuestroPadre San Miguel nos damos cuenta de lo importante que era la Palabra de Dios para él. Las citas bíblicas son abundantes, pero sus elaboraciones personales a partir de la Escritura manifiestan que la conocía bien. Como San Miguel, también nosotros hemos hecho esa experiencia de encuentro con Jesús con la que Benedicto XVI dice que comienza la vida de fe (Dio Caritas Est n°1), por el contacto y el impacto que algún pasaje de la Sagrada Escritura ha producido en nuestro corazón. La Palabra de Dios es luz en mi sendero, o como dice Cencini, las lecturas bíblicas del día son como el pedazo de pan que el Maestro pone en nuestra mochila para encarar el camino de toda una jornada. A lo largo del camino echamos mano de la palabra para tener siempre energía para caminar bajo el sol o con el frío, con cansancio o con soltura como verdaderos discípulos.

1. Celebramos la Palabra. Cada día celebramos en comunidad la Palabra de Dios como un don que el Padre bueno nos da para afianzarnos en la fe y en la salvación. El Padre querido derrocha su Palabra con nosotros en la Eucaristía, en el Oficio de Lecturas y en el resto de la liturgia de las horas.

2. Interiorizamos la Palabra. Este es un momento fundamental de la jornada para que podamos absorber la Palabra y pueda dar fruto en nosotros como el rocío mañanero (Is. 55, 10-11). La Escritura será una Palabra viva sólo si hay personas que la encarnan en su vida. Lo dice el apóstol Santiago en su carta: Dejen de lado, entonces, toda impureza y todo resto de maldad, y reciban con docilidad la Palabra sembrada en ustedes, que es capaz de salvarlos. Pongan en práctica la Palabra y no se contenten sólo con oírla, de manera que se engañen a ustedes mismos. El que oye la Palabra y no la práctica, se parece a un hombre que se mira en el espejo,4 pero en seguida se va y se olvida de cómo es. En cambio, el que considera atentamente la Ley perfecta, que nos hace libres, y se aficiona a ella, no como un oyente distraído, sino como un verdadero cumplidor de la Ley, será feliz al practicarla (Sant. 1, 21-25). Este proceso de interiorización y encarnación es largo y arduo, necesita esfuerzo, método y tiempo. Esto lo hacemos en la meditación por medio de la lectio divina u otros métodos como los que propone S. Ignacio. Me gusta los pasos que presenta el cardenal Martini en alguno de sus libros: Letio, Meditatio, Oratio, Contemplatio, Discretio, Operatio.

3. Testimoniamos la Palabra. El testimonio no hace falta programarlo, es espontáneo, si la Palabra de Dios ha sido comprendida, asimilada, ha alcanzado nuestro corazón, tiene influencia sobre nuestras decisiones y se manifiesta en nuestra conducta: criterios, valores, motivos y acciones. Es nuestra vida caracterizada por las virtudes cristianas, que normalmente desentonan en el ambiente social y dan lugar a la pregunta irresistible como decía Paulo VI. ¿Y éste por qué es así? (E.N.21)

4. Anunciamos la Palabra. Cuando respondemos a la pregunta irresistible y damos razón de nuestra esperanza con mansedumbre y respeto (1Pe. 3,15-16). Esa razón de nuestro estilo de vida es Jesús, la Palabra hecha Carne (E.N.22). Al dar la razón, anunciamos a Jesús, su Evangelio a las personas con quien nos relacionamos, en todas las situaciones de nuestra vida: comunidad, pastoral, familia, trabajo, amistades, compromiso político, etc.

5. Predicamos la Palabra. La mayoría de nosotros cada domingo y en otras oportunidades tiene que ejercer el ministerio de la Palabra propio del orden presbiteral. Ese ministerio consiste en relacionar la palabra proclamada con la vida de la comunidad y con el sacramento que se celebra. La comunidad que nos escucha es muy sabia y muy crítica y sabe distinguir cuando hablamos desde el libro de moda o desde nuestra experiencia de Cristo a partir de la Palabra, porque se manifiesta que hacemos todo ese itinerario de vida con la Palabra.

6. Compartimos la Palabra. En toda la tradición de la vida consagrada ha sido muy importante lo que se llama la Collatio. Es el momento en que la comunidad religiosa se reúne para que cada hermano con toda libertad pueda compartir con los otros la experiencia que va haciendo con la Palabra, en la actividad de la Lectio divina o aquello de lo que cada uno ha sido testigo de la actuación de Dios en las personas, encontradas en la misión. Este testimonio hecho con simplicidad, discreción y respeto ayuda a los hermanos a crecer en la fe y da la verdadera solidez a la comunidad.

