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02/10/2008

Panorama de las obras

Panorama de las obras

Un Bello Ramo tendido a los hombres de nuestro tiempo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

“Ante este prodigioso espectáculo (la entrega del Hijo) los sacerdotes de Betharram se han sentido impulsados a abnegarse para imitar a Jesucristo, anonadado y obediente, y para dedicarse por entero a procurar a los demás  la misma felicidad”
(Manifiesto del Fundador)

En san Miguel el aquí estoy era fuertemente misionero, continuamente motivado por la búsqueda y obediencia a la Voluntad de Dios, manifestada a través de las mediaciones humanas (Iglesia, Superiores, pueblo, realidad social, etc.). Fiel al Aquí Estoy del Hijo de Dios, abría y cerraba casas, según los desafíos que presentaba la realidad del momento y respondiendo a los llamados de la Iglesia, siempre ayudado por un sincero discernimiento comunitario y por su gran espíritu de fe.

Nuestra Regla de Vida aplica, para los tiempos actuales, el espíritu de San Miguel, con esta hermosa afirmación: « En los hombres y en los pueblos, marcados por toda clase de injusticia y de pobreza, (los religiosos de Betharram) contemplamos el rostro doloroso de Cristo que tomó el lugar de todas las víctimas (Manifiesto del Fundador). A través de  nuestras actividades, nos acercamos a toda persona humana en sus diferentes formas de pobreza ». (RV, 118)

Los Religiosos de Betharram tenemos hoy el gran desafío de no defraudar el Carisma del Aquí Estoy. Con menos de 300 miembros, enucleados en más de 60 comunidades, insertas en 13 Países de 4 Continentes, podemos quizás dar la impresión de no poder marcar una presencia significativa en los diferentes ambientes, por la excesiva dispersión. El místico de la Encarnación, aquel que quiera contemplar el rostro doloroso de Cristo, no se guía, sin embargo, por criterios humanos. Lo importante no es el número, ni la fuerza, ni el poder económico de sus miembros o de sus obras: lo que cuenta es estar donde se encarna hoy el Hijo de Dios, y con Él colaborar para que todo ser humano sea más feliz. “Nos comprometemos con todo nuestro ser a procurar a los demás la misma felicidad” (Regla de Vida, 11).

En la actualidad la Congregación Betharramita responde a su vocación apostólica, ejerciendo los más variados ministerios. Fiel a su más antigua tradición, colabora muy de cerca con los Obispos, en Parroquias de grandes urbes, como San Pablo, Belo Horizonte, Buenos Aires, Montevideo, Droitwich, Roma, Milán, Asunción, Chiang Mai. Acepta ministerios parroquiales en varias otras Parroquias sub-urbanas y rurales, algunas muy pobladas, otras bien humildes, privilegiando aquellos ambientes donde quizás otros no quieren o no pueden asumir. Pequeñas comunidades apostólicas procuran ser fermento  evangélico en los pequeños poblados del Bearn francés o de la Toscana italiana o de las campiñas romanas, entre las gentes de Costa de Marfil y África Central, entre los Karianos de la lejana Tailandia o compartiendo la pobreza de las marginadas poblaciones de Nueva Esperanza en el Norte Argentino y de los campesinos de San Joaquín y La Colmena en Paraguay.

“Sólo el criterio de la mayor utilidad y el deseo de responder a los llamados más urgentes de las diferentes formas de pobreza orientan nuestra misión apostólica” (Regla de Vida, 18). Conservamos así nuestra presencia en los grandes e históricos Colegios de Argentina, Paraguay, Brasil, donde la valiosa colaboración de los laicos  permite ejercer el valioso apostolado de la educación en el mundo de los jóvenes y niños, en esos países donde la juventud sigue siendo mayoría, pero también necesita de sabios maestros.

Otras formas de presencia responden a las nuevas pobrezas de nuestros tiempos. Gracias a la ayuda de miles de voluntarios y la entrega de sacrificados misioneros el Bello Ramo tiende su mano amiga  y colabora con el desarrollo de enteras regiones de la República de Centro África, organizando las escuelas rurales y los diferentes puestos de salud, sirviendo a la población que el Estado no consigue alcanzar. En Tailandia la hermosa Obras Social de Ban Pong consigue liberar a centenares de niñas del peligro y la tentación del dinero fácil, conseguido en la prostitución o explotación sexual. En el primer mundo de Italia hay religiosos que han optado por compartir tiempo y vida con los nuevos pobres, de los cuales se habla mucho, pero que pocos se animan a servir: son los enfermos de Aids.

Nuestro Fundador dejaba a sus discípulos una orientación que es todo un desafío en los tiempos actuales. “El fin de nuestra Sociedad no es tanto el de predicar, de confesar, de enseñar, etc., cuanto el de formar hombres preparados y totalmente disponibles a ejercer santamente esos ministerios…” (Maestro Espiritual, 339) En nuestra Congregación más de la mitad de sus miembros están en la etapa de Formación. Grupos importantes de seminaristas tenemos en Tailandia, en la India, en Costa de Marfil, en Paraguay, Brasil, Argentina. Nuevas esperanzas surgen en Palestina, en África Central, ni se bajan los brazos en Europa.

Y ¿qué decir de tantos betharramitas que de forma sencilla y desapercibida ejercen su ministerio en las diferentes capellanías, en la dirección espiritual, en las confesiones, en la enseñanza de la religión en escuelas públicas, en la animación de grupos juveniles, movimientos laicales…o simplemente orando en su lecho de enfermedad? Una presencia delicada y silenciosa, que la gente humilde aprecia mucho. Felices de vivir así nuestra vocación y nuestra misión…

Hombres preparados y totalmente disponibles…Comunidades religiosas que sean atractivo vocacional…Betharram, una familia que se renueva en un mundo que cambia. La pesca se vuelve cada día más  abundante y el mar siempre más peligroso, pero sobre Tu Palabra, Divino Maestro, echaremos las redes y seguiremos navegando mar adentro.

Tobia Sosio,SCJ

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