Gaspar Fernandez,SCJ


nef-etchecopar.jpgEl padre Etchécopar escribe... al Padre Magendie, 4 de septiembre de 1894

Este mes es el de las peregrinaciones a Lourdes y a Betharram… Quizás hubo más que nunca a Lourdes, y quizás milagros más brillantes: hacía falta esa puntapié inicial a las ignominias del hombre animal (…) que ha tratado de hacer subir una espuma fétida hasta los pies virginales de la Inmaculada (…) El Padre Garicoïts había dicho: “Lourdes enviará gente a Betharram”. Esta palabra se ha realizado más que nunca y en abundancia: pues se viene del Santuario al Calvario y ante la venerada tumba.

La peregrinación nacional sola ha traído, en pocas horas y el mismo día, tres trenes de peregrinos a la devota capilla y a la santa colina


Necesidad de palabra de profundidad de oración

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Una laica, ex presidenta nacional de la Acción Católica, predicó a fines de agosto el retiro anual de la Provincia de Italia. Extractos de la conferencia de introducción de Paola Bignardi.

Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y lo que habían enseñado.
Él les dice: “Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco””. (Mc 6, 30-32)

Este magnífico episodio habla del reencuentro de los discípulos con el Señor, de regreso de su misión; me parece importante leer entre líneas. Entre los aciertos alrededor de Jesús y lo que él dice, se puede imaginar que se intercalan los relatos de la misión. Tales espacios faltan en nuestras comunidades, no tenemos “lugares” para contar la misión, y se convierte en una iniciativa individual o en un acto solitario, Los apóstoles, ellos, se reúnen alrededor de Jesús, sin duda para contar lo que han hecho y cómo lo han hecho, las personas encontradas, los éxitos y los fracasos, el cansancio también, sobre todo el cansancio, pues la respuesta de Jesús es clara: Descansad. El Señor cuida el estado de espíritu y el estado físico, de los que vuelven de misión…

Nuestros días se parecen a un torbellino: están llenos de compromisos, de reuniones, de responsabilidades, de vida de trabajo y de vida de familia, e incluso cuando no están especialmente cargados, estamos atrapados por el frenesí ambiental al punto de vivir “corriendo” cuando se podría hacer de otra manera. No sé si os ocurre esto, pero el hecho es que, los días en que estoy tranquila, me las arreglo siempre para encontrar algo que hacer… Cuando uno está “hasta el gorro”, no se puede descuidar la oración ni el tiempo consagrado a la palabra de Dios, pero está claro que entonces la oración corre el riesgo de contaminarse con nuestro ritmo de vida, ser regular pero superficial, y se termina diciéndola “a la carrera”.

Necesitamos encontrar la tranquilidad que permita vivir más en profundidad. Necesitamos soledad: quizás nos da un poco de miedo, pues nos deja con nosotros mismos, nos pone frente a los lados más bellos, los más interesantes pero también los más sensibles de nuestra vida. En la soledad encontramos también lo que no nos agrada en nosotros, de nosotros, y que es más claro sin el mareo de las “cosas que hacer”. (…) Necesitamos la soledad de la conciencia ante el Padre, a ejemplo de Jesús que se retiraba solo y entraba en diálogo con Él: tal es la condición para escuchar, hablar, ver nuestra vida a Su luz, para volver a encontrar ante él los deseos más fuertes de nuestra vida; y luego, necesitamos soledad para hacer brotar una oración sincera…

Necesitamos una oración de verdad para ahondar en nosotros expectativas y mirar frente a nuestros miedos, los que nos empujan a vivir a menudo como cristianos a la defensiva, sin empuje, sin coraje, sin alegría. Eso puede ser nuestro caso, o el de nuestra comunidad o de la Iglesia. Sí, en la oración podemos mirar de frente esos miedos que hacen de nosotros cristianos más prontos para defender el valor de su fe que para mostrarnos la belleza, la pertenencia. Y luego, tenemos que rezar al Espíritu para que nos haga comprender esta época crucial para el mundo y para la Iglesia, necesitamos comprender a dónde conduce el Señor al mundo, y sobre todo discernir los signos de su presencia. Porque los hay, incluso si, en el torbellino de la vida cotidiana invadida por prejuicios e incredulidad, no es fácil reconocer que Dios está presente; de golpe, nos dejamos llevar por esas lecturas pesimistas que ven al mundo correr hacia la catástrofe, incapaz de distinguir las luces. Quizás esas luces no son fulgurantes, pero si las dejamos de lado, es que miramos a otra parte…

Poco a poco hay que volver a encontrar el sentido del amor que nos rodea, contemplar a Jesús como el rostro del amor del Padre, y, por consiguiente, leer el misterio del Señor con esa clave del amor, pero no el que queríamos poner en nuestra relación con Él, ese amor que recibimos de Él, y que nos hace vivir. Nuestro tiempo necesita amor..

Paola Bignardi


Sesión en vistas a los votos perpetuos 2008

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Desde el 1 de junio al 31 de julio, este encuentro agrupó a 15 jóvenes profesos: 3 de la región Beata María de Jesús Crucificado: 2 de Tailandia y 1 de la India; 6 de la región Augusto Etchecopar: 4 de Paraguay y 2 de Argentina; 6 de la región Miguel Garicoïts: 2 de la provincia de Italia (1 de RCA y uno de Italia); 4 de la provincia de Francia, de la Delegación de Costa de Marfil.

El equipo de animación, nombrado por el Superior General, ha querido respetar la proveniencia de los jóvenes: P. Chan por Asia; P. Gustavo en Tierra Santa y P. Angelo en Francia por América; P. Laurent por África-Europa; P. Jean Lambert en Tierra Santa, como guía de los Santos Lugares.

Los ponentes externos han sido numerosos: un lugar especial ha sido tomado por el Superior General; aportes muy interesantes (Carmelo de Belén, Hijas de la Cruz en Igón, Siervas de María y Bernardinas en Anglet); los testimonios de las diferentes comunidades...

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Las grandes etapas de esta sesión:

  1. en Belén: conocimiento mutuo y Misterio de la Encarnación (1-11 de junio); los Ejercicios Espirituales de 10 días (12-21 de junio); el Misterio pascual vivido en unión con Jerusalén (22 de junio-1 de julio).
  2. en Nazaret: Vida del discípulo y del apóstol (1-8 de julio).
  3. en France : Sur les pas de Saint Michel (10-31 juillet)

Las impresiones en Tierra Santa, en particular Galilea: “En Nazaret, he apreciado Dios-amor anonadado, Dios entre nosotros”. “Estoy impresionado por la sencillez de María en la anunciación e invitado a estar atento a los signos de Dios… En el Carmelo, el profeta Elías me ha cuestionado sobre mi grado de pasión por Dios”. “Me ha marcado la encarnación, Dios que nos alcanza en la sencillez y la fragilidad de nuestras vidas”. “En Nazaret redescubro que la santidad pasa más en la vida cotidiana que en lo maravilloso”. “En el Tabor, es la contemplación de la belleza de la transfiguración de que debo ser testigo hoy”. “En Abelín, estoy extrañado por la pobreza del lugar e invitado a apoyarme en la sencillez para dispon-erme a obedecer por amor”. “En el lago de Tiberiades, me identifico con Pedro con mis miedos, mis fracasos y mis éxitos”.

El tiempo vivido en Betharram y tras los pasos de S. Miguel ha sido enriquecedor y vivido con intensidad, a pesar del cansancio comprensible: es el lugar fuente que ha sido apreciado por todos. Ibarre ha permitido también un tiempo de reflexión importante a pesar de la lluvia. Igón ha suscitado también en varios un deseo fuerte de conversión. Loyola ha recordado lo que habíamos vivido a lo largo de los Ejercicios Espirituales. Lourdes ha constituido, en ese año de jubileo, un tiempo precioso para la oración, el respeto del enfermo, una liturgia y una devoción populares invitándonos a la sencillez.

 

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Dos insistencias han sido subrayadas durante estos dos meses:

  1. la dimensión personal era determinante en esta experiencia: 1) hemos insistido en la oración personal; el programa de la mañana preservaba esto; 2) el tiempo de integración en fin de jornada (18-19h) ha sido preservado a lo largo de la sesión; 3) el encuentro con el acompañante fuertemente recomendado.
  2. la dimensión internacional era importante: nuestro grupo era muy representativo de la realidad de la Congregación. Algunos manejan las lenguas con fluidez; otros más difícil-mente. Hemos estado confrontados a esta realidad en el com-partir. La liturgia (el Oficio de las horas y la Eucaristía) ha sido el lugar por excelencia de esta acogida de las diferentes lenguas, incluso si algunos han podido lamentar la falta de creatividad. Las diferentes enseñanzas estaban traducidas en las 3 lenguas gracias a traductores benévolos que han sido obreros en la sombra y a los que estamos agradecidos.

Las diferentes realidades de la congregación han sido presentadas, como se había pedido en las cartas de invitación. Hubo una buena voluntad general de atención a los demás; la paciencia en la escucha y el respeto de las diferencias (los equipos de servicio favorecían esto). Varios han notado estos puntos.

 

Laurent Bacho,SCJ

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Vuelta del mundo

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REGIÓN SAN MIGUEL - DELEGACIÓN DE COSTA DE MARFIL

¡ Felicidades ! Hay fiesta en la parroquia San Bernardo de Adiapodoumé el 14 de septiembre: el Hno Emmanuel Congo hace sus votos perpetuos, y los Hermanos Hyacinthe y Marius (de Costa de Marfil), Antoine y Aristide (de Africa Central), hacen su primera profesión en la Congregación del Sagrado Corazón de Jesús. Nos unimos al Betharram africano con la oración y la acción de gracias.


5 min con... el Padre Alberto

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El P. Alberto Pensa, originario del Norte de Italia, es superior vice-provincial de Tailandia desde 2001. Aprovechamos su paso por Roma para preguntarle sobre la misión y los proyectos de la Congregación en ese país.

Nef - ¿Puede usted dibujarnos un rápido retrato de su Vice-Provincia?

Betharram, en Tailandia, es una realidad en plena expansión. Es la impresión que se desprende de una rápida lectura de las estadísticas y de los informes de profesiones y ordenaciones que se suceden en estos últimos años. De hecho, después de las dos primeras en 1999, llegamos a la décimo tercera ordenación sacerdotal este año. Pero es bueno matizar estas impre-siones, porque la vieja guardia está llegando al fin de la carrera. Dos Padres volvieron a su país para no ser de peso y otro podría seguir este ejemplo. Actualmente, hay 7 mayores de 70 años, uno de los cuales está enfermo y tiene 87 años.

Gracias a los jóvenes, Betharram tailandés experimenta una nueva vitalidad. En la perspectiva de la regiona-lización, la misión fue dividida en tres comunidades: la de Chiang Mai, que comprende Chiang Mai, Maepon, Huay Tong, y Maetawar; la del Mekong, con Huay Bong, Ban Pong y Phayai; la de Sampran compuesta de dos formadores y los escolásticos. Dada la importancia de los jóvenes (los 2/3 de los religiosos, sin contar a los estudiantes), es difícil prever el futuro. La vida es movimiento, crecimiento, transformación continua. Por lo tanto, hay que dejar el campo libre a la esperanza.

Cómo Betharram es visto por la Iglesia local? ¿y por la sociedad?

Creo que Betharram es bien visto y considerado, por sus rasgos propios: una vida humilde, en contacto con los pobres, la disponibilidad de ir allá donde otros no piensan ir. Último ejemplo, en cuanto a fechas: la fundación de Maetawar. Betharram es considerado también por el signo que representa en el seno de una sociedad cristiana tai caracterizada por grandes instituciones educativas y hospitales. La Iglesia católica es un símbolo de riqueza y de poder, aunque haga beneficencia: tengo, por eso doy. En la sociedad tai nuestra Congregación es un grano de arena, pero quien estra en contacto con ella le tiene consideración y respeto.

La Congregación ¿es reconocida legalmente? ¿En qué sentido eso es importante?

Betharram no tiene existencia legal, salvo como actividad de la Iglesia católica. Estamos haciendo trámites para la creación de una Fundación, especialmente para proteger la obra de Ban Pong. Las otras obras son protegidas indirectamente por la fundación Iglesia Católica de Tailandia: sea la residencia de Chiang MAi que el nuevo seminario de Sampran están construidos en terrenos que pertenecen legalmente a la Iglesia católica, lo que es una seguridad desde el punto de vista administrativo y legal. Por nuestra Fundación propia, esperamos lograrlo antes de fin de año.

¿Cuáles son los principales desafíos desde el punto de vista pastoral, religioso y económico?

Los desafíos son los del mundo moderno, donde todo es cuestionado. En otras épocas, el mundo de las minorías étnicas donde nosotros trabajamos, formaba una sociedad simple, receptiva. Lo que decía el Padre era palabra de Evangelio. Hoy ya no es así. Los jóvenes estudian, y son fácilmente influenciables por los nuevos medios de comunicación. Las verdades que hacen brillar los medios, son más atrayentes que la Verdad misteriosa y escondida. Desde el punto de vista económico, siempre vivimos haciendo mucha confianza a la Providencia. ¿Decepcionados? No. ¿Preocupa-dos? A veces sí: sin entradas regulares, es difícil salir adelante en la sociedad actual. Podríamos encarar la fundación de una escuela. Pero la enseñanza privada católica mira al futuro con aprehensión: Bajan de los nacimientos, crecimiento de las escuelas del gobierno… No es el momento de seguir ese camino. ¿Entonces, otro camino? Es difícil responder.

En una vice-provincia en expansión, ¿cómo definir y financiar proyectos y actividades?

La Misión consiste en vivir cerca de la gente, en sumergirse en su manera de vivir simple y humilde, no en hacer cosas en su lugar, ni en llevarlos en brazos: yo tengo… yo te doy. En otras épocas hacerla misión no exigía grandes recursos. Con el seminario y los centros de formación para jóvenes, las cosas cambiaron. Personalmente, pude crear la obra de Ban Pong (Maesai), gracias a la ayuda de muchas personas, gotas de agua que dieron nacimiento a una fuente que brota continuamente pero apenas suficiente. Un proyecto educa-tivo o de desarrollo puede recibir un apoyo que se aleja, o incluso se opone a la religión, particularmente católica. Es diferente con el Seminario. Si lo construimos, fue gracias a las ofertas que vinieron un poco de todas partes, y nos faltan aún millones de baths. Mejor dicho, terminamos de pagar con préstamos, con el compromiso de devolverlos. De una manera u otra, la construcción se irá pagando.

Pero no se termina nunca con los gastos de formación de los seminaristas, e inclusive, tienden a aumentar. Piensen que, aún viviendo sobriamente, con lo estrictamente necesario, los costos de la formación suman más de tres millones de baths por año. De allí la necesidad de hacer conocer a más gente lo que sucede en Tailandia: una Vice-Provincia que no tiene entradas regulares, salvo las donaciones, por su naturaleza aleatorias, y gastos enormes para una entidad como la nuestra. Sin embargo, a pesar de todo, ¡adelante siempre! Si una puerta se cierra, Dios nos abrirá una ventana. Si lo que tratamos de hacer es la voluntad de Dios, él nos dará los medios de llevarla a término. Una cosa muy importante: que el espíritu de Betharram no se pierda.


In memoriam provincia del Río de la Plata

nef-080910.jpg P. Ceferino Arce,SCJ
1er de septiembre de 1917 - 11 de julio de 2008
¡No es más que un hasta luego!

El Dios bueno, lleno de ternura, interrumpió su sueño apacible y lo rozó suavemente. El Padre Arce, acostumbrado al misterio, intentó erguirse, abrió grandes sus ojos, musitó sonriente una vez más su “¡aquí estoy!” y partió. Totalmente liberado por fin, - cual águila que escapa de la trampa - emprendió raudo ese vuelo al misterio fascinante del Padre, misterio que siempre vivió, que siempre trasmitió con su corazón de niño, grande, sonriente, generoso. Eran las 17.35 del viernes 11 de julio de 2008

¡Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad!

El Padre Ceferino Arce vio la luz de la vida en un hogar muy creyente en Ameghino, ciudad al oeste de la Provincia de Buenos Aires el 1º de setiembre de 1917. Sus padres, Pedro Celestino y María Baroque, criaron una familia numerosa. Ceferino es el 2º de 10 hermanos.

Fue bautizado en la Parroquia SanJuan Bautista de su ciudad natal. De muy niño, aprendió a escuchar la voz del Maestro Tomó la Primera Comunión y recibió la Confirmación en esa misma parroquia. Ofició como ayudante de misas. Pero su corazón tenía sed de más.

El paso de misioneros betharramitaspor la parroquia, despertó en él la vocación misionera. Un “¡aquí estoy!”, pronto, fresco, de niño bueno, lo llevó en marzo de 1931 al Apostolicado del Sagrado Corazón de Barracas. Tenía 14 años

¡Sin reservas, para siempre y sin marcha atrás!

En 1939, terminado el secundario en Barracas, fue de los novicios pioneros del Noviciado de Adrogué. Al año siguiente allí mismo pronunció sus primeros votos, que fueron definitivos.

Y - comenzada ya la 2ª guerra mundial – se embarcó para Tierra Santa para continuar su formación betharramita y sus estudios eclesiásticos. Fue ungido sacerdote en Jerusalén el 18 de diciembre de 1943.

¡Por amor, más que por cualquier otro motivo!

Su regreso a Argentina - en plena guerra – fue una larga odisea con mil aventuras, mil veces narrada con detalles siempre nuevos… y por supuesto ¡totalmente verídicos!

Comenzó su tarea pastoral al servicio de la Educación en el Colegio San José de Buenos Aires en marzo de 1945. Enseñó Historia, Geografía, Francés, Religión. Y en Bariloche, recibió la noticia de su envío a la Comunidad de Barracas en el verano de 1950.

Siempre disponible y sonriente, llegó albarrio de Barracas. Con su celo incansable trabajó de todo.

Fue Vicario parroquial – desde 1950 a 1991 con los Párrocos P. Juan Capblanq y P. Eugenio Amitrano.

En 1951 se hizo cargo de la Dirección dela Escuela, entonces solo Primaria, bajo la mirada buena y experimenta del Padre Teodoro Fourcade, todo un patriarca en Barracas, lleno de años, de méritos y del afecto de alumnos y familias.

En 1958, - Bodas de Oro de la Escuela - abrió la Nocturna como respuesta a adolescentes y adultos que trabajaban.

En 1972, asumió a contra turno, la Rectoría del Secundario, a punto de ser cerrado por la Congregación. Con la audacia que lo caracterizaba se empeñó en ofrecerle lo mejor:

  • Lo inscribió en el “Proyecto trece”, plan de estudios medios con orientación comercial, con talleres a contra turno, que otorga el título de “Bachiller Mercantil”, aún en vigencia
  • Con el Padre Eugenio Amitrano, párroco y Superior, lograron del Arzobispado de Buenos Aires que el Sagrado Corazón fuera el primer colegio católico mixto en la ciudad.
  • Antela constante demanda de matrícula, encaró ampliar la capacidad edilicia construyendo más y más aulas. Para eso hizo los entrepisos, cerró el Cine Lux del piso alto.
  • Techó el patio, como espacio seguro para resguardar a chicos y grandes, para los recreos, y también para fiestas escolares, celebraciones, eventos especiales.
  • Desde lo talleres del “Proyecto 13” en su tiempo, el Colegio se hizo de muy buena fama por el Coro dirigido por el Maestro Mario Magnaric y el Taller de Teatro, con obras animadas por la Profesora Graciela Aristei y presentadas con muy buena aceptación del público.

¡Tomar por asalto lo que otros no quieren!

Inquieto y ardiente en su celo, a pesar de sus múltiples ocupaciones y de sus largas jornadas, el Padre Arce halló tiempo para acompañar a chicos y grandes, sanos y enfermos, católicos o no, y acompañarlos de cerca, involucrándose en sus problemas.

No hay casa de Barracas que no haya recibido la visita del Padre Arce, que bendiciones, que enfermos, que celebraciones.

Fueuno de los pioneros con el P. Amitrano, las catequista Visita Gómez y Rosita de Guillemi, en trabajar en la villa 21, de donde venían y (aún vienen) muchos alumnos a su Escuela, Hoy es nuestra Parroquia vecina Nuestra Señora de Caacupé, tan activa, tan pujante.

Nuestrosabuelos – antes y ahora tan olvidados y arrinconados - gozaron de su preocupación eficaz: les brindó en su Escuela lugares para el encuentro, para juegos de mesa (naipes, ajedrez...), para un partidito de bochas, en los jardines que dan a California.

Tambiénen su Escuela cobijó a “La Juventud”, creando espacios para entretenimiento y contención de los jóvenes del barrio.

Fueasesor del Movimiento Familiar Cristiano con sus grandes amigos, el Doctor Francisco Guillemi y Rosita de Guillemi, su esposa.

Amó aniños y a jóvenes y veló hasta el final por brindarles buen humor y alegría para hacer su formación más sana, la educación más cercana, el cuidado de la salud física y espiritual, más accesible.

Fue Capellán del Grupo Scout Nº 7 Sagrado Corazón, fundado por el venerado P. José Boué en la Parroquia en 1938. Asumió este movimiento con toda su riqueza: descubrió en él una mística muy evangélica, muy betharramita, de servicio, disponibilidad, estar siempre alerta: “¡Siempre listo!”, igual a decir ”¡Aquí estoy!”. Hizo propia esa metodología educativa tan ingeniosa de educar al niño por el niño, al joven por el joven, al menor desde el ejemplo del mayor, de que el mayor defienda al menor.

En1958 fundó la Comunidad Guía Nº 8 Sagrado Corazón para brindar a las niñas y jóvenes la misma mística, la misma disciplina.

Entre sus scouts y sus guías brilló de un modo particular su servicio a niños y jóvenes. Siempre en marcha, generoso, cantando, piadoso, sacrificado, de buen humor… (y hasta con esa picardía ingenua que hacía reír a chicos y grandes) acompañó a sus scouts, a sus guías en sus reuniones de Consejo, en encuentros, cursos, velas de armas, promesas, campamentos luciendo con orgullo y sencillez sus distintivos e insignias.

¡Obediente, sin condiciones!

En 1992 dejó su querido Barracas. Con esa soltura tan betharramita fuepasando por varias residencias Adrogué, la Iglesia San Juan Bautista, el Colegio de La Plata… siempre dedicado a confesiones, misas, atención de enfermos, siempre rodeado de amigos, de cariño:

- el San Juan, el Sr. Hugolino, amigo fiel colaboró con la impresión de su volante mensual “La voz que clama en el desierto”.

- Otro amigo de Adrogué comentaba muy convencido: “El P. Arce siempre va tener a su lado alguien que lo quiera” ¡Qué hermoso por que fue verdad hasta el final!

Estaba en La Plata cuando volvió a su querido Barracas – solicitado por los dirigentes scouts, a quienes cada verano seguía acompañando en los campamentos - ya enfermo. Varias dolencias lo iban aquejando, le daban conciencia de los límites, de la vulnerabilidad de nuestra carne. Él las asumía con su buen humor: el médico le diagnosticó “corazón agrandado”, él andaba diciendo sonriente: “¡Ahora es un defecto tener un corazón grande!”!

Pequeño, contento, constante

El buen Dios - como a su Hijo - lo conducía por el camino de la cruz. A ella se entregó con sencillez, humildad, total disponibilidad, fervoroso en rezar, recibir la Comunión, la Unción de los enfermos…

Jamás se lo oyó quejarse, ni de sus dolores, ni de nadie! Su corazón grande - aún ante agresiones personales, humillaciones públicas - nunca guardó resentimientos, ni habló mal de ausentes, ni e adhirió a críticas… Al contrario sabía encontrar lo positivo y aprovechaba la ocasión de hacerlo notar.

Supo vivir y gozar sanamente de la vida:aún enfermo le gustaba saborear un buen plato, un vaso de buen vino, un buen whisky o un coñac, un poco de dulce de leche, unos bombones de chocolate.¡No los debo tomar, ¡pero por una vez!”... ¡Era casi golosito?

Las dolencias con sus años lo ibancrucificando: disminuía la capacidad de cuidarse en sus necesidades elementales, la movilidad, la memoria, el habla… nunca del todo sin embargo la comunicación.

Sí, dispuesto a asistir a misa, a comulgaren su silla de ruedas. La feligresía al pasar junto a él lo acariciaban, lo besaban hasta el domingo 6 de julio, 61º aniversario de la canonización de San Miguel Garicoïts.

El jueves 10 por la noche se descompensó.Internado en el Hospital Algerich se le diagnosticó obstrucción intestinal, imposible de intervenir quirúrgicamente por el estado precario de su salud. A las 13.30 del día siguiente recibió la Sagrada Unción y se sumió en un apacible dormir.

¡Muy pronto junto al fuego!

La despedida fue sencilla, llena de lágrimas de agradecimiento, de piedad. Desfilaron piadosamente sus scouts, sus guías, alumnos con sus familias y muchos exalumnos de su Escuela, muchos amigos emocionados.

Algunos de sus hermanos de sangre: la Hna. Teresa, religiosa de las Hijas de la Cruz, Marta, Juan y Ramón Arce, numerosos sobrinos con sus familias y otros familiares vinieron a despedirlo. Recordaban anécdotas del Padre, hermano, tío, cuñado… siempre tan cercano a todos, que a todos quería casar, que a cuantos pudo dio la Primera Comunión, visitó, amó, agasajó.

La mesa de la Eucaristía – presididapor Monseñor Poli, Vicario de la zona Flores y capellán nacional de los Scouts y concelebrada por el R.P. Enrique Miranda, Provincial, el Padre José María Di Paola, decano del decanato Boca Barracas y párroco de Nuestra Sra. de Caacupé, y varios religiosos - nos reunió a todos en la celebración de la Memoria del Señor Jesucristo.

En el mismo altar en que Cristo Resucitado fue anunciado y ofrecido tantos años por las manos ungidas del Padre Arce, el mismo Señor Jesucristo, Sacerdote eterno, abrió una vez más sus misterios para alentar a su Pueblo en la esperanza, en la Vida eterna de su Reino y le brindó, generoso, ese su Cuerpo y esa su Sangre, fuerza indispensable, alimento sabroso de todo peregrino en la fe.

Y los acentos de esa canción que el Padre Arce tantas veces entonó lo acompañaron en sus pasos hacia ese “Campamento, donde Tú, Señor, has puesto tu carpa y la nuestra”:

¡No es más que un hasta luego,
no es más que un breve adiós!
¡Muy pronto junto al fuego,
nos reunirá el Señor”!

Francisco Daleoso,SCJ

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nef-080912.jpgEl Padre Etrchécopar y la aprobación de la Sociedad del Sacrado Corazón

UNA ACTIVIDAD DESBORDANTE

Después de este breve eclipse, la actividad delM.R.P. Etchecopar estalla a pleno día; es tan desbordante que empuja hasta Roma. Al día siguiente de la intervención divina que lo llama, aparece más que nunca el hombre de Dios.

Delante de la asamblea general reunida por sus cuidados el 18 de agosto de 1875 para conocimiento de la aprobación romana, al principio de la primera sesión, toma la palabra y es en primer lugar para invitar a la comunidad a bendecir al Señor. Inmediatamente después de empezar el Padre Bérilhe, todos se levantan para escuchar con recogimiento la lectura del decreto de Pío IX, que coloca a Betharram bajo la autoridad de la Santa Sede.

Cuando termina el lector, el Padre Estrate añade el relato de su feliz viaje a Roma. El M.R.P. sólo lo interrumpe para expresar el deber de gratitud que cada uno debe a Dios y a sus instrumentos: sor María de Jesús Crucificado, Mons. Lacroix, la Señorita Dartigaux y el P. Bianchi. Entonces, con emoción y gravedad, como ante una reliquia, toma en sus manos y las presenta a la asamblea las Constituciones romanas. Acababan de llegar por la mañana misma de ese 18 de agosto de 1875. Era todavía un cilindro sellado tal como había salido del Vaticano; antes de abrirlo, solicita que se tenga a bien escucharlo sin decir nada, reservando para más tarde las correcciones u observaciones a hacer.

Cuando se termina el texto, el M.R.P. saca esta conclusión: “El mejor medio de reconocer la bondad visible de Dios para con nosotros en todo este asunto y adherir pura y sencillamente a lo que se nos acaba de proponer por Roma, es aceptar todas las modificaciones hechas a nuestro primer trabajo, y ponerse enseguida y resueltamente a la práctica de estas Reglas.”

Después de estas palabras, no hubo discusión, como algunos lo habían deseado antes de la sesión, la asamblea no quiso en absoluto. Estas Constituciones fueron votadas unánime-mente menos un boletín en blanco. Después de este escrutinio, los capitulantes se levanta-ron como un solo hombre; y el Deo gratias, lanzado por el M.R.P., fue coreado por todos con una gran aclamación. Cada uno se dirigió apresuradamente al santuario de Nuestra Señora para cantar allí la alegría como un trueno en un Te Deum de acción de gracias.

Como lo ha señalado un buen testigo, el Padre Pagadoy, “cosa extraña, después de doce años de discrepancias, de discusiones y de sufrimientos, Betharram está feliz. Todos están contentos de estar desde ahora fuera de las fluctuaciones y, bajo la roca de Pedro, volver a encontrar la herencia y la doctrina de su bienaventurado Padre.”

Pierre Miéyaa,SCJ (1901-1981)

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